La tranquila tarde del jueves 28 de noviembre, en el barrio Campo Alegre de Barranquilla, fue interrumpida por el estruendo que generó el desplome de un edificio del conjunto residencial Privilegios, que dejó a una mujer de 63 años muerta y sus cuatro nietos heridos, quienes están fuera de peligro.
A pesar del inminente riesgo que significaba vivir en dicha estructura, de la que se ordenó el desalojo hace más de 20 años, algunas familias decidieron retornar debido a la falta de alternativas y solución respecto a la inversión realizada. Este no solo es el drama de los propietarios del edificio que se derrumbó, sino también de otros siete conjuntos donde aún habitan familias y no les dan respuestas efectivas.
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Habitantes de los conjuntos Mirador de Campo Alegre, Miraflores, Ciudad del Sol 1 y 2, Atardeceres y Colina Campestre 1 y 2 enfrentan un panorama incierto debido a que a pesar de las advertencias de desalojo, no se sabe a ciencia cierta si va a haber una indemnización con los costes de las mudanzas incluidas.
“Tenemos 18 años de estar esperando una respuesta, han ofrecido un subsidio de arriendo a unas personas, no a todas. Un fallo salió a nuestro favor, pero el Distrito lo echó para atrás otra vez”, explicó una de las afectadas, citado por Blu Radio.
De acuerdo con el testimonio citado, en los últimos meses, las visitas de funcionarios del Distrito y expertos en infraestructura se han intensificado, realizando estudios de suelo que han sugerido desalojos preventivos, sin haber determinado el grado de urgencia que significaba el desalojo de la torre del conjunto Privilegios, que se desplomó y dejó una víctima fatal.
Elvira Escorcia, administradora de Ciudad del Sol 2, mencionó que se le sugirió un desalojo para el bloque 15, pero cuestionó qué sucederá con los demás residentes. “Eso está en la oficina de gestión de desastre. Yo envié un derecho de petición y vinieron a revisar, luego sugirieron un desalojo para el bloque 15, pero pretenden que yo lo haga y qué pasa con las demás personas”, aseveró.
Los residentes de otros conjuntos, como Miraflores, esperan los resultados de estos estudios para determinar si pueden continuar viviendo en sus hogares o si deben mudarse. Una habitante de Miraflores comentó: “Desde hace dos meses han estado haciendo estudios del suelo para ver si podemos seguir en estas casas o tenemos que mudarnos”.
Mientras tanto, los problemas estructurales persisten. Mabel Acevedo, residente de Ciudad del Sol 1, señaló que mensualmente debe invertir en reparaciones debido a los daños causados por la humedad en techos y paredes.
Cabe señalar que, el único edificio completamente desalojado es Altos del Campo, construido por la empresa de Alejandro Char, que permanece deshabitado y bajo vigilancia privada para evitar ocupaciones ilegales.
La tragedia ocurrida en la tarde del jueves 28 de noviembre, pudo haber tenido más víctimas, de no ser porque, milagrosamente, para el momento del desplome no se encontraban en las peligrosas viviendas. Tal fue el caso de Roberto Pert, de 71 años, que salió muy temprano de su apartamento a realizar una diligencia. “Es un milagro que esté vivo. Mi esposa está fuera del país y yo había salido temprano. Esto es algo que jamás imaginamos”, aseguró.
Otros damnificados están a la espera de que les den vía libre para recuperar lo que más puedan de sus pertenencias: “Perdimos todo. Necesitamos ayuda para sacar nuestras cosas porque todo se consigue con mucho sacrificio”, lamentó otro residente, que esperaba a pocos metros de los escombros una señal de las autoridades para recuperar sus bienes materiales.
De acuerdo con la administración distrital, en el lugar permanecen 17 familias conformadas por 58 personas, que tras la tragedia fueron ubicadas en un albergue temporal.