Soacha, un municipio ubicado a tan solo 28 kilómetros de Bogotá, es un destino gastronómico lleno de historia y sabor. Su cercanía con la capital colombiana —aproximadamente una hora y 15 minutos por la autopista Sur— lo convierte en una parada obligada para quienes desean disfrutar de una de las delicias más emblemáticas de la región: la almojábana.
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Este popular bocadillo, cuyo origen se remonta a la llegada de los colonizadores españoles, se ha consolidado como un símbolo de la gastronomía de Soacha, que no solo atrae a turistas de toda Colombia, sino también a aquellos que buscan revivir las tradiciones culinarias de la región.
¿Qué es una almojábana?
La almojábana es un panecillo hecho a base de harina de maíz, cuajada, sal y huevos. Su textura suave y su sabor ligeramente dulce la han convertido en una de las recetas más queridas por los colombianos, especialmente en las zonas frías, como Bogotá y sus alrededores. Aunque la receta no es complicada, lo que la distingue es la calidad de sus ingredientes y la tradición con el que se prepara. En Soacha, la almojábana se ha perfeccionado a lo largo de más de 150 años, y su legado sigue vivo en las casetas del parque principal, donde los visitantes pueden disfrutar de este manjar acompañado de un tinto o un vaso de masato, una bebida tradicional a base de maíz.
El origen de la almojábana en Soacha
La historia de la almojábana en Soacha está ligada a la llegada de los colonizadores españoles, quienes trajeron consigo diversas influencias gastronómicas. La almojábana, originaria de la región de Cataluña, llegó a las mesas de Soacha en el siglo XIX, cuando la zona era conocida por sus majestuosas haciendas y su alto potencial agrícola. Fue aquí, en el Salto del Tequendama, donde se comenzaron a intercambiar golosinas y delicias que marcaron el comienzo de una tradición culinaria que persiste hasta nuestros días.
Este producto fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Cundinamarca en 2014, un reconocimiento a su importancia cultural y su aporte a la identidad del municipio. La receta tradicional, que combina harina de maíz, cuajada y huevo, ha sido transmitida de generación en generación, con pequeños ajustes que han permitido perfeccionarla a lo largo de los años.
La tradición familiar de las almojábanas
Uno de los grandes pilares de la popularidad de las almojábanas en Soacha son las familias que, desde hace décadas, han mantenido viva esta tradición. La dulcería La Gata Golosa es un claro ejemplo de cómo el legado de las almojábanas ha perdurado en el tiempo.
La garulla, un toque único de Soacha
Además de las almojábanas, Soacha es famosa por su garulla, una variante local que nace de la almojábana original. Esta receta fue desarrollada al añadir capas adicionales de masa a la preparación tradicional, creando un bocado aún más esponjoso y delicioso. La garulla es un referente de la gastronomía soachuna y ha sido reconocida como una receta típica del departamento.
Más allá de su gastronomía, Soacha tiene una rica historia cultural y natural que la convierte en un destino turístico interesante. El municipio es conocido por su patrimonio histórico, como el Salto del Tequendama, una de las cascadas más imponentes de Colombia, y la Plaza Principal, que alberga monumentos a figuras importantes como Luis Carlos Galán. Además, Soacha cuenta con espacios naturales como el Parque Arqueológico y Ecoturístico Boquemonte, que invita a los turistas a disfrutar de la naturaleza y aprender sobre la biodiversidad local.
A tan solo una hora de Bogotá, Soacha ofrece no solo una experiencia gastronómica única, sino también un viaje a través de la historia y la tradición. Las almojábanas de Soacha, preparadas con esmero y tradición por generaciones de soachunos, son el reflejo de una cultura que sigue viva en cada bocado.