Seis álbumes de estudio, uno de remixes, dos trabajos compilatorios y una aventura vibrante que marcó su particular huella en la música colombiana son las credenciales de Estados Alterados. La agrupación antioqueña de synthpop es reconocida, desde finales de los 80, y, especialmente, durante los 90, uno de los referentes de una nueva camada de artistas que dieron los primeros pasos para asentarse en un plano internacional junto a nombres como Aterciopelados, 1280 Almas, Ekhymosis o La Derecha.
Prueba de su talante atrevido y determinado a ir más allá de lo que sus posibilidades les indicaban, es que fueron los primeros artistas colombianos en ver su video rotando en MTV, cuando apareció El Velo, dirigido por Simón Brand en 1991.
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La voz de Fernando “Elvis” Sierra, las programaciones y teclados de “Tato” Lopera y la potencia en las percusiones de “Ricky” Restrepo le aseguró al grupo un lugar muy especial en medio del furor del rock en español. Una serie de historias profesionales y personales llevaron a un receso de siete años que se terminó en 2005 con su regreso en Rock al Parque y a encarar su carrera de forma independiente, a lo que siguió la salida de “Tato”, dejando a “Elvis” y “Ricky” como las cabezas de Estados Alterados, sumando a Felipe Carmona y Natalia Valencia a la formación.
En este nuevo capítulo de la carrera son más conscientes de su legado y se decidieron a prolongarlo con distintas aventuras. La más reciente fue cuando aceptaron la invitación de RTVC para grabar una sesión especial en la que interpretaron Coroncoro, canción de La Niña Emilia y emblema del bullerengue.
El poder de Estados Alterados es una versión que invirtió toda la sabrosura de la original para darle un giro hacia el trip hop, estilo de la música electrónica más cercano a lo que acostumbra Estados Alterados, y que reforzó el tono más siniestro que esconde la letra.
Para conocer más acerca de esta versión, Infobae Colombia habló con “Ricky” Restrepo acerca de Coroncoro, el proceso para adaptarla a su estilo y lo que trabajan para 2025.
¿Por qué eligieron “Coroncoro”?
Detrás de eso siempre hay una historia. Jamás en la vida, Estados Alterados pensó que iba a hacer una versión de una canción colombiana. Somos respetuosos de todos los géneros, de la música en general, pero cuando nos hicieron la invitación a RTVC Sesiones, parte de la invitación venía con algo muy curioso. Nos dijeron “queremos que cada uno de ustedes haga una versión de una canción colombiana”.
Nos pasaron una lista de 50 canciones de compositores colombianos. Y Nati, la teclista del grupo, dijo: “Un momentico ¿50 compositores hombres y ni una sola mujer en ese listado?”. Empezamos a buscar canciones de los años 50, 40, pasamos a los 60 y 70 con La Negra Grande de Colombia, con rancheras... Entonces, vimos La Niña Emilia y Coroncoro, y dijimos “a esta le podemos hacer la vuelta”. Y así fue.
Y le dieron la vuelta unos 180 grados. Del bullerengue la transformaron en un trip hop...
Exactamente, tú lo has dicho muy y bien y qué bueno que lo identifiques, porque esa fue la apuesta. Bajémosle al tempo, y empecemos a darle a esto un giro paulatino. Ahí tuvo mucho que ver Pipe Carmona, nuestro guitarrista, que trabajó el tema con Naty, “Elvis” y yo, consolidando esa clave. Y ahí pensamos cómo llevarlo a un lado más oscuro o sórdido, porque la canción tiene a eso.
Siempre nos ha encantado el trip hop, siempre quisimos hacer algo por el estilo, y ahí aprovechamos.
¿Fue un reto para ustedes replantear toda la idea de “Coroncoro” o fluyó más fácil de lo que esperaban?
Para nada. Fue un reto, pero uno muy acorde a nosotros, a lo experimental, entonces ¿por qué no? Estamos con una productora estupenda, Velouria, que es admiradora de Estados Alterados. Nos abrieron esta posibilidad, y ¿cómo no íbamos a corresponder a esa posibilidad? ¿Cómo íbamos a cortarle las alas a esta posibilidad de hacer algo y experimentarlo?
Y nos encarretamos mucho. No sabemos hacia dónde puede girar, pero estamos mirando otras canciones para ver si hacemos no un álbum, pero una o dos más para ver si las podemos voltear y ver qué queda. Pero, no hemos podido llegar al punto que llegamos con Coroncoro.
¿Cuántos temas intentaron grabar?
Dos o tres. Ya hemos grabado cosas, pero nos sentamos y decimos “aquí falta algo”. Pero eso es parte de la búsqueda musical, y del reto.
En el video llamó la atención el atuendo de “Elvis”, portando esa especie de casco con gafas supergruesas, ¿por qué se decidió por ese<i> look</i> para la sesión?
“Elvis” es diseñador industrial y para todos los conciertos nos trae una idea visual, tanto en indumentaria de él como nuestra. En este caso, fue una media luna con unas gafas medio Max Max (risas) muy cyberpunk. Y es un juego: venir de un bullerengue y de ese giro que dio Coroncoro, pues también desde lo visual, y eso hace parte de la experimentación.
Estados Alterados no se caracteriza por grabar temas de otros artistas, aunque en los 90 ustedes participaron en un tributo a The Cure grabando su versión de <i>A Forest.</i> En ese orden de ideas ¿Qué es lo más importante cuando deciden sentarse a grabar una nueva versión de una composición ajena?
No hemos hecho muchos, entonces, para nosotros es un reto musical. Hacer un cover es diferente a grabar una versión. Hacer un cover es casi tomar las notas musicales como son, la letra como es, y ponerle un poquito de lo tuyo. Las versiones son casi que hacer una canción nueva.
Con Coroncoro, al igual que con A Forest fue darle un giro a la canción. Fue un reto, no fue fácil, pero tampoco imposible. Es decir, “hagámoslo bien, y si no nos convence, no lo hacemos”.
¿Sienten que la letra de “Coroncoro” cambia en algo su significado cuando la canta Estados Alterados?
Se mantiene la esencia, porque queremos respetar la canción y su origen. Pero el tempo, la atmósfera electrónica, la oscuridad que tiene es contraria a la alegría de la original. Te lleva a un lado melancólico, el trip hop es decadente y te lleva a una introspección.
La letra la dejamos casi igual que la original, pero hicimos una reseña un poco más notoria porque queríamos hacer un llamado a lo que todos queremos: que la paz de este país sea posible, no olvidarnos de los sucesos ocurridos, y Coroncoro nos dio, de una u otra forma, la oportunidad de hablar de lo que ocurre en Colombia.
Aparte de “Coroncoro” ¿qué estuvieron haciendo durante 2024?
Estamos trabajando en un Estados Alterados sinfónico. Está muy listo y, si todo sale bien, en 2025 será el lanzamiento con la Orquesta Filarmónica del Valle de Aburrá. Nos tiene contentos haber logrado esto, porque hace un par de años hicimos un concierto en el Teatro Metropolitano con la orquesta, porque el Medellín Music Week nos invitó.
Nos dijeron que querían tocar con nosotros y de ahí pasamos a “vamos a hacer un álbum”, pero eso no es nada fácil si eres una banda independiente. Hubo un proceso de colaboración mutua que tendrá 12 canciones que esperamos lanzar el próximo año y esperamos presentar en varias ciudades de Colombia.
Hay algo muy bonito también, porque fue un proyecto que lo miramos más allá de la música. Muchos miembros de la orquesta vienen de barrios con muchos problemas sociales y que encontraron a través de la música su respuesta a la vida. Entonces, convocamos artistas visuales para que el lanzamiento sea respaldado con el arte de cada artista y todo apunta que vamos a sacar vinilo. Uno de los elegidos representará la carátula y, si todo se nos da, en los insertos estarán los otros artes elegidos.
¿Han hablado de grabar un nuevo álbum?
En este mundo independiente hay veces que la gente dice “¿por qué no han sacado un disco nuevo?” y se olvidan de lo que eso implica. No es que tengamos un soporte económico o una disquera detrás que le diga “nosotros hacemos remixphera y ustedes vayan trabajando en el nuevo álbum”. Eso fue toda una labor de tiempo, de opinión, de respaldo. El Sinfónico es casi otro álbum, otra dimensión.
Por eso, nos tomamos el tiempo para el próximo álbum. Lo más inmediato es probar nuestra curiosidad con Coroncoro y ver qué más podemos hacer en Estados con canciones colombianas o latinoamericanas, porque ya estamos abriendo el espectro. Hay ideas rodando de otras canciones. Claro que sí, pero estamos centrados en lo que te cuento.