Juan Guillermo Monsalve, testigo clave en el caso judicial que involucra al expresidente Álvaro Uribe Vélez, está en crítico estado de salud tras sufrir un infarto en la madrugada del 14 de diciembre. El episodio ocurrió mientras Monsalve permanecía recluido en la cárcel La Picota, en Bogotá. La noticia ha suscitado diversas interpretaciones y generado tensiones en un proceso marcado por la controversia.
De acuerdo con Miguel Ángel del Río, abogado defensor de Monsalve, hasta el momento no hay evidencias que sugieran que el incidente esté relacionado con un posible envenenamiento. “No tenemos indicios que apunten a una hipótesis distinta a un problema estrictamente médico”, señaló Del Río, que subrayó, en Caracol Radio, que cualquier especulación en este sentido sería prematura. No obstante, reconoció que su cliente ha enfrentado múltiples riesgos relacionados con su seguridad debido al carácter de su testimonio.
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Según las declaraciones del abogado, Monsalve había reportado molestias recurrentes en el pecho en semanas previas al infarto, lo que llevó a solicitar atención médica especializada. Sin embargo, estas consultas no se habían materializado al momento del incidente.
El 14 de diciembre, en las primeras horas del día, el testigo informó a su familia y abogado que sufría un dolor intenso, lo que llevó a gestionar su traslado urgente a un hospital en Bogotá, donde ingresó con un diagnóstico confirmado de infarto y fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La trascendencia de Monsalve en el proceso contra Uribe
Monsalve es una pieza central en las investigaciones que vinculan al expresidente Álvaro Uribe con presuntos sobornos a testigos y casos de fraude procesal. Su testimonio —cuestionado por varios sectores por presuntas inconsistencias— también ha sido clave en la discusión sobre los supuestos nexos del expresidente con grupos paramilitares. Esta relevancia ha puesto en el foco la necesidad de garantizar su seguridad y estabilidad, no solo en términos legales, sino también médicos.
Por su parte, Jaime Granados, abogado de Uribe, expresó inquietudes sobre el impacto que la situación de Monsalve podría tener en la integridad del proceso judicial, incluyendo posibles manipulaciones o destrucciones de pruebas. Ante estas afirmaciones, Del Río respondió categóricamente, señalando que las preocupaciones de la defensa de Uribe carecen de fundamento. Además, recordó que ha denunciado previamente a Granados por supuestas irregularidades procesales, incluyendo fraude procesal y falsas acusaciones.
La situación también ha motivado un pronunciamiento del senador Iván Cepeda, quien instó a las autoridades a tomar medidas inmediatas para garantizar tanto la seguridad de Monsalve como su acceso a atención médica adecuada. Cepeda destacó que el testigo es esencial para un caso que marcará un hito en el sistema judicial colombiano.
“He sido informado por parte del doctor Miguel Ángel del Río sobre la situación de salud del testigo Juan Guillermo Monsalve. En la madrugada de hoy sufrió un grave ataque cardíaco. Solicito a las autoridades competentes se tomen las medidas necesarias que garanticen su debida atención médica y su seguridad”, escribió Cepeda en X.
Mientras tanto, el panorama médico sigue siendo reservado. Los especialistas trabajan en estabilizar al testigo y en determinar las causas específicas del infarto. Aunque su estado es grave, su defensa mantiene la esperanza de que pueda recuperarse y seguir desempeñando su papel en el proceso judicial previsto para principios de 2025.
El caso Monsalve pone de manifiesto no solo los desafíos en materia de justicia en Colombia, sino también la fragilidad de los testigos inmersos en procesos de alta relevancia política. El desarrollo de esta situación será determinante tanto para el futuro del juicio contra Álvaro Uribe como para el debate sobre la capacidad del sistema carcelario y judicial de proteger a quienes deciden colaborar con la justicia.