La Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, de la que hacen parte Gobierno, empresarios y sindicatos laborales conocieron, el 3 de diciembre, las cifras de productividad laboral de 2024, que fueron entregadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Tras la sesión, la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, informó los datos más relevantes al respecto. Sobre Productividad Total de los Factores (PTF), esta se ubicó en 1,73%. Por su parte, la productividad laboral por hora trabajada llegó al 3,43%, mientras que la productividad laboral por persona empleada resultó de 1,76%. Asimismo, la productividad media cerró en 3,14%, lo que reflejó una tendencia positiva en lo relacionado con la eficiencia.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Dichos datos serán importantes para la negociación que, previamente, tiene a los trabajadores con intenciones de que la subida sea de dos dígitos (más de 10%9 y a los empresarios con una búsqueda mucho menor. No obstante, lo normal es que el aumento se establezca de la suma de la inflación (se conocerá el 5 de diciembre) y dichos indicadores de productividad.
Imagen del presidente de la República
Sin embargo, hay más detalles que pueden afectar el alza. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) reveló un análisis que explora la relación entre la imagen de desfavorabilidad presidencial y las decisiones sobre el salario mínimo en Colombia. Este documento sugiere que existe una valoración significativa, por lo que indica que “cuando el presidente presenta menor favorabilidad, los incrementos salariales han sido mayores y superiores a la fórmula técnica de inflación y productividad”.
Seguramente, es algo que llama mucho la atención, ya que, de acuerdo con Invamer, en noviembre de 2024, el 59,9% de los colombianos desaprueba la gestión del presidente Gustavo Petro
La entidad que preside José Ignacio López puntualizó que “los incrementos del salario mínimo en Colombia que no están explicados por la inflación y la productividad mantienen una promoción positiva con el nivel de desfavorabilidad del mandatario de turno”, una declaración que demuestra la interdependencia de estos factores.
Según el análisis, el impacto económico es limitado, ya que “un aumento de la impopularidad del presidente en diez puntos se asocia a un incremento del salario mínimo de 0,2 puntos porcentuales por encima de la fórmula técnica”. Sin embargo, aclara que esto es sugestivo dado el “número limitado de observaciones”.
Elementos políticos que influyen
Además, el estudio de Anif confirmó que diversos elementos políticos influyen en la negociación de la remuneración, por lo que destacan que “la negociación del salario mínimo en Colombia ha estado mediada por elementos que van más allá de lo técnico”. Este matiz refleja la complejidad del proceso y su interacción con las dinámicas políticas.
Las partes en la mesa de discusión (Gobierno, empresarios y trabajadores) reflejan intereses diferenciados. Por un lado, los trabajadores abogan por un ajuste que “recupera, sustancialmente, el poder adquisitivo de los trabajadores”, mientras que los empresarios solicitan que “la decisión se aleje de las intenciones políticas y considere las consecuencias para la actividad económica”.
El centro de estudios también resalta la importancia de considerar “los efectos económicos sobre los trabajadores no representados en la mesa cuando los incrementos del salario mínimo exceden la fórmula técnica”, como una de sus conclusiones clave.
De cuánto debería ser el aumento del salario mínimo para 2025
Sobre las previsiones macroeconómicas, Anif proyecta que la inflación para noviembre y fin de año sea del 5,15% y 5%, respectivamente, junto a un incremento de productividad del 0,78 %. A la luz de estas cifras, recomienda un aumento del salario mínimo no mayor a un 6% para 2025.
“Aumentos por encima del 6% no solo no están justificados por los fundamentales económicos, sino que pueden seguir ampliando la brecha entre los trabajadores formales y aquellos excluidos de dicha formalidad”, señala el informe.
Dicho análisis se dio a conocer dentro de un contexto donde la percepción pública de los mandatarios parece jugar un papel en decisiones económicas importantes. La intersección entre política y economía, en este caso, resalta la necesidad de equilibrar decisiones técnicas con las demandas del contexto sociopolítico, un equilibrio que Anif busca en sus recomendaciones.