Bahía Solano (Chocó) fue sacudida por una serie de sismos entre el 26 y 27 de septiembre de 1970, que causaron daños estructurales significativos y sembraron el pánico entre sus habitantes. Los eventos telúricos comenzaron en la madrugada del 26 de septiembre y continuaron con un segundo temblor a las 9:57 a. m., que fue percibido con mayor intensidad.
Este segundo sismo provocó el colapso de edificaciones ya dañadas y profundos agrietamientos en el suelo, lo que obligó a una evacuación masiva hacia ciudades como Medellín, Quibdó, Cali y Buenaventura.
La situación se agravó con un tercer sismo en la noche del 27 de septiembre, que aunque de menor magnitud, fue descrito por los locales como el más aterrador debido a su impacto en las estructuras ya comprometidas.
Durante esos días, más de 15 réplicas, todas de magnitud igual o superior a 4.0, se sintieron en la región. Los deslizamientos de tierra y los agrietamientos profundos en el suelo fueron algunas de las consecuencias más visibles de estos eventos sísmicos.
En el municipio de Los Santos, en Santander, se registran entre 12 y 20 sismos diariamente, convirtiéndolo en uno de los puntos con mayor actividad sísmica a nivel global.
Este lugar se ubica al sur de Bucaramanga y es parte del cañón del Chicamocha, región que solo es superada por el área del Hindu Kush en Afganistán por su alta frecuencia de actividad sísmica.
Esta frecuencia de temblores ha llevado a que la comunidad de Los Santos desarrolle una peculiar adaptación a la constante actividad telúrica, los habitantes han incorporado medidas de seguridad y protocolos de emergencia en su vida diaria.
El Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile reportó una serie de movimientos telúricos durante la jornada del 14 de diciembre, siendo el más fuerte uno reportado en horas de la tarde, en la costa Pacífica.