Contrario a los mensajes esperanzadores que ha querido impulsar el Gobierno del presidente de la República, Gustavo Petro, en relación con las negociaciones con los diferentes grupos armados ilegales, la percepción sobre la política de Paz Total de su mandato goza de una negativa percepción a nivel internacional, a juzgar por el más reciente artículo de la prestigiosa revisa internacional The Economist: que por segundo año consecutivo pone en entredicho los logros del Ejecutivo.
El reporte periodístico, publicado el domingo 1 de diciembre, fue enfático en señalar que, “por desgracia, la paz total del señor Petro está tambaleando. Uno de los ejemplos a los que acudió para ambientar este fatídico escenario, es el proceso que se adelanta con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que pese a que la mesa estuvo activa hasta febrero de 2024, cuando se llevó a cabo el sexto ciclo, los constantes incumplimientos pusieron en duda la posibilidad de avanzar en este proceso”.
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“Tres meses después de mi presidencia, el ELN habrá terminado”, fue uno de los anuncios que, en la campaña a la presidencia en 2022, hizo Petro, lo que llenó de esperanza a quienes creían que sería el fin de uno de los conflictos más antiguos del continente. Así lo mencionó el medio citado, citando el caso de Zenaida Basto, madre de Anthony Colmenares: secuestrado el 17 de julio de 2019 por esta organización al margen de la ley, y del que no volvió a saber nada desde entonces.
The Economist recopiló cómo Petro, “un exguerrillero”, fue elegido presidente con la promesa de Paz Total. “La idea era entrar en negociaciones con casi todos los grupos armados a la vez, incluidos los grupos criminales, no solo con los grupos políticos. De ese modo, ningún grupo se sentiría reacio a desarmarse por temor a que aquellos que no lo hicieran se apoderasen de sus bienes o los mataran”, recordó en su reporte el portal periodístico.
Sin embargo, las negociaciones han sido poco fructíferas, a tal punto que se suspendió el cese al fuego acordado desde agosto de 2023. Las esperanzas de alcanzar un acuerdo significativo se desvanecen, según Carlos Velandia, exnegociador del ELN, que en el citado artículo advirtió que los resultados serán “muy pequeños, muy pobres”; afirmaciones que fueron entendidas como una especie de vaticinio de cara a lo que se avecina en esta compleja negociación.
The Economist apuntó a fracasos de Gustavo Petro con el EMC y el Clan del Golfo
Y aunque The Economist destacó que la tasa de asesinatos descendió ligeramente en 2023, los secuestros y extorsiones han aumentado; además, los enfrentamientos entre grupos rivales se incrementaron en un 40% desde que Petro asumió el cargo, el 7 de agosto de 2022. A la par de las críticas a las tratativas con el ELN, la revista también remarcó las intenciones de diálogos con el Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc, y el Ejército Gaitanista de Colombia, o Clan del Golfo.
Pero, reiteró cómo el marzo de 2024 se suspendió el cese al fuego con el EMC en tres regiones del país, lo que derivó en el resquebrajamiento de las conversaciones. “Otro alto el fuego, con el Clan del Golfo, una agrupación criminal de 9.000 miembros que controla la lucrativa ruta de migración al norte a través de la selva del Darién desde Colombia hasta Panamá, colapsó en marzo de 2023. El gobierno también está tratando de resucitar las conversaciones”, resumió el medio referido.
A su vez, mencionó que también hubo fallidas propuestas de tregua con pandillas urbanas en tres ciudades; sin embargo, reseñó cómo se cayeron los diálogos en dos de ellas. “En una, Quibdó, las pandillas ahora circulan listas de muerte de mujeres supuestamente vinculadas a pandilleros rivales”, advirtió The Economist, que también mencionó lo que sucede en Cúcuta (Norte de Santander), en el que su alcalde, Jorge Acevedo, se mostró incrédulo con el impacto de estas negociaciones.
Para el mandatario local, según replicó el medio en referencia, los ceses de fuego urbanos pueden llevar a una “paz falsa”, en la que las pandillas se expanden de todos modos, pero matan fuera de la ciudad. En contraste, Iván Cepeda, senador del Pacto Histórico y uno de los ‘arquitectos’ de la Paz Total, trató –según este medio– de minimizar las críticas a estas iniciativas. “Los procesos de paz en Colombia siempre están llenos de dificultades”, dijo sobre el particular.
¿Por qué está fracasando la política de Paz Total?
“¿Qué está fallando? Un problema es que al gobierno le falta credibilidad”, fue una de las conclusiones en el artículo, en el que se detalla la incapacidad para generar confianza, a lo que se suma el incumplimiento de los compromisos previos, específicamente del acuerdo de paz con las Farc. “Casi el 70% de las estipulaciones no se han implementado completamente”, se detalló en el artículo, que relató cómo otros grupos dudan en desarmarse si perciben que el Gobierno no cumplirá.
A lo que se suma que, en el caso de las Farc, nuevos hombres armados tomaron el control en su lugar. The Economist reveló que más de 400 exmiembros de la extinta agrupación han sido asesinados desde 2016, “para saldar cuentas pendientes o por negarse a unirse a los nuevos grupos rebeldes”. Un aspecto no menor es que, a diferencia del anterior proceso, el accionar de las Fuerzas Militares ha sido menor, “y sin ese tipo de presión militar, hay poco incentivo para comprometerse”.
Por último, consultada la viceministra de Defensa Daniela Gómez, sobre si los referidos ceses al fuego podrían considerarse un error, la respuesta de la funcionaria fue contundente. “La búsqueda de la paz nunca es un error”, dijo. Aunque detalló que el Ejército ha llevado a cabo más operaciones que nunca, para el medio es claro que, precisamente, son los numerosos ceses intentados, “los que han quitado la presión a los grupos armados”.
Otro problema en este entramado es que algunos colectivos, como el Clan del Golfo, son catalogados como delincuentes, no como representantes políticos. “Esto plantea otro desafío: al gobierno le carece de una base jurídica para relacionarse con ellos”, dijo la revista en cuestión, al hablar cómo en 2023 el Congreso intentó aprobar una legislación que autorizara a los líderes de pandillas a recibir condenas a menor medida y mantener ciertos bienes si se les entregaban; sin éxito.
“La Paz Total no es popular; aproximadamente dos tercios de los colombianos dicen que está yendo mal. El sucesor del señor Petro bien podría abandonarla. Para evitar eso necesita grandes victorias, rápidamente”, es otra de las conclusiones que derivan en el artículo, en lo que concierne a una realidad, de acuerdo con el medio, inocultable: que esta política se quedó sin tiempo, pues en 18 meses finalizará el mandato y el hoy jefe de Estado no podrá postularse de nuevo.