En un anuncio que causó fuertes reacciones, el jefe de la delegación del Gobierno en la mesa con las disidencias de las Farc, en su facción de la Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano, Armando Novoa, aseguró que no se alcanzó un cese bilateral de fuego en la segunda ronda de diálogos. No obstante, reiteró que el grupo armado ilegal optó por mantener, por cuenta propia, la tregua unilateral, hasta inicios de 2025.
En declaraciones a Blu Radio, Novoa entregó un balance de los diálogos durante dos días en Tumaco: municipio de la región del Pacífico. Este encuentro marcó el inicio de una serie de transformaciones en los territorios, con el compromiso de erradicar voluntariamente más de 2.000 hectáreas de cultivos ilícitos en Nariño, y otras 1.000 hectáreas en el Putumayo, zonas en donde esta estructura tiene presencia.
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Aunque la delegación esperaba que durante esta ronda se acordara un cese bilateral de fuego, Novoa explicó que este punto no se pudo concretar debido a que debe contar con la aprobación del presidente de la República, Gustavo Petro, lo cual requiere de una discusión más profunda y no puede hacerse de manera apresurada. Pese a que revés, afirmó que el Ejecutivo ratifica su compromiso con los acuerdos.
Además, destacaron la voluntad de alcanzarlos antes de que termine el mandato del primer mandatario. Este enfoque, según el jefe negociador, se centra en llevar a cabo “transformaciones tempranas y vinculantes en los territorios afectados”, con el firme propósito de sustituir economías ilegales. En ese sentido, Novoa reiteró su apoyo al Plan Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos.
¿A qué se comprometieron los integrantes de la Coordinadora Nacional?
Uno de los puntos clave en los diálogos, según el medio citado, fue la reiteración por parte de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano de no llevar a cabo operaciones ofensivas contra la fuerza pública en las áreas donde tiene presencia. Este compromiso también incluye el respeto por la población civil y el objetivo de disminuir la frecuencia de los enfrentamientos armados entre los grupos armados.
Al respecto, Benildo Estupiñán, secretario de Gobierno de Nariño, destacó la voluntad de paz expresada por la organización armada y precisó que lo pactado en Tumaco es, sin duda, un avance crucial para la desescalada del conflicto en regiones como el Pacífico: en el que las comunidades han expresado su deseo de vivir en paz, por lo que valoró que se hagan esfuerzos para mejorar la convivencia en estas zonas.
“El gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, mantiene firme su compromiso de apoyar las transformaciones de los territorios con proyectos productivos reales que permitan a las comunidades recuperar la seguridad y tener la certeza de que pueden dejar las economías ilegales”, expresó el funcionario departamental al referido medio, en el que entregó un apoyo irrestricto a los procesos de paz en el territorio.
De acuerdo con los protagonistas es vital la importancia de continuar con los esfuerzos para disminuir la violencia en regiones históricamente afectadas por el conflicto armado, como el Pacífico nariñense: el cual ha sido uno de los escenarios de mayor confrontación entre grupos armados ilegales y el Estado, en una región en la que impera la comercialización de estupefacientes, como la cocaína.
La ronda de diálogos, aunque sin grandes avances en cuanto al cese bilateral de fuego, dejó claro que tanto el Gobierno como las disidencias de las Farc están comprometidos con la búsqueda de soluciones pacíficas y la transformación de los territorios afectados por el conflicto armado. Aunque el camino hacia un acuerdo definitivo aún continúa siendo complejo en el espectro nacional.