Pese a la ambiciosa propuesta de poner fin a los diferentes conflictos armados que se desarrollan en Colombia, la política de Paz Total del presidente de la República, Gustavo Petro, cada vez está más en entredicho. Y todo por lo que sería el negativo balance que registra a 28 meses de haber iniciado su mandato, con una serie de negociaciones estancadas, entre ellas, la que generaba cierto interés entre los ciudadanos: la que desarrollaba con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
De los procesos de negociación con las estructuras armadas ilegales, solo dos avanzan, aunque paso lento y sin las ambiciosas expectativas con las que comenzaron: la que se lleva a cabo con el Estado Mayor de los bloques Jorge Suárez Briceño, Magdalena Medio y el Frente Raúl Reyes de las Farc-EP, facción del antiguo Estado Mayor Central (EMC) de Iván Mordisco; y las que se adelantan con la Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano, disidencias de la Segunda Marquetalia.
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Con este contexto, el expresidente del Congreso de la República Ernesto Macías, en su más reciente columna de opinión, que tituló Fusilan a los niños, puso el dedo en la llaga y señaló cómo estas iniciativas: en las que Gobierno ha ofrecido una serie de beneficios a los miembros de los miembros de las delegaciones, a cambio de sentarse en la mesa; incluso con ceses al fuego en todo el territorio nacional, sin que haya, hasta el momento, progresos significativos.
“Las masacres, los secuestros y la extorsión han escalado de manera incontrolable, pero hay un crimen que supera todos los límites de la crueldad: los ataques sistemáticos contra los niños. Reclutamiento forzado, violaciones y, un acto macabro, fusilamientos de menores”, advirtió Macías, en su escrito, replicado por medios locales como La Nación de Neiva, y que parece recoger una serie de inconformidades de los sectores de oposición.
Ernesto Macías arremetió contra Gustavo Petro y la Paz Total
Para el extitular del órgano legislativo, que ocupó esta dignidad entre 2018 y 2019, es claro que bajo lo que llamó el “paraguas de la fracasada Paz Total”, las organizaciones ilegales, entre ellas las que se refugiaron en Venezuela al verse disminuidas en número, ahora se han reagrupado. “Este resurgimiento, alimentado por un Gobierno que optó por diálogos interminables, absurdos y sin logros, les ha permitido reactivar sus operaciones delincuenciales asociadas al narcotráfico”, añadió.
En ese contexto, hizo énfasis en lo que para él es el grave impacto que ha causado el accionar de estructuras que, lejos de someterse y de deponer las armas, hoy parecen estar más fuertes. Según las cifras que compartió de Medicina Legal, entre enero y agosto de 2024, se registraron 375 homicidios y más de 11.000 casos de abuso sexual contra menores; además de que 243 niños fueron asesinados por grupos criminales, lo que para él supone un gran retroceso en materia de seguridad.
Y recordó las declaraciones entregadas el martes 10 de diciembre por Francisco Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército, que en diálogo con La FM de RCN Radio indicó que, solo en el Cauca, se han recluado a más de 200 menores de edad, y que algunos de ellos han sido víctimas de abuso sexual, maltratos y, lo más preocupante, finalmente, ejecuciones. “Fusilan a los niños”, dijo el alto oficial, en una frase que remarcó Macías en sus señalamientos a Petro.
“Gustavo Petro levanta la voz por los niños de Palestina, pero calla ante los horrores que padecen los de Colombia, quienes finalmente son asesinados. Durante su campaña, criticó los bombardeos a campamentos guerrilleros porque involucraban menores, utilizados por los grupos criminales como escudos humanos. Hoy, guarda silencio mientras sus interlocutores en las mesas de diálogos ordenan fusilar niños y enterrarlos en fosas comunes”, denunció el expresidente del Congreso.
Por ello, pidió que la Organización de las Naciones Unidas y demás estamentos internacionales intervengan y exijan al gobernante que “asuma responsabilidades y frene esta barbarie”. Según él, no con narrativas falsas, sino poniéndole el pecho a una tragedia que, desde su óptica, está destruyendo a la infancia. “Defender a los niños no es solo una obligación moral, es un deber irrenunciable que exige acciones inmediatas del Estado”, puntualizó.