A través de su perfil en la platafroma Tiktok, la creadora de contenido y migrante colombiana en México Juliana Sedan compartió con sus seguidores un choque idiomático que la metió en aprietos. De hecho, según comentó se expresó mal y salió regañada.
“Estaba enfrente del palacio de Bellas Artes tomando fotos y haciendo turismo con unos amigos y pasa una señora pidiendo plata, pero yo no tenía efectivo, entonces, le contesté: no, qué pena”, dijo.
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En Colombia, quizás por vergüenza o por cortesía, las personas suelen excusarse al no contar con efectivo para ayudar a quienes piden limosna en las calles.
Sedan explicó que en Colombia la expresión “‘no, qué pena’ significa: ‘no tengo’, ‘lo siento, no tengo’ o ‘me da pena contigo, pero no tengo’. Eso es lo que significa, pero la señora se volteó y me dijo: ‘más pena me das tú por inconsciente y pésima persona. Siguió caminando y escupió al suelo”.
Sin embargo, la respuesta de la mujer no es algo que tuviera en mente al pedir dinero; por eso, Juliana se sintió a obligada a regresar en su “error” y preguntarle a una amiga nacida en México por qué respondió de mala manera.
“Entonces me volteé y le pregunté a mi amiga si había sido grosera y ella me dijo que entendía, porque me conoce, pero ella interpretó ‘pena’ como si sintiera pesar de su situación y, obviamente, eso no era a lo que yo me refería. Fue un choque cultural, porque no me está refiriendo a que me diera pesar”, dijo.
Su conclusión: “No tenía efectivo y por no conocer las expresiones mexicanas me pasó. No sabía que la expresión ‘qué pena’ significaba eso por acá”.
Pareja colombo-mexicana también habría estado en aprietos en un punto de su relación por las barreras idiomáticas
En sus redes sociales, los creadores de contenido Mariana Pinilla y Stefano Tomati explicaron que una de las barreras más curiosas que enfrentan, a pesar de compartir el mismo idioma, son los malentendidos derivados de las diferencias lingüísticas entre el español colombiano y el mexicano. Esta pareja colombo-mexicana, conocida por su humor y cercanía con sus seguidores, compartió algunas anécdotas sobre los términos que les causaron desconcierto e incomodidad al principio de su relación.
Un claro ejemplo de estas diferencias es la palabra “aguas”, que en México se utiliza para advertir de un peligro o para que alguien tenga cuidado. Cuando Stefano la dijo por primera vez, Mariana no entendió el contexto y se sintió confundida. Además, existen términos exclusivos de cada país, como guajolotazo (un golpe, en México) o sape (una expresión que indica sorpresa), que son desconocidos fuera de sus respectivos territorios.
El caso de “aplicar” también les trajo problemas. En Colombia, este verbo se relaciona con “aspirar a” o “inscribirse en”, mientras que en México se usa como sinónimo de “ajuiciarse”. Esto generó más de una confusión entre ambos, ya que su significado varía considerablemente.
Mariana continúa enfrentando dificultades con palabras como “chingados”, “chaqueta” y “puna”, que tienen significados y connotaciones completamente diferentes en cada país. Y, por supuesto, el “jitomate” en México, que es simplemente el nombre del tomate, también generó curiosidad debido a la variación del término en Colombia.
Sin embargo, no solo Mariana es la que se enfrenta a estos malentendidos, ya que Stefano también tiene su propia lista de expresiones que no logra comprender cuando las usa su novia colombiana. Un ejemplo de esto son las groserías como “jueputa” o “marica”, que en Colombia son empleadas como exclamaciones y no como insultos, lo que deja a Stefano completamente desconcertado.
Además, términos comunes, pero con significados distintos, también han causado sorpresas a Stefano, como “juicio”, que en México se refiere a un proceso judicial, mientras que en Colombia se utiliza para describir a alguien “aplicado” o “obediente”. Igualmente, la palabra “chuzar” ha confundido a Stefano, pues en Colombia se refiere a “pinchar”, especialmente en relación con la piel, mientras que en el norte de América se emplea la palabra “picar”.
Finalmente, aunque Stefano se ha acostumbrado a algunos de estos términos, como “mamera”, que se usa para expresar pereza o cansancio en situaciones informales, no deja de sorprenderse con las diferencias de lenguaje entre ambos países.
Así, como revelan Mariana y Stefano, las barreras idiomáticas no solo existen entre diferentes idiomas, sino que también surgen entre dialectos del mismo idioma, reflejando la riqueza y diversidad de las lenguas habladas en el mundo hispanohablante.