Carmen Rosa Villa, experta del Comité de la ONU para la Desaparición Forzada, ha jugado un papel crucial en la mejora de los procesos de identificación de cuerpos en varios países.
Su trabajo ha permitido a muchas familias obtener respuestas sobre el paradero de sus seres queridos desaparecidos. Durante su tiempo en la ONU, Vila ha liderado investigaciones en países como México e Irak, colaborando con autoridades locales y organizaciones de la sociedad civil para documentar casos de desaparición forzada.
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Sin embargo, no todo en la carrera de Vila es éxito, ya que se encuentra en el ojo del huracán por el reciente informe en el que aseguran que en un hangar en un aeropuerto El Dorado de Bogotá hay 20.000 cuerpos.
Aun así, en México, Villa ha trabajado estrechamente con las autoridades y organizaciones locales para abordar el problema de las desapariciones forzadas. Su labor ha resultado en un aumento de la conciencia sobre la gravedad del problema y ha impulsado mejoras en los procesos de identificación de cuerpos.
Además, ha proporcionado recomendaciones a los gobiernos para mejorar sus políticas y prácticas, destacando la necesidad de recursos adecuados para la identificación de cuerpos.
En El Salvador, Villa preparó un estudio sobre el respeto a las garantías del debido proceso en casos criminales relacionados con emergencias obstétricas. Este trabajo ha contribuido a la mejora de las políticas y prácticas en relación con la desaparición forzada, promoviendo la justicia para las víctimas y sus familias.
Como Comisionada Adjunta de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), Villa ha promovido la ratificación de la Convención sobre Desapariciones Forzadas en los países bajo su mandato. Su labor ha llevado a la creación de mecanismos nacionales para cumplir con las recomendaciones de los tratados internacionales, incluyendo la búsqueda de personas desaparecidas.
En países como Panamá, Honduras y Nicaragua, Vila ha mantenido relaciones con gobiernos y organizaciones de víctimas para seguir casos de desaparición forzada y promover la ratificación de la Convención sobre Desapariciones Forzadas. Su trabajo ha fomentado la colaboración internacional y ha llevado a la implementación de mecanismos para la búsqueda de personas desaparecidas.
La funcionaria ha buscado la protección de los derechos humanos, uno de los problemas más graves y complejos del mundo actual. Su enfoque en la investigación, documentación y recomendaciones ha ayudado en mejorar la respuesta institucional para garantizar la justicia para las víctimas y sus familias.
Los 20.000 cuerpos en el aeropuerto
El Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas expresó su preocupación por la situación en Colombia, tras asegurar que existen 20.000 cuerpos sin identificar en un hangar de un aeropuerto en Bogotá. Esta revelación se produjo después de una visita de diez días al país por parte del comité, que se centra en los Derechos Humanos y busca abordar la problemática de las desapariciones forzadas.
El informe del comité destaca la falta de recursos materiales y humanos en las instituciones encargadas de la identificación de cuerpos, lo que impide una respuesta adecuada a la creciente demanda. Según el documento, la multiplicidad de autoridades involucradas en la búsqueda e identificación de personas desaparecidas plantea serios desafíos de coordinación, agravados por la escasez de profesionales capacitados para llevar a cabo el trabajo técnico forense necesario.
Por su parte, Medicina Legal en Colombia ha declarado que desconoce la cifra mencionada por el comité, lo que añade una capa de complejidad a la situación. La falta de claridad sobre en cuál de las terminales aéreas de la capital se encuentran los cuerpos también genera incertidumbre.
Además de Medicina Legal, la Procuraduría y Opain, operador del aeropuerto El Dorado aseguraron que no existe dicho hangar.
Durante su tercera visita al país, el comité, compuesto por expertos independientes, entre ellos Juan Pablo Albán y Carmen Rosa Villa Quintana, señaló la necesidad de mejorar la coordinación entre las distintas entidades responsables y de aumentar los recursos destinados a la identificación de cuerpos y restos humanos.