Esta es la primera hipótesis de la masacre en Ecuador, que cobró la vida de nueve colombianos

En la madrugada del domingo primero de diciembre, un violento ataque armado se presentó en El Guabo, provincia de El Oro, en Ecuador, y dejó un saldo de diez personas fallecidas, entre ellas nueve de nacionalidad colombiana.

Las autoridades ecuatorianas encontraron los cuerpos tanto dentro como fuera de la vivienda afectada. Además, a un kilómetro de distancia, se halló el cuerpo descuartizado de una persona que, según las investigaciones preliminares, habría intentado huir del lugar cuando los atacantes llegaron en vehículos y abrieron fuego.

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El incidente está siendo investigado como un posible enfrentamiento entre bandas criminales que operan en la región fronteriza con Perú, según fuentes policiales citadas por el diario local Extra Guayaquil

El ataque ha sido atribuido a un grupo armado organizado conocido como los Sao-Box, que opera principalmente en la parroquia de Puerto Bolívar, una zona cercana a la frontera. Esta organización es señalada como responsable de la masacre, por disputas territoriales entre organizaciones delictivas que buscan controlar el área.

Según información revelada por el diario local, un grupo de colombianos habría sido contratado por una organización criminal (Los Lobos) para llevar a cabo un ataque en el sur de Ecuador. Los individuos llegaron a la provincia de El Oro el 28 de noviembre, luego de haber estado en Quito dos días antes.

El hallazgo de los cuerpos ocurrió en la parroquia Barbones, en un sector conocido como El Oro, donde las víctimas fueron encontradas en una residencia que habían alquilado días previos. Los cuerpos presentaban evidentes signos de violencia.

Las autoridades encontraron en la escena del crimen un panfleto con una advertencia al parecer de la Los Guates Box: “Todo aquel que le copie a los malditos Lobos Espejos, será dado de baja”.

Según el coronel Pablo Fajardo, comandante de la Policía en El Guabo, Ecuador, las víctimas fueron abatidas con pistolas de 9 milímetros y fusiles de asalto. En total, se descubrieron diez cadáveres: nueve de ellos en un primer lugar y uno más, desmembrado y oculto en un saco costal, a un kilómetro de distancia.

En la vía pública de La Victoria se hallaron los cuerpos sin vida de cuatro colombianos: Samuel Antonio Cárdenas Cortés, Luis Heli Patarroyo Urrego, José Miguel Araujo Buila y Yobin Riascos Romero. Mientras que en la casa donde se produjo el ataque fueron encontrados los cuerpos de Alejandro Saiz Poveda y Diego David Benavides Cifuentes.

De los siete colombianos, solo Araujo Buila tenía antecedentes penales por tráfico de estupefacientes, mientras que el resto no presentaba registros previos. Las autoridades ecuatorianas continúan con la investigación para esclarecer los pormenores de este crimen.

Nariño y Putumayo, dos departamentos colombianos que comparten frontera con Ecuador, concentran casi el 50% de los cultivos de coca del país, según el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de Naciones Unidas.

En 2023, se detectaron en Colombia 253.000 hectáreas de narcocultivos, con una capacidad de producción de 2.664 toneladas métricas de cocaína pura. En Nariño se encontraron 64.990 hectáreas de coca, mientras que en Putumayo se registraron 50.343 hectáreas, sumando un total de 113.333 hectáreas, lo que representa el 45% del total nacional.

La ubicación estratégica del cantón El Guabo, en Ecuador, ha convertido a esta región en un punto clave para los grupos armados organizados que operan en actividades ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal.

Entre estos grupos se encuentran Los Lobos, quienes actúan para el cartel Jalisco Nueva Generación. Este grupo cuenta con aproximadamente 7.000 hombres armados y está compuesto por estructuras como Lagartos, Ñetas y Choner Killer.

Por otro lado, los ‘Sao-Box’ son una facción aliada a Los Choneros, enemigos acérrimos de Los Lobos en la lucha por el control del tráfico de cocaína colombiana hacia Centroamérica. Los Choneros, el grupo más grande, tiene más de 15.000 integrantes y mantiene vínculos con el cartel de Sinaloa. Este grupo está compuesto por unas 10 subestructuras, entre ellas Las Águilas, Los Gángsters y los R-7.