En diciembre, el riesgo de sufrir quemaduras en el hogar aumenta considerablemente, sobre todo durante la preparación de alimentos tradicionales como los buñuelos.
Francia Santos, que sufrió quemaduras graves hace trece años mientras freía buñuelos, es un ejemplo de las consecuencias que pueden derivarse de estas prácticas culinarias sin la debida precaución.
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“Era diciembre y tuve la idea de hacer unos buñuelos basándome en la receta que aparecía en la caja, sin embargo, dos de ellos explotaron y esparcieron demasiado aceite. En la cara tuve quemaduras grado uno y en mi pecho presenté quemaduras grado tres que me dejaron muchos complejos. Es una experiencia que no he podido superar completamente”, dijo Santos a El País.
Según expertos del Centro Médico Imbanaco y del hospital Universitario del Valle, las quemaduras más comunes en esta época son de segundo grado, caracterizadas por la aparición de ampollas.
El incremento en las consultas médicas por quemaduras en el hogar durante diciembre se debe a que muchas personas intentan preparar alimentos sin experiencia previa, lo que puede resultar en accidentes al manipular líquidos calientes y aceites.
Johana Hernández, especialista en quemaduras del centro médico Imbanaco, explicó en entrevista con El País que estas lesiones pueden variar en profundidad, dependiendo del agente causante.
“Por ejemplo, freír buñuelos o rosquillas, preparar manjar blanco e, incluso, cocinar un almuerzo en fogón de leña, se convierten en situaciones de riesgo si quien cumple el papel de cocinero no tiene el conocimiento ni las condiciones logísticas necesarias para esa tarea, además, es un peligro si los observadores tampoco son precavidos con su comportamiento”, dijo la experta.
Por su parte, Juan Pablo Trochez, médico asistencial de la Unidad de Quemados del hospital Universitario del Valle, advirtió que la improvisación en la cocina es un factor clave en estos accidentes.
Actividades como freír buñuelos o rosquillas, preparar manjar blanco, o cocinar en fogones de leña, se convierten en situaciones de riesgo si no se cuenta con el conocimiento adecuado y las condiciones logísticas necesarias. Además, la falta de precaución de quienes observan estas actividades puede agravar el peligro.
La concentración es fundamental para evitar quemaduras domésticas, que afectan principalmente a mujeres y niños. Hernández resalta que detrás de cada caso de quemaduras hay un grado de imprudencia, por lo que es crucial tomar estas actividades con seriedad. La experiencia de Santos, quien sufrió quemaduras de primer grado en el rostro y de tercer grado en el pecho, resalta la importancia de la precaución y el conocimiento al realizar estas tareas culinarias.
Prevención de quemaduras: medidas de seguridad en hogares
Las quemaduras son lesiones que pueden variar en gravedad y requieren atención inmediata, especialmente cuando son severas. Las quemaduras pueden ser causadas por diversas fuentes, como el contacto con fuego, líquidos calientes, electricidad o productos químicos. Estas lesiones pueden provocar desde daños superficiales en la piel hasta afectaciones más profundas que comprometen la salud del individuo.
Existen tres niveles de quemaduras: las de primer grado, que afectan solo la capa externa de la piel; las de segundo grado, que dañan tanto la capa externa como la subyacente, y las de tercer grado, que afectan las capas más profundas. Las quemaduras menores, como las de primer grado y algunas de segundo grado, pueden ser tratadas en casa, mientras que las quemaduras mayores requieren atención médica urgente.
En caso de quemaduras menores, se recomienda enfriar la zona afectada con agua fría durante al menos cinco minutos y cubrirla con un vendaje limpio. Es importante evitar aplicar remedios caseros como mantequilla o aceites, ya que pueden empeorar la lesión. Para las quemaduras graves, se debe buscar ayuda médica de inmediato y seguir ciertos pasos para minimizar el daño, como cubrir la quemadura con un vendaje estéril y evitar retirar la ropa adherida a la piel.
Las quemaduras en áreas sensibles como la cara, manos, pies y genitales son particularmente peligrosas y pueden llevar a complicaciones severas. Además, los niños pequeños y los adultos mayores son más vulnerables a sufrir complicaciones debido a la delgadez de su piel.
Para prevenir quemaduras, se aconseja instalar alarmas de humo en el hogar, enseñar a los niños sobre los peligros del fuego y mantener los objetos calientes fuera de su alcance. También es recomendable ajustar la temperatura del calentador de agua a un nivel seguro y tener extintores de incendios accesibles en lugares estratégicos.
En caso de quemaduras químicas o eléctricas, o si la persona muestra signos de shock, es crucial contactar a los servicios de emergencia. Los síntomas de shock incluyen palidez, piel fría y húmeda, y confusión mental. Además, si se sospecha de una infección en la quemadura, como fiebre o secreción, se debe buscar atención médica de inmediato.