En la mañana del 15 de diciembre, la violencia armada que persiste en algunas regiones de Colombia cobró una nueva víctima. En el municipio de La Llanada, Nariño, durante el desarrollo de la denominada Operación Cordillera, el soldado profesional Romin Lozano Tapiero perdió la vida en un enfrentamiento entre tropas del Ejército Nacional y la estructura residual Franco Benavides.
Este hecho vuelve a poner en evidencia la compleja situación de orden público que afronta el departamento, así como el alto costo humano de la lucha contra las organizaciones criminales que operan en la región.
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En las primeras horas de la madrugada, tropas del Batallón de Operaciones Terrestres N.° 14 del Ejército Nacional se encontraban ejecutando maniobras ofensivas contra la estructura Franco Benavides, una de las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Este grupo armado ilegal es conocido por sus actividades delictivas, que incluyen extorsión, narcotráfico y amenazas contra la población civil.
La Operación Cordillera, que hace parte de las estrategias militares para desarticular a las disidencias en el suroccidente del país, ha resultado en duros combates en zonas rurales de Nariño. En esta ocasión, el enfrentamiento en La Llanada se tornó particularmente cruel y terminó con el asesinato del soldado profesional Romin Lozano Tapiero, que estaba en primera línea de combate.
Romin Lozano Tapiero era un soldado profesional que había dedicado su vida al servicio del país. Su valentía y compromiso fueron reconocidos por el Ejército Nacional, que emitió un comunicado lamentando profundamente su muerte y enviando un mensaje de condolencias a su familia, amigos y compañeros. La institución también confirmó que un equipo de la Dirección de Familia será asignado para brindar acompañamiento psicosocial a los seres queridos del fallecido en este difícil momento.
De acuerdo con información suministrada por las autoridades militares, la estructura Franco Benavides ha sufrido un significativo debilitamiento como resultado de las operaciones realizadas en la región. Sin embargo, la presencia de estos grupos armados continúa siendo una amenaza latente para los habitantes de Nariño, un departamento que históricamente ha sido escenario de disputa por su ubicación estratégica para el narcotráfico y otras actividades delictivas.
“Estamos enfrentando a un enemigo que busca imponer el miedo y la violencia. Es un trabajo arduo, pero reafirmamos nuestro compromiso con garantizar la seguridad y la tranquilidad de los habitantes de esta región”, agregó el vocero.
Tras el enfrentamiento, el Ejército Nacional anunció que se incrementarán las maniobras ofensivas en la región para evitar futuros actos de violencia. Según informaron las autoridades, se han reforzado los dispositivos de seguridad y se ha desplegado un mayor apoyo de artillería en las zonas de operación. Estas medidas buscan contrarrestar las actividades delictivas y prevenir nuevos enfrentamientos que pongan en riesgo la vida de los uniformados y la población civil.
Un problema persistente en Nariño
La situación de orden público en Nariño es compleja. Este departamento, ubicado en el suroccidente del país, es uno de los principales corredores del narcotráfico hacia el Pacífico. Las disidencias de las Farc, así como otros grupos armados organizados, se disputan el control del territorio, generando un ambiente de inseguridad que afecta gravemente a las comunidades locales.
De acuerdo con cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), en lo que va del año se han registrado 72 masacres en Colombia, 10 de las cuales han ocurrido en Antioquia. Aunque Nariño no lidera estas cifras, los constantes enfrentamientos en su territorio demuestran la urgencia de medidas efectivas que frenen la violencia.
La Tercera División del Ejército Nacional reiteró su compromiso con la lucha contra el crimen organizado. En su comunicado, destacó que las operaciones militares en la región seguirán de manera sostenida, con el objetivo de garantizar la seguridad y el bienestar de los habitantes de Nariño.