En la madrugada del sábado 30 de noviembre, el concejal Robinson de Jesús Herrera Hurtado, vicepresidente primero del Concejo de Guarne, resultó herido en un ataque armado ocurrido en la vereda El Colorado, en el sector rural de la UPR Chaparral.
El atentado dejó también la muerte de un hombre identificado como Gustavo Berrio Berrio, contra quien, según las autoridades, estaba dirigido el ataque.
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Según informes preliminares, hombres armados llegaron al lugar y abrieron fuego contra los presentes en una tienda del sector, hiriendo al concejal Herrera y a un joven de 17 años que lo acompañaba. Gustavo Berrio, amigo cercano del concejal, falleció en el lugar.
El concejal fue trasladado de inmediato a un centro hospitalario donde recibe atención médica, mientras que el joven herido también fue auxiliado.
El ataque se atribuye, según las autoridades, a disputas entre grupos armados por el control territorial y las rentas ilícitas en la región. De acuerdo con Blu Radio, se sospecha que los atacantes podrían pertenecer a la organización criminal conocida como ‘La Oficina’, que busca impedir el avance del Clan del Golfo en el área.
Aunque el ataque no estaba dirigido específicamente contra el concejal, las autoridades no descartan que haya sido un acto relacionado con estos enfrentamientos.
El alcalde de Guarne, Diego Mauricio Grisales Gallego, confirmó la convocatoria de un consejo extraordinario de seguridad debido a la gravedad de los hechos. Se anunció que se reforzará la seguridad en la zona con el apoyo de la Policía y el Ejército para garantizar la protección de los habitantes de la UPR Chaparral.
La Policía de Antioquia, a través del coronel Luis Muñoz, señaló que se están llevando a cabo las investigaciones correspondientes y que no se descarta ofrecer una recompensa por información que conduzca a la captura de los responsables del ataque.
Qué es la banda criminal La Oficina
La Oficina, una organización criminal con fuerte presencia en Medellín, ha sido vinculada a la protección de narcotraficantes extranjeros que visitan la ciudad, según informó El Colombiano.
Este grupo, que ha evolucionado desde sus inicios en la década de 1980, ofrece servicios de seguridad a mafiosos que buscan vacacionar y realizar negocios en la región. La influencia de La Oficina se extiende más allá de Medellín, alcanzando municipios como Bello, Itagüí y Envigado.
El reciente incidente que involucra a Juan Carlos Castro, alias Pichi Belén, resalta la complejidad de la situación. Castro, conocido en el mundo del crimen, fue detenido tras intentar ingresar armado y en estado de ebriedad a una discoteca en el Parque Lleras. Aunque fue capturado, fue liberado rápidamente debido a la falta de una orden de captura activa, a pesar de su extenso prontuario criminal.
Este suceso ocurrió bajo la mirada de un funcionario de la Alcaldía de Medellín, quien identificó a Pichi Belén y solicitó su arresto. Sin embargo, la liberación del criminal generó sorpresa y preocupación entre los ciudadanos y las autoridades locales.
La situación pone de manifiesto el poder que La Oficina ejerce en la ciudad, actuando como una especie de empresa de seguridad para los narcotraficantes.
La presencia de narcotraficantes de diversas nacionalidades, incluidos mexicanos, ecuatorianos y europeos, ha sido notoria en Medellín. Según El Colombiano, La Oficina ha sido señalada como la responsable de garantizar su protección durante su estancia en la ciudad. Esta organización no solo ofrece seguridad, sino que también facilita el movimiento y las operaciones de estos individuos en el área.
En declaraciones recogidas por el medio citado, alias Pichi Belén explicó que La Oficina regula los territorios y asegura que no se abran nuevas plazas de vicio sin su autorización. Además, mencionó que cualquier ajuste de cuentas o protección a cabecillas de organizaciones delincuenciales debe contar con el aval de La Oficina.
La historia de La Oficina se remonta a sus vínculos con el narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria y su evolución desde una estructura paramilitar hasta convertirse en una organización criminal enfocada en el crimen organizado en el Valle de Aburrá. Su influencia en la región plantea interrogantes sobre la capacidad de las autoridades para controlar su poder y garantizar la seguridad en Medellín.
La liberación de alias Pichi Belén y su relación con La Oficina subraya la necesidad de que las autoridades tomen medidas efectivas para enfrentar el control del crimen en la ciudad. La situación refleja la complejidad del problema del narcotráfico en Colombia, donde estructuras locales e internacionales se entrelazan para mantener sus operaciones.