En el 2022 se conoció que Armando Benedetti había adquirido una mansión en Puerto Colombia, un área en desarrollo en las afueras de Barranquilla, donde se ubicarían también propiedades de miembros pertenecientes a clanes políticos importantes, como el clan Torres.
De acuerdo con la revista Cambio, en ese momento se conoció que la propiedad, valorada en $1.600 millones, fue comprada a Luis Alberto Nicolella de Caro dos años atrás.
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Sin embargo, un artículo investigativo que publicó Las2Orillas planteó que el ahora asesor presidencial Benedetti, quien recientemente dejó su cargo como embajador ante la FAO en Italia, planea establecerse definitivamente en esta región, conocida por ser el bastión político del mencionado clan.
Según el medio, el pasado 7 de diciembre, cuando se celebró la Noche de las Velitas, el también exsenador fue visto celebrando la festividad con su familia en su nueva residencia y esta circunstancia podría haber sido un indicativo del uso de la lujosa propiedad.
El análisis publicado reveló que la adquisición de la mansión fue posible gracias a un préstamo de $3.600 millones otorgado por Euclides Torres, un empresario con fuertes conexiones políticas y económicas en la región, realizado a Benedetti.
Este préstamo habría despertado dudas sobre el origen de los fondos de Benedetti, ya que su salario como senador no justificaría tal gasto. Incluso, en 2023, la magistrada Cristina Lombana, que había investigado a Benedetti por presunto enriquecimiento ilícito, dejó la pregunta al aire, aunque perdió el caso contra el actual asesor del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre).
La mansión se encuentra en Pradomar, un sector de Puerto Colombia que ha experimentado un renacimiento urbano que incluye la apertura de un nuevo muelle y un centro gastronómico internacional.
Según comunicó el mencionado medio, este desarrollo ha sido impulsado por la intervención de la exgobernadora Elsa Noguera. La elección de Benedetti de establecerse en esta área no es casual, ya que el clan Torres, con Euclides a la cabeza, ha tenido una influencia significativa en la política local.
Además, se conoció que Benedetti con su nuevo cargo cuenta con la flexibilidad de desempeñar sus funciones sin necesidad de residir en Bogotá. Su esposa, Adelina Guerrero, ha influido en la decisión de establecerse en Barranquilla, ya que su madre, la exmagistrada Adelina Cobo, reside en Cartagena, según la información divulgada.
El vínculo de Benedetti con el clan Torres se remonta a su tiempo como senador, cuando Laura Sarabia, actual directora del Dapre, era su asistente personal. Este clan ha sido un apoyo crucial en su carrera política, y su influencia se ha extendido hasta la campaña presidencial de Gustavo Petro.
La relación entre Benedetti y los Torres ha sido objeto de escrutinio, especialmente después de que Euclides Torres fuera llamado a declarar por el Consejo Nacional Electoral en un proceso por financiación ilegal de campañas. A pesar de las investigaciones, Torres ha mantenido silencio sobre el asunto.
Armando Benedetti enfrentará juicio por injuria agravada en caso de denuncias sobre corrupción
El excongresista Armando Benedetti enfrentará un juicio por el delito de injuria agravada tras las acusaciones de la Fiscalía General de la Nación. Según informó El Espectador, Benedetti, que actualmente es asesor de la Presidencia de la República, es señalado por sus publicaciones en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) en 2022, donde presuntamente afectó la honra de Lina María Arbeláez, exdirectora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf).
La decisión de llevar a juicio a Benedetti se tomó después de una audiencia virtual realizada el pasado miércoles. La Fiscalía presentó un escrito de acusación de 12 páginas, en el que se detallan las publicaciones que, según el ente investigador, atentaron contra el buen nombre de Arbeláez al vincularla con supuestos actos de corrupción en el Icbf durante el gobierno de Iván Duque.
El caso no es reciente. En junio de 2023, Benedetti fue citado a una diligencia de conciliación a la que no asistió. Posteriormente, se programó una nueva audiencia, pero el excongresista comunicó por correo electrónico que no tenía intención de conciliar.