Durante el IV Foro Abierto de Ciencias de América Latina y el Caribe, llevado a cabo el 3 de diciembre, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, aprovechó su intervención para abordar temas que trascienden los objetivos primarios del evento. Aunque el foro se centraba en el avance de la cultura, la ciencia y la integración regional, el mandatario incluyó en su discurso fuertes críticas hacia líderes políticos de la región y del mundo, al destacar lo que considera acciones que afectan la preservación de la historia y la cultura.
Petro, conocido por sus declaraciones contundentes y alejadas de la diplomacia tradicional —misma que lo han llevado a tener más desaprobación ciudadana—, señaló que la falta de conocimiento de la historia ha tenido consecuencias graves en diversas sociedades. Para argumentar su postura, mencionó que expresiones culturales regionales, como el uso del término “ajá” en la costa colombiana, reflejan la riqueza de la diversidad, pero su desconocimiento es síntoma de una desconexión con las raíces históricas.
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El presidente no dudó en responsabilizar directamente al expresidente César Gaviria (1990-1994) de lo que describió como una censura educativa. Según Petro, “César Gaviria prohibió la historia en los colegios”, una medida que, desde su perspectiva, habría contribuido a la falta de conciencia histórica en el país.
Pues cabe mencionar que, en 1984, la Historia dejó de ser una materia independiente, y en 1994, durante el gobierno de César Gaviria, fue eliminada del pénsum de educación básica al ser fusionada con Ciencias Sociales. Desde entonces, los estudiantes dejaron de estudiar los principales hechos históricos de Colombia y del mundo, como la conquista, la independencia y la república, pero la materia fue reintegrada al currículo en 2017.
Sin embargo, sus comentarios no se limitaron a Colombia, ya que el mandatario extendió sus críticas hacia el actual presidente de Argentina, Javier Milei, comparando sus políticas con las de regímenes autoritarios de la historia: “Ahora veo a Milei prohibiendo los libros en las bibliotecas, como (Adolf) Hitler, como (Francisco) Franco, como los fascistas del mundo, olvidando una gran enseñanza del mundo: cuando quemen los libros en las hogueras, después quemarán a los seres humanos”.
En su intervención, Petro vinculó la quema o prohibición de libros con los actos más oscuros del fascismo, evocando la experiencia histórica de la dictadura en Argentina, cuando miles de personas fueron desaparecidas, torturadas y asesinadas. Destacó que estas prácticas van en contra de la memoria histórica y la construcción de sociedades libres y diversas.
Además, mencionó a figuras emblemáticas como José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, que también fue víctima de persecución y cárcel durante un régimen dictatorial: “El pueblo argentino lo sabe en su propia piel porque los fascistas quemaron a sus hijos, desapareciéndolos y torturándolos —Pepe Mujica, en el Uruguay, es una víctima de ello, yo también lo fue, más corto, más suave y ahora lo vamos a condecorar por ello-”.
El mandatario sostuvo que prohibir libros, sean considerados buenos o malos, representa un ataque directo a la memoria y a la cultura de la humanidad:
“Quema libros es lo mismo que el que prohíbe los libros. Cualquiera que sea bueno o malo, un libro es parte de la historia cultural de la humanidad y prohibir un libro es cerrar la historia de la humanidad para repetir sus peores pasos: el genocidio, la muerte de los rebeldes, la muerte de las mujeres libres, en Europa quemadas como brujas. La muerte del pueblo trabajador, condenado a los campos de concentración que no solo fueron los judíos, fueron los socialistas, comunistas, los gitanos, los homosexuales, los que pensaban diferente”.
En un tono que denotaba indignación, Petro recurrió a ejemplos históricos para reforzar su punto. Citó la emigración forzada del físico Albert Einstein de Alemania como un ejemplo de cómo los regímenes autoritarios persiguen a quienes piensan diferente: “Por eso Einstein tenía que irse de Alemania, quizás el mejor hombre alemán de los últimos tiempos”.
La intervención del mandatario colombiano no pasó desapercibida, al generar reacciones mixtas. Mientras algunos sectores celebran la defensa de la memoria histórica y la condena a las prácticas autoritarias, otros cuestionan la pertinencia de llevar este tipo de señalamientos a un foro dedicado a la ciencia y la cultura. Asimismo, las alusiones directas a líderes actuales como Milei y pasados como César Gaviria abrieron un nuevo debate sobre los límites entre la crítica política y el discurso presidencial en eventos de ciencia, pese a que, al momento de publicarse esta nota, los líderes políticos no se pronunciaron al respecto.