En el municipio de Piedecuesta, en el departamento de Santander, un mono tití cabeciblanco fue rescatado en condiciones alarmantes de maltrato. Este primate, que se encuentra en peligro crítico de extinción, fue hallado en una vivienda con signos evidentes de violencia, desnutrición y estrés extremo, según informaron las autoridades locales.
El rescate fue llevado a cabo por la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb) y la Policía Ambiental de Santander. El mono, una hembra de mediana edad, tenía los colmillos limados y cortados, uno de ellos con una infección grave, lo que le impedirá regresar a su hábitat natural. Vladimir Quintero Sánchez, médico veterinario y coordinador del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV), explicó que el animal presentaba un peso muy bajo y un comportamiento alterado, indicadores de un estado crítico de salud.
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El tití cabeciblanco, que habita en el noroeste de Colombia, es una especie cuya población ha disminuido drásticamente debido a la pérdida de hábitat, la deforestación y el comercio ilegal de mascotas. Con base en la Lista Roja de la UICN, esta especie está catalogada en peligro crítico de extinción. La situación del primate rescatado refleja un problema más amplio de maltrato animal que afecta a especies protegidas en la región.
El procedimiento de rescate reveló que el mono estaba amarrado por el cuello con una correa, lo que agravaba su estado de estrés. Tras la intervención quirúrgica necesaria para retirar los colmillos dañados, el animal será trasladado a un centro de atención especializado donde permanecerá bajo cuidado médico permanente. “Tristemente, este diagnóstico limita su proceso de alimentación, de defensas y de adaptación en un ambiente natural, lo que hace que de por vida no pueda ser liberado”, señalaron los expertos.
Las autoridades reiteraron la importancia de proteger la fauna silvestre, especialmente aquellas especies en peligro crítico como el tití cabeciblanco. Este caso ha generado preocupación entre los especialistas, quienes lamentan que la crueldad humana haya privado al animal de su libertad de por vida.
En un contexto más amplio, la directora del proyecto tití, Rosamira Guillén, destacó que en Colombia quedan menos de 7.000 ejemplares de esta especie. Guillén subraya la importancia del tití cabeciblanco en los ecosistemas que habita, ya que contribuye a la reforestación a través de las semillas que dispersa.
“En Colombia hay otros titíes, pero este que tiene este pelaje blanco, así tipo rockero o Albert Einstein, nada más está en el Caribe”, explicó Guillén, que a su vez agregó, “es una especie lo más parecida a nosotros, los seres humanos. Viven en familias como nosotros y protegen a los suyos aguerridamente”.
El tráfico ilegal de animales silvestres sigue siendo un problema en Colombia, a pesar de las leyes que prohíben la caza y el comercio de estas especies. La historia del tití cabeciblanco rescatado en Piedecuesta es un recordatorio de la necesidad de reforzar las medidas de protección y concienciación sobre la conservación de la biodiversidad.
En su intervención, la directora del proyecto tití comentó: “Vas por las carreteras del Caribe colombiano y hay alguien vendiéndote un tití y la gente dice ‘hay que lindo, yo quiero uno para mi casa’ y lo compra y se lo lleva y no tiene ni idea que está cometiendo un delito, porque bajo la ley colombiana, traficar, tener o cazar animales silvestres es ilegal y te puede dar cárcel”.
Cabe recordar que, la ley colombiana, a través del Código Penal y la Ley 1333 de 2009, establece penas y sanciones para el tráfico de fauna silvestre. El artículo 328 del Código Penal penaliza el aprovechamiento ilícito de recursos naturales, incluido el tráfico de fauna, con penas que pueden variar entre 48 y 108 meses de prisión, además de multas significativas. La normatividad busca proteger la biodiversidad del país y que los actos de captura, transporte, tenencia y tráfico de especies sean castigados legalmente.