Natalia Jiménez se casó con su mánager: así fue la lujosa boda de la cantante española que dio el sí en México

Natalia Jiménez y su mánager Arnold Hemkes ya dieron oficialmente el sí ante Dios en una lujosa boda en la que compartieron al aire libre con amigos y familiares. Alessandra Jiménez, hija de la cantante española, fue la dama de honor y se encargó de llevar el ramo que posteriormente se ofrendó a la virgen María en medio de la ceremonia.

La celebración tuvo lugar en Guadalajara, México, ciudad natal del empresario musical que conquistó el corazón de la cantante española y exjurado de La voz kids Colombia. La novia deslumbró con sus cuatro vestidos.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

La pareja, que se comprometió el 20 de noviembre en Madrid, España, caminó hacia al altar en una tradicional hacienda mexicana ubicada en el estado de Jalisco. Hasta allí llegaron los más de 100 invitados especiales, quienes entre lágrimas y aplausos celebraron la unión de la exvocalista de la agrupación La quinta estación y su nuevo esposo, el empresario y mánager de artistas mexicano Arnold Hemkes.

“¡Qué emoción poder compartir con vosotros este momento tan especial en nuestras vidas! ¡Nos casamos! Guadalajara, Jalisco, México, de testigo y rodeados de amor, familia y amigos. Estoy feliz de compartiros todos los detalles de este día inolvidable en exclusiva para la revista ¡Hola!. Espero que disfrutéis esta etapa tan importante de nuestra historia juntos. Os queremos”, escribió la cantante en su cuenta oficial de Instagram, donde compartió las primeras imágenes de esta significativa fecha en la que la revista ¡Hola! obtuvo la exclusiva.

En cuanto a cómo su relación pasó de lo profesional a lo sentimental, Natalia Jiménez compartió un resumen de su historia de amor junto a su actual mánager y ahora también esposo.

“Fue un amor que surgió de cero. Primero nos conocimos en lo profesional, luego surgió una amistad muy linda durante varios años y, después, este sentimiento irrefrenable, que creció como una bola de nieve sin parar”, mencionó la artista, quien se radicó en México tras enamorarse de la cultura de este país.

Tras ocho años de divorcio de Daniel Trueba, padre de su hija, y un intento fallido de matrimonio con Antonio Alcohol, la intérprete de temas como Creo en mí y Me muero volvió a creer en el amor y esta vez, si llegó al altar a sus 42 años.

Un primer momento íntimo, en el que la pareja de comprometidos se casó por lo civil a puerta cerrada, sirvió como expectativa para lo que vendría después. Tras firmar los papeles, la novia se cambió a su segundo vestido, con el que caminó hasta la capilla de aire colonial, decorada con grandes plantas y flores tropicales en tonos blancos y marfil, para recibir la bendición de Dios.

El traje de la cantante, inspirado en los clásicos del cine mexicano de los años 50 y las divas de la época, reflejó el amor que Natalia Jiménez tiene por este país y su cultura. “La música que más me gusta, donde me he sentido adoptada y he conocido al amor de mi vida”, mencionó en una entrevista con la revista ¡Hola!

Uno de los momentos más especiales y emotivos de la larga celebración se dio cuando la artista leyó sus votos nupciales, que reflejaron su talento para la composición. De hecho, sus palabras bien podrían convertirse en un próximo tema musical.

“Con él puedo ser yo misma con mis errores, me siento libre todo el tiempo, puedo mostrarme tal y como soy y sé que me va a querer de todas maneras. Lo que más me gusta es sentir que tengo un compañero de vida, con el que puedo hacer lo que quiera y compartir lo que sea, bueno y malo.”

La fiesta estuvo a la altura, e incluso contó con fuegos pirotécnicos que le dieron el toque romántico a la noche. Allí, la cantante lució sus otros dos vestidos.

Los asistentes disfrutaron de un cóctel a base de tiraditos de atún y sashimi de pulpo antes de la cena, que incluyó platos típicos de res, según la alta cocina mexicana. La hora del baile estuvo ambientada entre orquídeas, tulipanes y lirios, grandes vasijas amarillas de barro Talavera y mariachis.

“Queríamos que fuera una boda jovial, colorida, linda, relajada y muy mexicana. Que nuestros invitados vinieran a celebrar con nosotros, a pasársela súper bien y se vayan con un gran recuerdo de Guadalajara, de México y de nosotros”, agregó la novia.