Conozca el truco efectivo para que los garbanzos y los frijoles queden bien espesos y suaves

Granos duros como los garbanzos y frijoles son esenciales en la dieta de los hogares colombianos, especialmente en las regiones donde las carnes son de difícil acceso para la economía o no llegan hasta los territorios.

Estos alimentos no solo son una fuente accesible de proteínas, sino que también aportan fibra, carbohidratos y diversos micronutrientes. Su capacidad para ser almacenados durante largos periodos los convierte en un recurso valioso para la planificación alimentaria, especialmente en áreas rurales.

Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.

La versatilidad de los granos permite su inclusión en una variedad de platos, desde guisos y sopas hasta ensaladas y como ingredientes principales en recetas tradicionales. Esta adaptabilidad es un reflejo de su importancia en la cocina latinoamericana, especialmente en la gastronomía colombiana, siendo un símbolo de la conexión con las tradiciones indígenas que han influido en las costumbres alimenticias de la región.

Adicionalmente, los granos son fáciles de cultivar en diferentes climas, lo que los hace fundamentales en la agricultura familiar y en la seguridad alimentaria. Su cultivo no solo proporciona alimento, sino que también tiene un impacto positivo en las economías locales y fomenta prácticas agrícolas sostenibles.

Este tipo de preparación no solo hace que los platos sean más saciantes, ayudando a controlar el apetito y reducir la ingesta calórica, sino que también puede ralentizar la digestión, lo que disminuye la carga sobre el sistema digestivo. Además, una textura espesa potencia los sabores y retiene más nutrientes, lo que resulta en una comida más sabrosa y rica en fibra, proteínas y minerales.

Para conseguir que los garbanzos y frijoles queden suaves y tiernos al cocinarlos, es clave seguir ciertos pasos y tener en cuenta algunas recomendaciones que aseguren que la cocción sea perfecta.

Inicialmente, el remojo es fundamental para suavizar los garbanzos y los frijoles. Esto les permite hidratarse y ablandarse antes de la cocción. Lo ideal es remojarlos durante al menos 8 horas o toda la noche. En cuanto a una manera rápida, puedes hervir agua y vertir sobre los garbanzos o frijoles, cubre y deja reposar durante 1 a 2 horas.

De igual manera, expertos consideran que es importante que durante la cocción haya suficiente agua en la olla, para que los garbanzos o frijoles puedan absorber el líquido necesario sin secarse. Generalmente, se recomienda doblar el volumen de agua respecto al volumen de legumbres.

Agregar sal o ingredientes ácidos como el vinagre o el tomate, una vez se comience a cocinar la receta, puede hacer que los garbanzos y frijoles queden más duros. Reconocidos expertos en la cocina aseguran que la sal y los ácidos endurecen la piel de los granos, por lo que es recomendable que sean añadidos cuando los frijoles o garbanzos ya estén casi cocidos, es decir, después de una hora o más de cocción.

Otra forma de evitar los granos duros es cocinar los garbanzos o frijoles a fuego bajo a medio, ya que, en caso contrario, puede hacer que el exterior se cocine rápidamente, pero el interior quede duro. Por ende, se recomienda mantener la olla tapada y revísalos cada tanto para asegurarse de que no se quede sin agua.

Uno de los productos que pueden ayudar para que los frijoles o garbanzos queden blandos es el bicarbonato de sodio. Se agrega una pizca (aproximadamente 1/4 de cucharadita) al agua de cocción, al principio, y luego se agregan los granos.

Los garbanzos y frijoles necesitan tiempo para ablandarse completamente. La cocción puede tomar 1 a 2 horas en una olla convencional. Si usas una olla a presión, el tiempo se reduce considerablemente, entre 30 a 45 minutos, dependiendo del tipo de frijol o garbanzo.

De igual manera, expertos sugieren que lo ideal es probar un grano de vez en cuando para ver si está lo suficientemente suave. Si aún están duros, sigue cocinando y revisa nuevamente.