Con la llegada de diciembre, muchos hogares colombianos se sienten motivados a explorar distintos municipios del país, disfrutar de los alumbrados navideños y apreciar los paisajes durante esta temporada. Aprovechando las vacaciones escolares, es el momento perfecto para compartir en familia. Las celebraciones decembrinas despiertan el interés por descubrir lugares que transmitan el espíritu de la Navidad, con su conexión a Santa Claus, el Niño Dios y otras tradiciones y creencias propias de esta época festiva.
Por eso, a medida que la fecha de Navidad se acerca, los destinos turísticos en Colombia cobran una relevancia especial y uno de esos lugares que sobresale en la temporada decembrina es Oiba, un pequeño municipio santandereano conocido como el “pueblito pesebre de Colombia”. Situado a poco más de tres horas de Bucaramanga y a 45 minutos de San Gil, este pueblo se convierte en una excelente opción para quienes buscan sumergirse en una atmósfera festiva rodeada de historia, arte y naturaleza.
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Este municipio, reconocido por su arquitectura y su tradición artesanal, se transforma en un pintoresco escenario durante las festividades navideñas. En sus calles empedradas, los habitantes montan representaciones de pesebres en miniatura, una de las características más distintivas de Oiba, lo que contribuye a su apodo. Estas figuras, que varían desde pequeñas iglesias hasta fachadas de casitas campesinas, son elaboradas a mano utilizando técnicas ancestrales en caolín, una arcilla local que da vida a estas pequeñas maravillas.
La influencia de la Navidad en Oiba no se limita a los adornos, ya que durante este mes, la población crea un ambiente acogedor para los turistas y locales. La Iglesia San Miguel Arcángel, una edificación de piedra labrada que resalta por su tamaño compacto, pero lleno de detalles, alberga la espiritualidad del pueblo y es un lugar de visita obligatoria. Se dice que en tiempos remotos, el Arcángel San Miguel rescató una campana robada por el diablo, un relato que se mantiene vivo en la memoria colectiva del lugar, lo que añade un toque de misticismo a la visita.
El concepto del pesebre es central en Oiba, no solo por las representaciones artesanales, sino por las tradicionales exposiciones de pesebres vivientes que tienen lugar en la plaza principal. Este evento atrae a turistas de todo el país, que se acercan a disfrutar del encanto de las pequeñas figuras humanas y animales que recrean escenas bíblicas. Los habitantes de Oiba se visten con trajes típicos para representar las historias del nacimiento de Jesús, y las familias se agrupan en las calles decoradas con luces y guirnaldas, creando una atmósfera navideña cálida y familiar.
Un Encuentro con la naturaleza y la aventura
A pesar de ser reconocido por su arquitectura y tradiciones navideñas, Oiba también ofrece a los visitantes experiencias naturales inolvidables. Uno de los principales atractivos de la región son las Cascadas de Chaguatá, situadas a solo 30 minutos del casco urbano. Este espectacular paraje natural es el escenario perfecto para los amantes de la aventura, quienes pueden disfrutar de actividades como el rápel y el torrentismo, además de realizar caminatas ecológicas que los llevan a un encuentro directo con la naturaleza.
Las cristalinas aguas de la cascada ofrecen un respiro refrescante y revitalizante para quienes se aventuran hasta allí, especialmente en las calurosas jornadas decembrinas.
Oiba es también un destino ideal para quienes desean disfrutar de la tranquilidad de un entorno natural en la víspera de las festividades. La paz que se respira en sus montañas y el contacto directo con la flora y fauna locales hacen de este lugar un refugio perfecto para desconectarse del bullicio de las grandes ciudades.
Gastronomía navideña: deliciosos sabores santandereanos
La gastronomía de Oiba, famosa por la producción de miel de abejas, juega un papel fundamental en la identidad del municipio, especialmente durante las festividades de Navidad. En este mes, los sabores típicos de la región se vuelven aún más atractivos para los visitantes que desean disfrutar de un festín navideño auténtico.
Uno de los platos más emblemáticos es el manjar de cuajada con miel, que combina la dulzura de la miel local con la frescura de los lácteos de la región. A este se suman la arepa de maíz pela’o, el guarapo de panela y el sancocho de gallina criolla, platos que se disfrutan especialmente en las cenas navideñas.
El Festival de la Miel, que tiene lugar en enero, también se convierte en un preámbulo a las celebraciones navideñas. Aunque el evento se realiza en el primer mes del año, la preparación de la miel, que es uno de los productos más importantes de Oiba, comienza con la llegada de la Navidad, cuando la producción alcanza su punto máximo. Durante el festival, se realizan comparsas, desfiles de carrozas y el reinado de la miel, actividades que engalanan las calles del municipio.