La adaptación televisiva de Cien años de soledad, dirigida por Laura Mora para Netflix, sigue desentrañando los intrincados hilos de la famosa novela de Gabriel García Márquez, pues en el cuarto episodio, titulado “El castaño”, abarca los capítulos 3 y 4 del libro, en el que se registran varias omisiones, adaptaciones y adiciones que modifican la experiencia para quienes conocen la obra literaria.
Estas elecciones también invitan a una reflexión más profunda sobre la forma en que las historias se transforman al ser llevadas a la pantalla; por lo que el Centro Gabo, explicó explora algunas de las omisiones, curiosidades y similitudes que marcan este episodio.
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Similitudes y diferencias con la novela
El capítulo 4 de la serie mantiene varias líneas narrativas clave del libro, pero con importantes alteraciones. Por ejemplo, la llegada del corregidor, don Apolinar Moscote, a Macondo es un punto crucial que se adapta bastante fielmente, pues el desdén de José Arcadio Buendía por la presencia de esta autoridad externa y la relación inicial entre los Buendía y los Moscote se mantienen con gran precisión.
No obstante, uno de los primeros cambios visibles se da en la figura de Úrsula Iguarán, que en la serie toma el rol de mediadora al abrir las puertas de su casa a la familia Moscote, mientras que en la novela es Amparo Moscote la encargada de cumplir con esta función.
El encuentro entre Aureliano y Remedios Moscote también presenta una diferencia sutil, pero significativa: en el libro, Remedios muestra temor ante la presencia de Aureliano, que le ofrece un “pescadito de oro”, mientras que en la serie la menor de los Moscote lo recibe con alegría, un cambio que suaviza su carácter y que contrasta con la timidez que marca su figura en la novela.
Omisiones significativas
El episodio omite varios momentos clave que, aunque quizás difíciles de representar visualmente, son cruciales para el desarrollo de los personajes. Uno de los más notables es el llanto de Aureliano después de su encuentro sexual con Pilar Ternera, un episodio lleno de carga emocional en el libro.
La relación entre Pilar y Aureliano no solo se muestra de manera superficial en la serie, también omite la frase burlona de Pilar cuando Aureliano le confiesa su amor por Remedios Moscote: “Tendrás que acabar de criarla”.
La serie también eliminó la visita de José Arcadio Buendía a los Moscote para pedir la mano de Remedios, un momento lleno de incomodidad y humor en la novela; además, el encuentro entre José Arcadio y Aureliano Buendía, en el que discuten el nombre de la mujer que les interesa, se reconfigura de manera que omite la interacción entre la esposa del corregidor y Úrsula, que en el libro desempeña un papel importante en las conversaciones sobre la pubertad de Remedios.
Otro elemento omitido es la lectura de las cartas que Pilar Ternera lee a Rebeca, un detalle en el libro que revela la angustia que acompaña a la joven Buendía, esto se entrelaza con la búsqueda del talego de huesos de los padres de Rebeca, un acontecimiento que la serie también omite.
Nuevas elementos y curiosidades
Una de las grandes sorpresas de la serie es la inclusión de un momento musical que no tiene paralelo en el libro: Aureliano y sus amigos cantando “Oye morenita”, una cumbia de Juancho Valencia, director de la banda Puerto Candelaria.
La inclusión de esta pieza, que no solo aporta un toque de color y ritmo a la escena, también destaca la conexión cultural con el Caribe colombiano, mostrando un aporte local que enriquece la atmósfera de Macondo.
Además, hay un giro en la lengua en la que se expresa Amaranta durante su despedida con Rebeca. Mientras que en la novela la amenaza de muerte de Amaranta es en español, en la serie esta frase se pronuncia en wayuu, un toque que conecta con las raíces del pueblo y refleja el conocimiento de esta lengua por parte de los Buendía, gracias a Visitación y Cataure.