Se conocieron más detalles sobre lo que debió ser una fiesta deportiva y se convirtió en un episodio lamentable para el fútbol colombiano: la final de la Copa BetPlay entre América de Cali y Atlético Nacional.
Los desmanes entre los hinchas opacaron lo que prometía ser un emocionante duelo en la cancha y dejaron un sabor amargo en la jornada deportiva.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Los disturbios en las tribunas
Mientras en la cancha el partido avanzaba con intensidad, en las tribunas se desataba el caos. Desde la zona donde se ubica la barra ‘Barón Rojo’, aficionados comenzaron a lanzar objetos, bengalas y artefactos pirotécnicos hacia los efectivos policiales que intentaban contener la situación. Videos difundidos en redes sociales muestran los momentos más críticos de los enfrentamientos, que obligaron a la intervención de unidades antidisturbios.
El encuentro llegaba con el global a favor de Atlético Nacional por 3-1, obligando al América de Cali a buscar al menos dos goles para forzar la definición desde el punto penal. Desde el inicio, la tensión fue palpable tanto en el terreno de juego como en las tribunas.
Una jugada al minuto inicial encendió los ánimos, cuando Edwin Cardona, jugador de Nacional, recibió una tarjeta amarilla que muchos consideraron insuficiente debido a la gravedad de la falta. Posteriormente, una posible mano en el área americana no fue sancionada ni revisada por el VAR, lo que generó indignación entre los aficionados del cuadro escarlata.
La situación se tornó insostenible, lo que llevó al árbitro José Ortiz a suspender temporalmente el compromiso. Sin embargo, la falta de garantías obligó a dar por terminado el encuentro antes del pitazo final, sellando una noche que dejó una profunda huella negativa en el fútbol colombiano.
Por su parte, el coronel Carlos Oviedo, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, anunció en un comunicado que, antes del partido, se había llegado a un acuerdo entre las barras del América y la fuerza pública para disfrutar del espectáculo en paz y sin desmanes. Sin embargo, las barras incumplieron el acuerdo, y el coronel brindó un detallado informe sobre los desmanes ocurridos en la noche del domingo 15 de diciembre.
Con el marcador final a favor de Atlético Nacional, que se alzó con su séptima Copa BetPlay, no hubo espacio para la tradicional vuelta olímpica. El trofeo fue entregado discretamente en los camerinos del equipo antioqueño. Para evitar mayores altercados, los jugadores abandonaron el estadio en tanquetas escoltadas por la Policía, dejando una estampa desoladora.
En las afueras del estadio también se presentaron desmanes, lo cual llevó a la Policía Nacional pedir refuerzos para controlar la situación, ya que algunos hinchas también intentaron hacer vandalismo en las calles de la capital vallecaucana.
Por el lado del América de Cali, la desilusión fue evidente. Jugadores como Adrián Ramos, capitán del equipo, no pudieron contener las lágrimas. Para Ramos, este partido también significó su despedida del club, lo que intensificó la emoción de un adiós amargo en medio del caos.
Por otro lado, la Dimayor y los organizadores del torneo también enfrentan críticas por las fallas en la logística y el manejo de la seguridad en el Pascual Guerrero. Este incidente pone en evidencia la necesidad de implementar medidas más estrictas para prevenir situaciones similares en el futuro.
Pese a la amarga experiencia, Atlético Nacional ya tiene la mente puesta en su próximo desafío: la final de la Liga BetPlay II-2024 contra Deportes Tolima. La serie, que comenzará en Ibagué, será una nueva oportunidad para que el equipo verdolaga busque cerrar el año con una estrella más en su palmarés.
Entretanto, el América de Cali tendrá que trabajar en recobrar la confianza de sus hinchas y reflexionar sobre lo sucedido, tanto dentro como fuera de la cancha. Lo que debería haber sido una celebración del deporte terminó en una muestra más de los retos que enfrenta el fútbol colombiano para recuperar su esencia y brindar espectáculos que verdaderamente sean motivo de orgullo.