Las cifras oficiales que hay sobre las ejecuciones extrajudiciales en Colombia, mal llamadas falsos positivos, siguen siendo cuestionadas. Luego de que el representante a la Cámara Miguel Polo Polo destruyera un acto simbólico que llevaron a cabo las madres de víctimas de estos asesinatos en la Plaza Núñez de Bogotá, se avivó la discusión en torno a la veracidad de la historia, debido a que los nombres de 6.402 víctimas no han sido revelados.
El congresista echó a la basura las botas de caucho que representan el asesinato de civiles que fueron disfrazados de guerrilleros para presentarlos como bajas en combate, amparándose en el argumento de que las cifras están infladas. Su conducta generó indignación y llevó al presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), magistrado Alejandro Ramelli, a anunciar la revelación de los nombres de 1.934 personas.
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Asimismo, criticó a quienes han generado dudas sobre estos crímenes preguntando por la cifra. “Muchos de los responsables lo han admitido y resulta inadmisible el debate público que gira en torno a cuántos y no al cómo lo repararemos. La pregunta no es la cifra, eso es una pregunta inmoral”, afirmó el magistrado.
Sin embargo, el anuncio de la JEP no fue suficiente para Polo Polo, que aseguró que se debe buscar y dar a conocer la totalidad de los nombres y sus cédulas, así como sus antecedentes. De igual manera, insistió en que es necesario identificar si no hay nombres repetidos en el listado y si hay guerrilleros incluidos.
“La JEP no pudo suministrar los 6.402 nombres que la Comisión de la Verdad dijo que era el número de los falsos positivos. La izquierda y los medios de comunicación sin rigor, e influencers prostitutos, pagos con recursos del Estado, nos intentaron linchar, acribillar, públicamente, pero al final hoy están calladitos”, aseveró el representante a la Cámara.
Afirmó que hay militares que han sido presionados para sacar “mentiras” sobre las ejecuciones extrajudiciales e inculparse por delitos que en realidad no cometieron. Esto, estaría llevando a que “falsos víctimas” accedan a mecanismos de reparación que surgieron luego de la firma del Acuerdo Final de Paz en 2016, que son pagados con impuestos de los colombianos.
El senador y ex negociador de paz Humberto de la Calle se pronunció al respecto, asegurando que las ejecuciones extrajudiciales sí existieron, por lo que no deberían ser puestas en duda. Asimismo, aseguró que el debate no debería centrarse en las cifras, sino en el daño que se perpetró sobre las víctimas.
“Tiene razón el Magistrado Ramelli. El fondo de la reflexión sobre el acaecimiento macabro de los falsos positivos no puede limitarse a la discusión aritmética sobre la cifra. Lo que es evidente es que hubo violaciones masivas de derechos humanos”, aseveró.
Cabe resaltar que militares y paramilitares han testificado sobre los falsos positivos, confirmando que hubo una presión ejercida sobre uniformados para que dieran resultados, lo que implicaba la presentación de cierto número de bajas de guerrilleros. Por eso, decidieron asesinar civiles, que posteriormente vestían como actores armados para respaldar sus versiones.
“De acuerdo a información que uno recogía en el área, en el sector, y si alguien estaba colaborando con la guerrilla, los asesinábamos y no los presentábamos, pero sí los asesinábamos. En otras situaciones, sí los reportábamos, y les colocábamos, yo, al menos, armamento”, explicó el coronel (r) Luis Fernando Borja en W Radio.
El exuniformado confesó, incluso, que en agunos casos no se reportaban las bajas, porque matar ciudadanos que no pertenecían a la guerrilla se volvió algo normal, porque hubo una formación en ese sentido. “Yo fui formado para la guerra, no para la paz (sic). Desafortunadamente, nos entrenaron para eso. Aquí, el que pensaba diferente era nuestro enemigo. Entonces, a mí no me nació eso, yo aprendí eso, y no en mi casa”, aclaró al medio citado.