Como cada 7 de diciembre, las familias colombianas celebran una de las tradiciones más autóctonas y significativas del país: el Día de las Velitas.
La festividad ha trascendido su origen estrictamente religioso y se ha convertido en un evento de carácter popular, en el que las familias, amigos y comunidades se reúnen para compartir, encender velas y luces, y disfrutar de un ambiente festivo.
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Además de su sentido religioso, el Día de Velitas es una manifestación cultural que refleja la diversidad y riqueza de las tradiciones colombianas. A través de esta celebración, se busca no solo iluminar el camino hacia la Navidad, sino también fortalecer los lazos familiares y comunitarios, promoviendo valores de solidaridad y esperanza.
No obstante, en esta fecha en particular, algunas personas, dentro de sus creencias populares, asocian ciertos colores de velas con energías que podrían influir en diferentes aspectos de la vida.
El simbolismo detrás de los colores de las velas es un aspecto central de esta tradición. Cada color representa un deseo o intención diferente, con los que las personas suplican por la realización de esa intención en particular.
Vela dorada para la riqueza
Las velas doradas se relacionan con la prosperidad, la abundancia y la riqueza debido a las simbologías que el color dorado tiene en diversas tradiciones culturales y espirituales. El dorado está relacionado con el oro, que históricamente ha sido considerado un símbolo de riqueza y éxito material.
En muchas creencias, el color dorado es percibido como una representación de la luz, la claridad y el poder divino, que ayuda a abrir puertas a la abundancia y a la buena fortuna. Además, este color está relacionado con la energía positiva, la elevación espiritual y la conexión con las fuerzas del universo que promueven el bienestar económico.
Por lo tanto, si desea encender una vela dorada en el Día de las Velitas, servirá como una herramienta energética que puede atraer esos mismos aspectos positivos.
Vela verde para la economía
Por otra parte, las velas de color verde se asocian con el crecimiento económico debido a su vínculo con la naturaleza, la fertilidad y la renovación, conceptos que son simbólicamente relacionados con el progreso y el desarrollo en diversos aspectos de la vida, incluido el aspecto financiero.
En muchas tradiciones espirituales y esotéricas, el verde es considerado un color que facilita la expansión y favorece la abundancia.
Se cree que encender una vela verde ayuda a activar esas energías de crecimiento personal y económico, al igual que la fertilidad de la tierra que produce frutos.
Vela amarilla para la fortuna
Por su parte, las velas amarillas tienen relación con la fortuna, el éxito y la buena suerte debido a los significados simbólicos que el color amarillo tiene en diversas tradiciones espirituales y culturales. El amarillo es un color que evoca sensaciones de luz, alegría, optimismo y energía positiva, características que se vinculan estrechamente con la prosperidad y el logro de objetivos.
En este contexto, el uso de velas amarillas se considera útil para iluminar el camino hacia el éxito, generando una atmósfera de motivación y creatividad, aspectos esenciales para alcanzar metas y atraer oportunidades.
De igual manera, otro color que se relaciona con la estabilidad financiera es la vela plateada, ya que vincula con características como la armonía, el equilibrio y la protección. En muchas tradiciones, el plateado se considera un color que tiene propiedades de neutralización y conexión con energías superiores, lo que favorece la creación de un entorno estable y seguro, tanto a nivel emocional como material.
Velas combinadas
Al encender velas de diferentes colores, se puede simbolizar la unión de energías para alcanzar objetivos financieros, según prácticas populares. La combinación de una vela dorada, una verde y una plateada representa riqueza, crecimiento y estabilidad, respectivamente. Este ritual se ha convertido en una opción para quienes buscan atraer prosperidad económica y mantener la armonía en otros aspectos de la vida.
Al encender estas velas, se recomienda concentrarse en las metas financieras y visualizar cómo estas energías trabajan juntas para alcanzarlas. Este enfoque mental es considerado un componente crucial del ritual, ya que se cree que la intención del individuo puede influir en el resultado.