Estás son las canciones más conocidas de la Negra Grande de Colombia: “Yo soy la cumbia”

La cantante Leonor González Mina dejó un profundo impacto en la música folclórica y la representación cultural de las comunidades afrodescendientes

Leonor González Mina fue un ícono de la música folclórica y la cultura afrocolombiana - crédito Colprensa

Leonor González Mina, conocida como La Negra Grande de Colombia, falleció a los 90 años, dejando un legado profundo en la música y la cultura afrocolombiana.

Nacida el 16 de junio de 1934 en la vereda Robles, Jamundí, Valle del Cauca, su carrera comenzó en París como parte del Ballet Folclórico de Delia y Manuel Zapata Olivella.

A lo largo de su vida, González Mina se convirtió en un ícono de la música folclórica colombiana, destacándose por su poderosa voz y su compromiso con la visibilización de las comunidades afrodescendientes.

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Su legado incluye himnos como ‘Yo me llamo Cumbia’ y ‘Mi Buenaventura’, reflejando temas sociales - crédito Diego Pineda/Colprensa

Entre sus canciones más emblemáticas se encuentran:

Yo me llamo Cumbia: estrenada en 1969, es una de los temas interpretados por la artista más conocidos, pero es una composición del fallecido maestro Mario Gareña, y es una declaración de identidad musical que celebra la diversidad colombiana.

“La cumbia es parte de lo que somos; es una música que habla de nuestras raíces”, contó la cantante en una entrevista con Radio Nacional de Colombia.

Yo me llamo cumbia, yo soy la reina por donde voy

No hay una cadera que se esté quieta donde yo estoy

Mi piel es morena como los cuero’ de mi tambor

Y mis hombros son un par de maracas que besa el sol

A la mina no voy: es una denuncia social que aborda el sufrimiento de las comunidades afrodescendientes escrita por Esteban Cabezas Rher.

El blanco vive en su casa de madera con balcón.

El negro en rancho de paja en un solo paredón.

Y aunque mi amo me mate a la mina no voy

Yo no quiero morirme en un socavón.

Mi Buenaventura: esta obra es un homenaje al puerto del Pacífico compuesta por el músico y poeta Petronio Álvarez en 1931. Habla de los paisajes, la gente y la cultura de la región.

Bello puerto del mar, mi Buenaventura

Donde se aspira siempre la brisa pura

Bello puerto precioso circundado por el mar

Sus mañanas son tan bellas y puras como el cristal

Su primer álbum, ‘Cantos de mi tierra y de mi raza’, marcó el inicio de su carrera - crédito Colprensa

Campesino de ciudad: esta canción, escrita por Eduardo Cabas y un pasillo de Alfonso de la Espriella, hizo que la cantante ganara el primer lugar en la categoría de intérpretes del Festival de la OTI en 1975.

Campesino, campesino de ciudad

Que sigues siendo campesino, campesino de verdad

Aunque quieras otra vida encontrar

Campesino naciste, y un extraño serás

Vuelve al campo que la tierra si te da

Campesino naciste, campesino serás.

El alegre pescador: esta canción escrita por José Barros habla de la cultura y la resiliencia de las comunidades pesqueras.

El pescador

Habla con la luna

El pescador

Habla con la playa

El pescador

No tiene fortuna solo su atarraya

Estas obras de la artista colombiana no solo reflejan su talento musical, sino también su dedicación a abordar temas sociales y culturales.

González Mina también dejó su huella en el cine y la televisión, participando en producciones nacionales e internacionales. Su versatilidad artística la llevó a trabajar incluso bajo la dirección de Bernardo Bertolucci. En 2019, su historia fue llevada a la televisión por Telepacífico, donde interpretó un papel inspirado en su abuela, reflejando su conexión con sus raíces familiares.

Nacida en Jamundí, Valle del Cauca, inició su carrera en París - crédito Colprensa

A pesar de enfrentar la desaprobación familiar en sus inicios, la cantante persistió en su vocación musical, ingresando al conservatorio y encontrando apoyo en María Luisa, una profesora de canto que impulsó su formación. En 1964, grabó su primer álbum, Cantos de mi tierra y de mi raza, bajo la dirección de Hernán Restrepo Duque en el sello Sonolux, marcando el inicio de una carrera que trascendió generaciones.

Su legado artístico y social fue reconocido con varias distinciones, incluida la Orden Simón Bolívar, uno de los más altos reconocimientos otorgados por el gobierno colombiano. Además, en 2016 recibió el Premio Nacional de Vida y Obra, consolidando su lugar como una de las grandes embajadoras de la música y las tradiciones colombianas.