Salmonella, listeria, escherichia coli y triquinosis son solo las primeras de una larga lista de enfermedades que, según los médicos, podrían contraerse por consumir carne cruda.
Sin embargo, guiado por el crudismo y sus supuestos beneficios, el nutricionista colombiano conocido en redes como Galeno Nutrición decidió registrar, a diario, su consumo de hígado crudo, hasta alcanzar un estado de salud envidiable.
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Según comentó, en un video publicado la última semana de noviembre del 2024, para entonces, llevaba “46 días comiendo hígado crudo” y su vida cambió: “Cuando empecé a hacerlo, había muchas personas preocupadas. Decían que iba a tener problemas de estómago, que me iba a enfermar e, incluso, que me iba a morir”.
El colombiano sostiene que los beneficios, a 50 días de haber iniciado comer hígado crudo, son evidentes, al comparar su estado físico actual, con el de, apenas, hace dos meses:
“La verdad, solo he visto cosas positivas. Tengo más energía, más concentración, más fuerza, mi piel ha mejorado, al igual que mi salud y, definitivamente, mi calidad de vida. Por eso acá seguimos, comiendo hígado crudo, hasta que mejore mi salud. Esta vaina es muy buena”, insistió, comprometido a continuar con su cambio de dieta, a pesar de los peligros anunciados por los expertos en medicina.
Con una dieta rica en carnes, ¿cómo evitar riesgos por enfermedades?
El doctor Martín Piña, director de la carrera de Ingeniería en Alimentos de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), insiste que no respetar las temperaturas de conservación y romper la cadena de frío puede favorecer la proliferación bacteriana. “Si la carne no se refrigera correctamente, la reproducción de bacterias es exponencial, aumentando la carga patógena en cada trozo” y, por tanto, recomendó en entrevista para Infobae:
- Utilizar agua potable para su preparación: hervirla entre 2 y 3 minutos, agregar dos gotas de lavandina por litro o utilizar pastillas potabilizadoras.
- Mantener la higiene personal y en la preparación de alimentos: lavarse las manos antes y después de manipular alimentos, después de ir al baño y antes de comer.
- Evitar la contaminación cruzada al limpiar superficies y utensilios que hayan estado en contacto con carne cruda.
- Asegurarse de que la carne sea firme, elástica y no tenga olores desagradables.
- Estar atento a cambios de color como el marrón oscuro, la aparición de mucosidad superficial, el reblandecimiento u olores ácidos.
- No mezclar carne de bovino con pollo o cerdo y asegurarse de cocinar completamente todos los cortes, sin que queden partes rosadas o rojas en su interior.
- No ofrecer carne picada a menores de cinco años.
¿Qué enfermedades podrían derivarse del consumo de carne cruda?
La Universidad San Sebastián (Chile) señala que consumir carne cruda o mal cocida incrementa el riesgo de enfermedades por bacterias, parásitos y otros microorganismos. Algunas de las afecciones más comunes son:
- Síndrome urémico hemolítico (SUH): Según la Sociedad Argentina de Infectología, esta grave condición afecta principalmente a los riñones y está relacionada con infecciones por Escherichia coli y Shigella. Estas bacterias contaminan alimentos y agua, representando un mayor riesgo para niños menores de cinco años.
- Triquinosis: El profesor Claudio Figueroa, de la Universidad San Sebastián, explicó que esta enfermedad es causada por parásitos presentes en carne de cerdo mal cocida. Los “quistes de trichinella” se alojan en tejidos musculares, hígado y riñones, y no tienen cura.
- Salmonella: Detectada en carne de pollo cruda, esta bacteria puede provocar náuseas, vómitos, fiebre y diarrea. Según expertos de Mayo Clinic, también se transmite por huevos crudos o productos lácteos sin pasteurizar.
- Listeriosis: Aunque menos común, esta enfermedad puede ser grave y afecta a grupos vulnerables como mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunitarios débiles. La OMS advirtió que la listeria sobrevive en temperaturas de refrigeración, contaminando alimentos como fiambres, quesos blandos y pescados ahumados.