Chocontá, un municipio ubicado a menos de setenta kilómetros de Bogotá, es un destino conocido no solamente por sus antenas de comunicaciones satelitales, sino por su extensa gastronomía llena de historia y sabor.
A una distancia de una hora y veinte minutos de la capital del país, se convierte en un destino obligatorio para los viajeros y turistas, ya que allí se prepara uno de los platos más insignias de la región cundinamarqués: el envuelto de mazorca.
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Aunque es un plato tradicional de casi toda América del Sur, especialmente en países como Perú, Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia y Argentina, este alimento se destaca por su preparación a base de masa de maíz tierno o mazorca rallada, siendo una de las preparaciones autóctonas del altiplano cundiboyacense.
Qué es un envuelto de mazorca
Este platillo es una especie de tamal, pero hecho con maíz tierno o mazorca rallada, lo que le da un sabor y textura únicos. El maíz se mezcla con otros ingredientes como queso, manteca, y a veces carne o verduras, y luego se envuelve en las hojas de la misma mazorca o en hojas de plátano, para ser cocido al vapor.
Los envueltos de mazorca se suelen preparar de manera artesanal y se pueden consumir como un aperitivo o un plato principal, dependiendo de los ingredientes adicionales. Su sabor es característico debido a la combinación del maíz con los ingredientes que lo acompañan y el toque de las hojas que le aportan un sabor ahumado o terroso al ser cocidas.
Origen de los envueltos en Chocontá
Los envueltos de mazorca en este municipio de Cundinamarca tienen sus raíces en la tradición indígena y en la cocina rural. La combinación de maíz, uno de los principales cultivos de los pueblos originarios de América, con ingredientes locales, es característica de muchos platos típicos de la región.
El maíz o mazorca es un ingrediente fundamental en la dieta de las comunidades indígenas de Cundinamarca y el altiplano cundiboyacense, que desde tiempos precolombinos lo cultivaban no solo como un alimento básico, sino como un símbolo de su cultura y cosmovisión.
Los envueltos de mazorca, en su versión cundinamarquesa, probablemente surgieron de la práctica ancestral de envolver el maíz con sus propias hojas o con hojas de otros vegetales disponibles localmente, como las de plátano, para cocinarlo y darle sabor. Con el tiempo, este platillo se fue adaptando con la adición de otros ingredientes como queso, carne o frijoles, lo que permitió diversificarlo según las disponibilidades regionales.
Festival del Pan Chocontano
Además de los envueltos de mazorca, Chocontá es conocido por su reconocido pan chocontano, un alimento especialmente querido por su sabor ligeramente dulce y su textura esponjosa y húmeda.
Es común encontrarlo en las panaderías del municipio y sus alrededores, donde se venden tanto entero como en porciones individuales. La receta original utiliza harina de trigo, pero algunas variantes pueden incorporar maíz o algún tipo de endulzante natural.
En algunas versiones, el pan chocontano puede incluir ingredientes como mantequilla, huevo y leche, lo que lo hace aún más suave y delicioso. Se puede disfrutar solo o acompañado de queso, chocolate caliente o café negro. Es común en las festividades locales y en las celebraciones familiares, como una forma de compartir un pedazo de la historia de la región con todos los presentes.
Incluso, en el mes de junio se desarrolla el mítico Festival del Pan Chocontano, donde reúne a gremios panificadores, emprendedores locales, marcas de productos de la industria, entusiastas de la comida y la comunidad en general para celebrar la rica tradición y herencia culinaria de la provincia cundinamarquesa de los Almeidas.
La celebración del Festival del Pan Chocontano es un reflejo del compromiso de la provincia con la preservación de sus tradiciones y la promoción de su identidad cultural. A través de actividades que combinan la gastronomía con expresiones artísticas y turísticas, el festival busca fortalecer el sentido de pertenencia y orgullo entre los habitantes de la región.
Este evento anual no solo es un escaparate para el talento local, sino también una plataforma para impulsar el turismo en la región, atrayendo visitantes que desean experimentar de primera mano la cultura y tradiciones de los Almeidas. La participación de diversas marcas y emprendedores locales también subraya la importancia del festival como motor económico para la comunidad.