El 29 de noviembre, el Ejército de Sudán informó que, por medio de “drones suicidas”, asesinó a 22 mercenarios de nacionalidad colombiana, que estaban participando en conflictos armados del país africano. Desde entonces, las familias de los ciudadanos colombianos han estado buscando respuestas sobre lo que pasó con sus familiares y sobre cómo repatriar sus cuerpos.
Las dudas sobre cómo llegaron a hacer parte de las filas armadas continúan creciendo, puesto que, al parecer, algunos llegaron a Sudán con engaños. Así lo confirmó la hermana de uno de los connacionales, en conversación con El Tiempo. Según explicó, su hermano viajó al territorio africano con la esperanza de trabajar como guarda de seguridad.
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De hecho, en una ocasión anterior consiguió un puesto como vigilante en Emiratos Árabes y regresó sin ningún contratiempo: “La primera vez nos contó que trabajó como guarda de seguridad, le fue bien y es por eso que tomó la decisión de regresar, aunque él nunca nos señaló que se iba para una guerra, sino a prestar servicios de vigilancia”, precisó la ciudadana, cuyo nombre no fue revelado por cuestiones de seguridad.
La familia del colombiano todavía no sabe si su pariente fue uno de los asesinados en el operativo contra mercenarios en Sudán o si falleció debido a un accidente. Esta última es la versión oficial que recibieron.
“Solo nos avisaron que mi hermano murió en un accidente en el desierto de Sudán. No sabemos si en realidad él cayó en ese operativo que han informado los medios. Estamos en completa incertidumbre”, contó la mujer al informativo citado.
Un segundo caso: sin fecha de repatriación del cuerpo
Por otro lado, el hermano de otro de los colombianos que presuntamente fue asesinado en el país africano indicó que la información que tienen sobre lo que pudo haber sucedido con su familiar es la que ha sido publicada en diversos medios de comunicación. Más allá de eso, no ha sido posible tener detalles de los hechos.
“Uno se opone a creer que esa información era cierta, pero todo se va corroborando cuando dejamos de recibir mensajes y comienza a llegar la información”, explicó.
En este caso, el ciudadano fue contratado por una empresa que no ha confirmado fecha de repartición de su cuerpo. De acuerdo con el familiar, cuando se pusieron en contacto con la compañía, les indicaron que la repatriación del cuerpo de su pariente podría tardar meses, debido a que se debe hacer un proceso de identificación, certificación de documentos y destinación de recursos.
“Hay una gran desesperación entre nosotros, no sabemos qué pasará, si el cuerpo llegará o si en definitiva nos toca resignarnos a que más nunca tendremos información de nuestro pariente”, expresó el hombre a El Tiempo.
Casos como los de los dos colombianos no serían aislados: alrededor de 300 ciudadanos del país están desaparecidos en Sudán y sus familias esperan respuestas sobre su paradero y estado de salud. Pues, aunque los conflictos en África han llamado la atención de personas de diversos países que se suman a las filas armadas a cambio de una fuerte remuneración, lo cierto es que sí se ha identificado una migración irregular de colombianos que viajan engañados.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores tiene conocimiento del fenómeno de migración irregular por el que algunos de nuestros connacionales viajan engañados por sofisticadas redes de trata de personas y terminan participando en conflictos internacionales como mercenarios. Este es un tema recurrente y prioritario del Canciller Luis Gilberto Murillo en su agenda de trabajo y diálogo en sus visitas al exterior”, precisó la Cancillería en un comunicado.