Cómo juzgar a un deportista por los gastos que genera su entrenamiento o a un músico por las horas utilizadas para aprender una nueva tonada. No es diferente con los “otakus”, que destinan gran parte de su tiempo, dinero y energía en conectar con la cultura popular japonesa, a través de figuras, videojuegos, mangas, animes y el cosplay.
Juanse y su amigo Angeloid, por ejemplo, llevan 17 años siendo “orgullosamente otakus” y las hermanas Romero: Angie, Kimmy y Paola pasaron su infancia, adolescencia y temprana adultez estudiando y reproduciendo personajes icónicos de la cultura japonesa.
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En diálogo con Infobae Colombia, Juanse, Angeloid, Angie y Kimmy admitieron que su identidad se encuentra marcada entre un 50% y 70% por el estilo de vida otaku y para alimentar su gusto por el entretenimiento nippon empezaron a gastar grandes cantidades de dinero desde que eran unos niños.
Entonces, según Angeloid: “No sabía que aquí en Colombia se vendían cosas de otakus, en esa época no era común verlas, por eso cada que encontraba algo quería comprarlo y empecé a comprar, comprar y comprar”.
Pero, incluso, recién graduado de ingeniería de sistemas y en busca de un trabajo ha encontrado la manera de sentirse cerca de Japón a través de las caricaturas, los trajes y los videojuegos:
“Lo que mis padres me daban para las onces no lo usaba para comer. Me ahorraba ese dinero y me compraba mis cosas. Pero una vez empecé las prácticas saque el dinero para mis cosplays de todo un año y, antes de eso, trabajaba haciendo limpieza y mantenimiento a computadores y ese dinero lo destinaba full, full a cosas otakus”.
En el caso de las hermanas –Angie y Kimmy– fueron introducidas a la cultura otaku por la mayor de las Romero (Paola), que, desde que eran unas niñas, destinaba gran parte de sus ingresos para abrir una ventana a Japón y enseñarles por qué terminó enamorándose de sus historias y personajes animados.
Habiendo pasado 15 años, Angie destina la mitad de sus ingresos en seguir los pasos de Paola: “Aunque depende de la época. Cuando hay convenciones se me va más de la mitad del salario, pero en temporada baja gasto muy poco, un 10% o un 20% para darme un gusto”.
Caso similar al de Juanse que, a pesar de no ser el que más dinero utiliza en la fabricación de sus trajes, admitió que, de sus ingresos, utiliza “un 70% por el rango, pero hay otros cosplayers, más que nada los que usan armadura, que destinan de 6 a 15 millones en cada traje. Por lo general, son personas mayores, que están en los 40s”.
Para lograrlo dejó su trabajo como contratista del Estado e inició a ganar clientes como agente inmobiliario, de manera independiente, para que sus ingresos no tengan un límite:
“No es que me endeude ni nada de eso. Manejo mis finanzas y destino un porcentaje para el cosplay y otro para mis necesidades. Sin embargo, siempre hay un sacrificio y, en mi caso, tengo que buscar clientes, clientes y más clientes”.
Pero hay alternativas, tal y como Angie lo fue descubriendo por el camino: “Intento no hacer todo en un solo mes, sino irlo pagando de a pocos, para que cuando lleguen las convenciones no tenga que quedarme sin un solo peso”. Bien sabe su hermana menor, Kimmy, que “los cosplays se planean el año anterior a utilizarlos, para que el golpe económico no sea tan duro”.
Y es que, según Angie, “un cosplay promedio puede superar los 700 u 800 mil pesos, contando traje, peluca, lentes y accesorios. Espero hacer uno más profesional el otro año y me sale por, más o menos millón y medio”, pero Kimmy pretende ir más allá y diseñar en el 2025 un traje de dos millones de pesos.
No sorprende, entonces, que cada una de las hermanas haya gastado de 10 a 12 millones de pesos en sus gustos otakus la última década: “Sí, es mucho, ya teneos más de 10 o 15 trajes, con pelucas, accesorios, libros, figuras. Y entre las tres, podría decir que hemos gastado unos 50 millones, porque mi hermana mayor tiene una colección de figuras envidiable”.
A diferencia de Juan, que ve en el mundo otaku un pasatiempo con el que empieza a ganar reconocimiento en torneos y convenciones a los que asisten otros cosplayers, a las hermanas Romero les gustaría que, en algún punto, su afinidad por la cultura japonesa se convierta en una fuente de ingresos, siguiendo los pasos de quienes son patrocinados por marcas como Crunchyroll, Sega, Sony Pictures, League of legends (LOL) y Logitech.
Aunque, los tres coinciden con Angeloid en que el dinero utilizado en seguir su estilo de vida: “No es algo que se haya ido a la basura. Invertí en mi felicidad y, en su momento, disfruté las cosas que compré o sigo haciéndolo. Me gusta tener las figuras, verlas y pensar: que buena figura encontré”.