La reforma tributaria presentada por el Gobierno del presidente Gustavo Petro parece que recibirá un golpe casi definitivo en el Congreso de la República. El Partido Liberal, a través de un comunicado oficial, anunció que votará en contra de la iniciativa, sumándose a la oposición que ya había manifestado el Partido Conservador en la mañana del martes 3 de diciembre.
Los conservadores destacaron que el proyecto propone un incremento del 20% en el impuesto sobre ganancia ocasional para los colombianos que reciban una herencia o realicen la venta de su vivienda o automóvil. Además, expresaron su desacuerdo con la eliminación del régimen simplificado, lo que tendría un impacto negativo en las pequeñas y medianas empresas.
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Por eso, la determinación de la colectividad que preside el exmandatario César Gaviria resaltó el creciente rechazo a una propuesta que busca aumentar los recursos del Estado, y que hasta ahora no ha logrado asegurar el respaldo necesario dentro de la esfera política colombiana, de acuerdo con la oposición.
La reforma tributaria, conocida como la Ley de Financiamiento, se originó como una respuesta a un déficit fiscal estimado en 12 billones de pesos, cifra que el Gobierno esperaba cubrir con este proyecto; sin embargo, tras una serie de reuniones entre los miembros del Ministerio de Hacienda y los congresistas, el proyecto fue objeto de varios ajustes y modificaciones en su ponencia, lo que reflejó las tensiones entre el Ejecutivo y los sectores legislativos.
En un pronunciamiento, Olga Lucía Velásquez, coordinadora ponente del proyecto, señaló que algunos de los artículos originales fueron eliminados, mientras que otros sufrieron modificaciones sustanciales. Un ejemplo clave de estos cambios es la decisión de mantener el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en el 5% para los vehículos híbridos, tras la eliminación de la propuesta inicial que pretendía la eliminación de la reducción de este tributo.
Además, se ajustó el impuesto al patrimonio, estableciendo que la base gravable se mantenga en 70.000 UVT (aproximadamente 3.390 millones de pesos), en lugar de reducirla como se había propuesto en un principio.
Sin embargo, a pesar de los ajustes, la reforma continúa siendo rechazada por amplios sectores políticos y económicos; en esta ocasión, el Partido Liberal hizo pública su postura contraria, al reafirmar que no apoyará una ley que consideran perjudicial para la población colombiana.
“El Partido Liberal no vota impuestos que graven la canasta familiar de los colombianos, la venta de un carro o una herencia familiar”, indicaron en su comunicado. En este contexto, la bancada liberal señaló que el bolsillo de los colombianos “no aguanta un impuesto más”, bajo el argumento de que la reforma es “altamente nociva para la frágil economía de los colombianos”.
La postura del Partido Liberal es clave en el panorama actual del Congreso, ya que este partido históricamente ha jugado un papel decisivo en la configuración de las leyes más relevantes del país. Con su rechazo, la reforma tributaria pierde apoyo crucial, especialmente en un momento en que el Gobierno necesita garantías de que el proyecto pueda ser aprobado sin mayores obstáculos.
La situación se complica más debido a que este mismo día estaban programadas las sesiones de las Comisiones Económicas de Cámara y Senado para dar inicio a la discusión del proyecto, pero la reunión fue aplazada debido a la falta de consenso en torno a la ponencia final. La ausencia de cuórum en la sesión fue un reflejo de las dificultades que enfrenta el Gobierno de Petro para lograr que su reforma sea aprobada.
En medio de estos desafíos, la administración gubernamental había esperado que la primera semana de diciembre se pudiera dar a conocer un texto final para comenzar el debate, pero con el aplazamiento y el creciente rechazo, las expectativas se redujeron considerablemente.