La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) formalizó este 17 de diciembre la transferencia de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) El Salitre a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB). Este importante proyecto tiene como objetivo tratar el 30 % de las aguas residuales generadas en la capital colombiana.
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Con una inversión superior a 1,5 billones de pesos, financiada conjuntamente por la CAR y el Banco Mundial, la planta está ubicada en las localidades de Suba y Engativá y beneficiará a más de 2,5 millones de habitantes. El desarrollo de esta infraestructura inició en 2016 con el propósito de cumplir con la Sentencia del río Bogotá, enfocada en reducir los niveles de contaminación de este importante cuerpo de agua.
La tecnología implementada en la PTAR El Salitre utiliza un sistema de lodos activados que incrementa la capacidad de tratamiento de 4 a 7 m³/s. Además, garantiza una remoción del 94 % de sólidos suspendidos y del 92 % de la demanda bioquímica de oxígeno (DBO), logrando un impacto significativo en la mejora de la calidad del agua del río.
Entre los beneficios adicionales de esta obra, la planta será capaz de retener alrededor de 450 toneladas mensuales de residuos sólidos y generar aproximadamente 4.000 toneladas mensuales de biosólidos, que podrán ser aprovechados en actividades como la agricultura y la recuperación de suelos.
Este avance no solo representa un cumplimiento con los compromisos ambientales adquiridos por la región, sino que también mejora la infraestructura sanitaria de Bogotá, apuntando hacia un manejo más sostenible del recurso hídrico. La operación de la PTAR El Salitre estará bajo la administración de la EAAB, que asume el desafío de garantizar su mantenimiento y el cumplimiento de los estándares ambientales proyectados.
El caudal del río
Bogotá, la capital de Colombia, enfrenta un desafío frente al suministro de agua, con eso el río Bogotá se convierte en una alternativa para garantizar el servicio. La variabilidad del caudal, que es lo que pide aumentar la Procuraduría, está influenciada por factores climáticos y ambientales, por lo que en una sequía se convierte en un tema de gran importancia para garantizar el acceso al agua en la metrópoli.
El caudal de un río se refiere al volumen de agua que fluye por una sección específica en un período determinado. En el caso del río Bogotá, este caudal varía significativamente según las estaciones del año y las precipitaciones. El río nace en la cordillera oriental de los Andes y atraviesa varios municipios antes de llegar a Bogotá, recibiendo afluentes y aguas residuales que afectan tanto su caudal como su calidad.
Uno de los principales desafíos es el embalse de Chuza, una fuente clave de abastecimiento de agua para la ciudad. Cuando el nivel del embalse está bajo, como ocurre actualmente, se reduce la cantidad de agua disponible para Bogotá. Este problema se agrava por la contaminación del río, causada por descargas de aguas residuales y vertimientos industriales, lo que complica aún más la gestión del recurso hídrico.
Aumentar el caudal del río Bogotá podría ser una solución para mejorar el suministro de agua, pero esta medida enfrenta varios desafíos. Cualquier intervención debe considerar la preservación ambiental y el equilibrio ecológico de los ecosistemas ribereños. Además, aumentar el caudal sin abordar la contaminación existente podría empeorar la situación, ya que el agua adicional podría arrastrar más contaminantes.
El cambio climático también juega un papel crucial en la variabilidad del caudal del río. Las alteraciones en los patrones de precipitación pueden afectar la disponibilidad de agua, y en períodos de sequía, incluso un aumento planificado del caudal podría no ser suficiente para evitar la escasez.
Para garantizar un suministro sostenible de agua, es fundamental implementar una gestión eficiente del recurso. Esto incluye reducir las pérdidas en la distribución y promover el uso responsable del agua entre los ciudadanos. Además, es necesario diversificar las fuentes de abastecimiento, explorando opciones como pozos profundos y la reutilización de aguas tratadas.