Presidente de Estados Unidos busca hacer cambios al comercio entre productos que hay con Colombia con polémica propuesta

Desde que entró en vigor en 2012, el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos se constituyó como un pilar esencial en las relaciones comerciales bilaterales. No obstante, una editorial reciente de The Wall Street Journal sugieren que el acuerdo podría estar sujeto a una reevaluación de parte de la administración estadounidense.

Según el medio, el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, evalúa la oportunidad de ajustar algunas disposiciones del acuerdo, en especial, las que conciernen a la resolución de disputas entre inversionistas y Estados.

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Un comité interagencial de políticas comerciales, bajo la dirección de la administración Biden, persigue el debilitamiento de estas salvaguardias, que están también incluidas en los acuerdos comerciales que hay con México y Canadá.

A pesar de que Estados Unidos no fracasó en litigios de esta índole, el texto resalta la existencia de un movimiento bipartidista que pone en tela de juicio la eficacia y justicia de dichas cláusulas. Las potenciales alteraciones se producen en un entorno político complicado. Tanto el presidente de Colombia, Gustavo Petro, como el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya manifestaron en diversas ocasiones su deseo de reconsiderar el Tratado de Libre Comercio (TLC).

Sin embargo, The Wall Street Journal destaca las posibles repercusiones legales de efectuar modificaciones sin la autorización del Congreso de los Estados Unidos. De acuerdo con el editorial, esto podría dar lugar a controversias políticas y legales, con los republicanos y habría que emplear instrumentos como la Ley de Revisión del Congreso para obstruir las modificaciones. La evaluación del Tratado de Libre Comercio se llevaría a cabo en un contexto crítico para las dinámicas comerciales en América Latina.

El diario señala que múltiples gobiernos de inclinación izquierdista en la región, incluidos México y Colombia, impulsan iniciativas destinadas a restringir o regular la inversión extranjera, en particular, en los ámbitos energético y minero.

Por ejemplo, se menciona a Claudia Sheinbaum, la reciente electa presidenta de México, quien expresó determinación de prohibir el fracking y limitar la actividad de las minas a cielo abierto. Dichas iniciativas podrían contradecir las disposiciones de protección a los inversores estipuladas en los TLC.

El editorial también señala que sectores progresistas en Estados Unidos sostienen que tales protecciones constituyen un impedimento para alcanzar los objetivos climáticos, dado que gobiernos extranjeros podrían verse obligados a compensar e indemnizar a las empresas en caso de implementar políticas que impacten las inversiones en combustibles fósiles.

Ante esto, el dilema genera una tensión entre los intereses económicos y las responsabilidades ambientales. Durante su campaña de 2020, Biden se comprometió a eliminar las protecciones para los inversores en futuros acuerdos comerciales. Sin embargo, a lo largo de su mandato, no ratificó nuevos Tratados de Libre Comercio, debido a la resistencia de sindicatos y organizaciones progresistas.

Ahora, al concluir su mandato presidencial, estas promesas resurgen como el foco principal del debate comercial.

Sobre la revisión de este TLC entre Colombia y Estados Unidos, y luego de la solicitud de revisión hecha, el presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz Molina, dio detalles de la importancia sobre hacerle revisión a este en vez de renegociarlo.

Anotó que cuando llegó el gobierno de Gustavo Petro se abrieron comisiones de empalme y se habló de la posibilidad de renegociar y se dijo que no parecía la oportunidad para renegociar debido a varias circunstancias.

“El momento político de Estados Unidos no es el mejor para una renegociación. Miremos la experiencia de México. A México no le fue bien en esa renegociación. Perdió cosas que tenía. Los ministros aceptaron que no se podía hablar de renegociación, sino de revisión. La revisión sí se puede hacer en los términos en que está previsto el acuerdo”, afirmó.

A su vez, aclaró que la revisión se hace al interior del acuerdo con las normas que están previstas en el mismo. En cambio, una renegociación es abrir el acuerdo para cambiar las cosas que están previstas y modificar necesariamente lo que salga. Ahí tiene que haber nuevamente aprobación del Congreso de la República, tanto de Estados Unidos como en Colombia.