James Robinson, reciente ganador del Premio Nobel de Economía, compartió su visión sobre la situación de Colombia y su Gobierno actual. En una entrevista con Semana, Robinson expresó su preocupación por la falta de una estrategia efectiva para transformar el país, a pesar de las buenas intenciones del presidente Gustavo Petro. Según el economista, Colombia enfrenta una serie de desafíos institucionales que han impedido su desarrollo económico a lo largo de los años.
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Robinson, que obtuvo el Nobel junto a Daron Acemoglu y Simon Johnson por sus investigaciones sobre la prosperidad de las naciones y el papel de las instituciones, destacó que en América Latina las instituciones enfrentan problemas significativos. En países como Venezuela, la situación es crítica, mientras que, en México, Bolivia y Colombia, se observan cambios democráticos necesarios pero insuficientes debido a la falta de agendas claras para el desarrollo institucional.
El economista describió a Colombia como una “tragedia”, señalando que no hay razones fundamentales para que el país sea más pobre que Estados Unidos. Según Robinson, la pobreza en Colombia es el resultado de un mal gobierno que ha favorecido a pequeñas élites durante 200 años, lo que ha perpetuado la desigualdad y la pobreza. La OCDE ha calculado que se necesitarían 11 generaciones para que una persona pobre en Colombia alcance la clase media, lo que equivale a más de 200 años.
“Creo que la evidencia demuestra que los programas de transferencia de recursos en efectivo, incluso en Colombia, ayudan a reducir la pobreza. Pero estoy de acuerdo en que Colombia no puede resolver el problema de la pobreza simplemente redistribuyendo lo que tiene ahora. El país necesita crecer económicamente y crear riqueza. Estamos hablando de dinámicas que han reducido la pobreza en todo el mundo. Pero si el Gobierno tiene esa estrategia para el crecimiento económico, debo decir que tengo serias dudas”, dijo el economista.
Robinson también expresó su afecto por Colombia, a la que considera su “segunda casa” debido a sus numerosos amigos y colaboradores académicos en el país. Sin embargo, lamentó que la sociedad colombiana haya sido llevada a responder a los intereses de estas élites, lo que ha obstaculizado el progreso económico y social.
“Me encanta Colombia, es mi segunda casa, tengo muchos amigos y colaboradores académicos allí. Pero es una tragedia. No hay razón fundamental por la que Colombia sea más pobre que Estados Unidos; no hay razón por la que millones de personas vivan en la pobreza. Como lo calculó recientemente la Ocde, se necesitan 11 generaciones para que una persona pobre llegue a ser de clase media. ¡Estamos hablando de más de 200 años! La razón es que Colombia ha estado muy mal gobernada, de manera complaciente, durante 200 años. La sociedad ha sido llevada a responder al interés de élites muy pequeñas que han manejado el Estado y la política para reproducir su hegemonía”.
En su análisis, Robinson señaló la necesidad de una estrategia práctica para el cambio, algo que considera ausente en el actual Gobierno de Petro. A pesar de las buenas intenciones, el enfoque personalista de su administración no ha logrado establecer una agenda efectiva para el desarrollo de las instituciones necesarias para el progreso del país.
Aseguró que el presidente Petro ha sido objeto de críticas por su gestión, especialmente en lo que respecta a la lucha contra la pobreza. Según el experto el país carece de una estrategia clara de crecimiento económico. A pesar de que la pobreza ha disminuido, Robin cuestiona si esta mejora puede atribuirse directamente a las políticas implementadas por el Gobierno de Petro.
El economista reconoció que la agenda social del presidente Petro es admirable y necesaria para Colombia. Sin embargo, señaló que el enfoque del Gobierno carece de prioridades definidas, lo que genera inestabilidad y personalización en la administración. Además, criticó la persistencia de prácticas políticas clientelistas y corruptas, un problema que, según él, también afectó al gobierno del expresidente Juan Manuel Santos.
En cuanto a los subsidios otorgados a las personas de bajos recursos, Robinsón argumentó que, aunque son necesarios para ofrecer un primer impulso a quienes lo necesitan, no son suficientes por sí solos. Señaló la importancia de proporcionar educación, empleo y oportunidades para que las personas puedan avanzar de manera sostenible.
El experto también mencionó la necesidad de una reforma fiscal que incluya más impuestos para los ricos y un mayor apoyo para los ancianos en temas de pensiones. Asimismo, destacó la urgencia de mejorar la calidad de las universidades en el país.
En respuesta a las críticas, el presidente Petro defendió su gestión afirmando que la reducción de la pobreza es una prueba de que sus políticas están funcionando. Sin embargo, insistió en que el cambio real en Colombia requerirá más tiempo del que dura un mandato presidencial y sugirió que el presidente debería concentrarse en lo que puede lograr de manera honesta y estratégica para demostrar a los colombianos que un futuro alternativo es posible sin recurrir al clientelismo.