Bogotá enfrenta una situación crítica con el cierre temporal de sus comedores comunitarios, afectando a 34.100 personas que dependen de estos servicios para su alimentación diaria. Según la Secretaría de Integración Social, la suspensión comenzó el 26 de noviembre y se extenderá hasta el 3 de diciembre de 2024, debido a la falta de un contrato vigente que permita la operación de estos centros.
Durante este periodo, los beneficiarios podrán acudir a los Centros de Desarrollo Comunitario para solicitar asistencia alimentaria, aunque estos no están disponibles en todas las localidades de la ciudad. Solo 13 localidades cuentan con estos centros, y no todos ofrecen comida caliente, lo que ha generado preocupación entre los usuarios.
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El secretario de Integración Social, Roberto Angulo, explicó al diario El Tiempo que esta suspensión es parte de un proceso rutinario que ocurre dos veces al año, en abril y noviembre; sin embargo, aclaró que durante el periodo de legalización del contrato no se contempló la entrega de paquetes alimentarios, ya que esta medida solo se aplica cuando un contrato se cae.
“Es un proceso competitivo que se hace con organizaciones sin ánimo de lucro. Cada año se acaban los contratos y debemos hacer un nuevo proceso, lo cual incluye un período de legalización que dura entre uno y cinco días hábiles”, comentó el funcionario.
Actualmente, 94 de los 117 comedores han suspendido actividades, mientras que 11 continúan operando bajo la administración de entidades como el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) o contratistas cuyo contrato vence en diciembre de 2024. Ante esto, Angulo también anunció que el servicio se reanudará con la apertura de tres nuevos comedores ubicados en la Plaza de Mercado de Los Luceros, en Ciudad Bolívar; cerca de la plaza de la Hoja, en Puente Aranda; y en el sector de Patio Bonito, en Kennedy.
“La instrucción que le di al equipo es que esto no puede durar más de cinco días hábiles. Bajo ninguna circunstancia nos vamos a extender más. Si nos vamos más de esos días, entregamos canastas alimentarias”, añadió Angulo al medio citado.
Además, se implementará una modificación en la focalización de beneficiarios, ampliando la oferta a personas no pobres con inseguridad alimentaria. Para ser beneficiario del programa, se requerirá estar clasificado en el Sisbén en las categorías A, B y C1 a C9.
El cierre de los comedores provocó polémica y preocupación, ya que muchas personas en condiciones de vulnerabilidad dependen de estos espacios para asegurar al menos una comida diaria. De lunes a sábado, entre 150 y 400 personas acuden a cada comedor, lo que resalta la importancia de estos servicios en la ciudad.
Por otro lado, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció en agosto de 2024, una serie de medidas para contrarrestar los altos niveles de hambre en la ciudad. Por eso, con Bogotá sin hambre 2.0, el mandatario distrital pretende reducir la mitad de la población que hoy tiene hambre. Así lo expuso a través de su cuenta en X. Dentro de las acciones a realizar están:
- Instalación de cincuenta comedores comunitarios.
- Instalación de treinta comedores escolares.
- Aumento del 6% en personas que trabajan en el sector alimentario público: se busca llegar a tener 982.000 trabajadores.
- Servir 909.000 raciones al día dentro del Programa de Alimentación Escolar (PAE).
- Aumento en el valor de transferencias a familias que viven en pobreza extrema: de $384.000 a $505.0000.
“Durante nuestra administración invertiremos un total de 4.6 billones de pesos para avanzar en la ruta de erradicar el hambre, pues somos conscientes de que no es con discursos vacíos, sino con mayor crecimiento económico y con programas serios y sin improvisación que se combate el hambre”, señaló en su momento el mandatario.