Después de la influencia del fenómeno de El Niño, Colombia vivió una corta temporada de lluvias. Sin embargo, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha emitido una advertencia sobre la llegada de una nueva temporada seca, que se espera para el primer trimestre de 2025.
La directora del Ideam, Ghisliane Echeverry, explicó en declaraciones a Noticias Caracol que, aunque Colombia experimentó un aumento en las precipitaciones durante noviembre, este patrón ha cambiado en las últimas semanas debido a diversas situaciones climáticas. Echeverry destacó que la disminución de las lluvias ya había sido anticipada por los pronósticos diarios y subestacionales del instituto, lo que ha permitido prever la llegada de una nueva temporada seca en el país.
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“Veníamos con un aumento de las precipitaciones en el mes de noviembre y ya en las últimas semanas, debido a diferentes situaciones climáticas que se han presentado en el país han disminuido, esto lo veníamos mostrando en nuestros pronósticos diarios como en los subestacionales y en las predicciones”, dijo Echeverry en la entrevista antes mencionada.
Sin embargo, comentó que esperan desde el Ideam que a mediados de diciembre vuelvan a reportarse lluvias a lo largo del territorio nacional. “Esperamos para las próximas semanas, especialmente a partir del 18 de diciembre, que en lo que resta del año tengamos otra vez un aumento de precipitaciones en casi todo el territorio nacional”, dijo.
Y es que, tras el breve respiro de lluvias experimentado en noviembre, el país se enfrenta a una nueva temporada de sequía que afectará gran parte del territorio, especialmente las regiones Andina y Orinoquía. Según el Ideam, este periodo de escasas precipitaciones comenzará a finales del mes de diciembre y se prolongará hasta marzo de 2025, lo que podría tener impactos significativos en sectores como la agricultura y el abastecimiento de agua.
La directora del Ideam, Ghisliane Echeverry, señaló que, a pesar de la tendencia general a la sequía, los meses de enero y febrero presentarán algunas variaciones. Según las predicciones climáticas del instituto, enero experimentará precipitaciones ligeramente por encima de lo habitual, especialmente en la región Caribe. En febrero, se espera un repunte en las lluvias tanto en la región Caribe como en la Andina.
En contraste, la región de la Orinoquía enfrentará una disminución continua de las lluvias durante los próximos meses, una tendencia que se extenderá hasta marzo de 2025. Así lo indicó la directora del Ideam.
En cuanto a Bogotá, la directora del Ideam señaló que la capital ha adoptado medidas para asegurar el suministro de agua, enfocándose en regular la demanda y aumentar la oferta. Sin embargo, alertó sobre la situación del embalse de Chingaza, cuya capacidad ha ido disminuyendo en las últimas semanas, lo que podría generar desafíos adicionales en el abastecimiento de agua durante la temporada seca.
De igual manera, le comentó a Noticias Caracol que en esta época del año Chingaza estaba cerca de un 50% de su capacidad cuando, según la funcionaria, debería tener un porcentaje más alto.
“En este momento (Chingaza) está en alrededor de un 50%, que no es normal para la época, debería estar mucho más alto. Esperamos algunas lluvias las próximas semanas, pero el próximo año, efectivamente, seguiremos en una situación de déficit, especialmente en Chingaza”, dijo la directora del Ideam.
En relación con las medidas para aumentar la oferta de agua a través del sistema de Tibitoc, Echeverry destacó que estas acciones contribuirán al manejo del racionamiento. Sin embargo, advirtió que, en lo que respecta a las lluvias en la cuenca de Chingaza, el déficit de precipitaciones persistirá hasta marzo de 2025, lo que podría seguir afectando la disponibilidad de agua en la región.
Las autoridades distritales mantienen un monitoreo constante del consumo de agua en Bogotá, especialmente en los últimos días del año. Aunque se anticipan ajustes en las medidas de ahorro, el objetivo sigue siendo promover un uso racional del recurso entre los capitalinos, asegurando que las modificaciones en las políticas estén alineadas con la necesidad de optimizar el abastecimiento.