A menos de tres horas en carro desde Bogotá, en el corazón de la región central de Colombia, se encuentra Tolima, un departamento donde la gastronomía y la tradición se entrelazan en cada bocado. Entre sus muchos platos típicos, el tamal tolimense destaca no solo por su sabor, sino también por su preparación, que sigue pasos ancestrales, heredados de generación en generación.
En un viaje de aproximadamente 190 kilómetros, los viajeros pueden descubrir una de las versiones más auténticas de este plato, conocido por su riqueza de ingredientes y su arraigada tradición culinaria.
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¿Qué es un tamal?
El tamal es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía colombiana, reconocido por su versatilidad y la variedad de sus ingredientes. Aunque cada región tiene su versión particular, el tamal tolimense es famoso por su preparación con carne, arroz, vegetales, y un toque especial que lo distingue: su envoltura de hoja, que le da un aroma y sabor únicos.
Esta preparación se cocina lentamente, lo que permite que todos los ingredientes se fusionen en un caldo sabroso que impregna el arroz y las carnes. Su consistencia es densa y jugosa, lo que lo convierte en un alimento ideal para iniciar el día o disfrutar durante reuniones familiares y festividades.
Tolima: cuna del tamal tradicional
Ubicado en el centro de Colombia, Tolima es un departamento que ofrece una mezcla de paisajes montañosos, ríos caudalosos y una biodiversidad que se refleja en su cultura gastronómica. Con una extensión de 47 municipios, este departamento limita con Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, y es atravesado por el majestuoso río Magdalena. A su capital, Ibagué, se la conoce como la “Ciudad Musical de Colombia”, y se distingue por su rica tradición folclórica, que se complementa con la calidez de su gente y la riqueza de su cocina.
A tan solo 190 kilómetros de Bogotá, aproximadamente 2 horas y 50 minutos en carro, se pueden explorar diversos municipios tolimenses que ofrecen no solo un paisaje natural impresionante, sino también una de las tradiciones culinarias más representativas del país: el tamal. Es en lugares como Coyaima, municipio famoso por sus tamales, donde los sabores y las técnicas de preparación se mantienen fieles a sus raíces ancestrales.
El tamal tolimense: una receta cargada de tradición
La preparación del tamal tolimense es todo un ritual, que se inicia desde la selección de los ingredientes y culmina en su cocción a fuego lento. En Coyaima, uno de los municipios más emblemáticos para la preparación de este plato, el proceso comienza con la elección de la hoja de cachaco, una planta que se cultiva en la región. La hoja, que se utiliza para envolver el tamal, se asa cuidadosamente para darle un sabor y un aroma distintivos.
El proceso de preparación: paso a paso
El proceso de preparación del tamal tolimense es meticuloso. Una vez marinadas las carnes, se cocinan en su propio caldo, que luego se utiliza para darle sabor al arroz. La mezcla de arroz, carnes y verduras se coloca cuidadosamente sobre la hoja de cachaco, añadiendo zanahorias y huevos duros. Es fundamental que el tamal esté bien amarrado con una cuerda especial, conocida como pita o cabuya, para evitar que el agua entre durante las tres horas que tarda en cocinarse.
Según los expertos, la mejor manera de disfrutar un tamal tolimense es acompañado de una arepa y un buen chocolate espumoso, lo que lo convierte en un desayuno o merienda perfecta. Este plato no solo es un manjar delicioso, sino también una parte integral de la cultura tolimense, que ha logrado mantener vivas las tradiciones culinarias a pesar de los cambios de la modernidad.
Sin duda, un viaje a Tolima no está completo sin probar este delicioso manjar, que es tanto un símbolo de la identidad tolimense como una invitación a descubrir la historia y las tradiciones de la región.