El personero de Medellín no sale de la mira de la opinión pública. Tras el escándalo por una polémica foto besando una lujosa camioneta que compró con recursos de la entidad, es acusado de haberla “engallado” con 20 millones de pesos más.
A través de redes sociales se divulgó la denuncia en la que acusan a Mefi Boset Rave por gastar una millonaria suma en accesorios y modificaciones al vehículo que adquirió la Personería recientemente.
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El personero de Medellín salió al paso de las acusaciones y negó haber ocupado recursos de la entidad para “tunear” la lujosa camioneta. Según Mefi Boset Rave, solo se trata de un cambio que, además, según él, se hizo con recursos propios y cuyo costo fue de $3 millones y no de $20 millones.
El diputado Walter Salas ha criticado duramente a la Personería, señalando que quienes promueven la austeridad están incurriendo en gastos innecesarios. Salas cuestionó la coherencia de la entidad al hablar de austeridad mientras se derrochan recursos públicos en lujos, y al contratar personas sin cumplir con los requisitos legales, como es el caso del mencionado contratista.
La controversia se intensificó cuando se difundió en redes sociales que el personero había “tuneado” la camioneta, agregándole luces policiales y modificando su parte frontal, sin que estas mejoras tuvieran una función clara para la entidad.
Rave, por su parte, ha defendido su decisión, argumentando que el vehículo está asignado a la Personería y que los cambios realizados no fueron tan costosos como se ha rumoreado. Además, indicó que las luces policiales son necesarias para garantizar las funciones de la entidad en el territorio.
De acuerdo con el personero, el vehículo “siempre ha estado equipado con blindaje, sistema de perifoneo y luces de emergencia, elementos esenciales para garantizar la seguridad y atender cualquier eventualidad en el ejercicio de las funciones como Personero Distrital”.
Este escándalo se suma a otros problemas recientes que han afectado la imagen de la Personería de Medellín, generando un debate sobre la gestión de recursos y la transparencia en la administración pública.
El polémico beso a una de las camionetas de la Personería
La Personería de Medellín se encuentra en el centro de una controversia tras la publicación de una imagen en redes sociales que muestra al personero Mefi Boset Rave Gómez besando una camioneta de alta gama. Este acto, que tuvo lugar durante la entrega de tres nuevos vehículos para la entidad, desató una ola de críticas sobre el uso de recursos públicos.
El incidente ocurrió el 21 de noviembre de 2024, cuando la fotografía fue compartida en la cuenta oficial de Instagram de la Personería de Medellín, aunque posteriormente fue eliminada.
Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, fue uno de los críticos más destacados, señalando en la red social X que el funcionario celebraba la compra de un vehículo de último modelo con fondos públicos.
Luego de la lluvia de críticas en redes sociales, el personero Mefi Boset Rave Gómez se disculpó públicamente, explicando que su gesto fue una expresión de alegría y emoción por la adquisición de los vehículos.
“Lo primero es pedirle disculpas a la ciudad por esa foto desafortunada. La foto es sacada de un contexto, un contexto de alegría, de emoción, por atender una sentida necesidad que tenemos en la personería distrital”, expresó el personero, citado por la emisora Caracol Radio.
Un escándalo más en la Personería de Medellín
El tema con las camionetas de lujo no es lo único que ha tenido a la Personería en el ojo del huracán. La contratación de un hombre que en el pasado fue condenado por tentativa de homicidio.
De acuerdo con información revelada por Rtvc, el nombramiento del que hasta hace unos días era el comunicador social de la Personería de Medellín, Camilo Salazar, no solo genera polémica por su pasado judicial, sino porque habría falsificado documentos públicos para poder acceder al cargo, teniendo en cuenta que tras el proceso penal en el que estuvo involucrado, la Procuraduría General de la Nación lo sancionó con inhabilidad para ocupar cargos públicos.