En septiembre de 2024, el gasto de los hogares, desde la medición de Gastometría de Raddar, fue de $87,2 billones. Esto, luego de que en el mismo mes de 2023 se ubicó en $82,4 billones, lo que significa un crecimiento en términos corrientes de 5,76% continuando con el cambio de tendencia. Sin embargo, en términos reales, el crecimiento anual del gasto fue de -0,04%, con lo que se acumularon siete meses de nuevo ajuste, o 23 meses desde noviembre de 2022.
Dichos datos parecen alentadores y confirman que el consumo privado en Colombia vivió un intenso mano a mano con el crecimiento de la economía a nivel general durante los últimos dos años, aunque sigue mostrando señales de fragilidad en comparación con otros países de la región.
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Según el informe “El estado del consumidor” elaborado por Moody’s Ratings, otros países como Chile también enfrentan una situación compleja, ya que su gasto privado creció de manera más lenta que la economía. A diferencia de estos países, México y Brasil presentan un consumo más dinámico que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que les otorga mayor solidez.
Dicho análisis resalta que “los factores idiosincrásicos en la región y los cambios en Estados Unidos bajo el mando de Donald Trump podrían influir en el crecimiento económico y el comportamiento de los consumidores en 2025″. Al tiempo que la economía global enfrenta una “nueva normalidad macroeconómica”, según el informe de la calificadora internacional, los países latinoamericanos deben manejar los riesgos internos, particularmente, aquellos relacionados con la gestión fiscal.
Reducción de gastos fiscales
Brasil, Colombia y México luchan por reducir sus gastos fiscales, lo que podría entorpecer los esfuerzos de los bancos centrales para flexibilizar la política monetaria. “Esto podría complicar los intentos de los bancos centrales por flexibilizar la política monetaria”, señala el informe de Moody’s.
De esta manera, el promedio de bajada de la inflación permitió a estos países iniciar recortes en las tasas de interés (9,75%, la del Banco de la República en Colombia), beneficio que se traduce en un aumento del poder adquisitivo de los consumidores debido al incremento en los créditos de consumo.
En Colombia, como en otros países, reacciones diferentes a los movimientos del mercado elevaron o estabilizaron el crédito de consumo. En Brasil, el banco central inició un ciclo de aumento de tasas tras un período de flexibilización, mientras que en Colombia “el consumo viene repuntando desde los recortes”. En cuanto a Chile, “los créditos de consumo se mantuvieron ampliamente estables”. Dicho comportamiento diverge del fuerte aumento del crédito en Brasil y México, donde, aunque la base era baja, se ha observado una notable expansión.
Situación fiscal en Colombia
La situación fiscal en Colombia preocupa a Moody’s Ratings, ya que el “aumento del ruido político y la incertidumbre sobre la dirección de las decisiones del Gobierno” debilitaron la confianza de los inversionistas locales.
La incertidumbre podría aumentar las expectativas de inflación futura, factor que provoca preocupación en el mercado económico. En contraste, destaca que “los programas de transferencia de efectivo y remesas ayudan a los ingresos de los hogares”, fenómeno que también beneficia a México y Brasil.
De igual manera, puntualizó que un sólido mercado laboral y el aumento de los salarios reales, impulsados por la inflación, sostienen el gasto de consumo en estos países.
Desempleo en Colombia
En Colombia, por ejemplo, las tasas de desempleo (9,1% en octubre de 2024, según el Dane) son menores que el promedio histórico y, aunque más altas que en Chile, están por debajo de México y Brasil. “Las tasas de desempleo en Colombia y otros países apoyan los ingresos y gastos de los consumidores”, resaltó Moody’s.
Con esto, concluyó la calificadora al decir que el panorama del consumo privado en Latinoamérica presenta desafíos únicos y oportunidades diferenciadas por país. Con la convergencia esperada de los índices de inflación hacia las metas establecidas para 2025, y una política monetaria que busca favorecer el crédito al consumo, la región podría enfrentar un escenario más propicio para la recuperación económica.