El martes 26 de noviembre, el barrio Barrancas, ubicado en la localidad de Usaquén, se vivió una noche de terror. El violento hecho, que generó gran pánico entre los vecinos, ocurrió en una tienda local, donde varios amigos se encontraban compartiendo en un ambiente relajado. De repente, la tranquilidad de la noche se rompió con la irrupción de un sicario que disparó al habitante del sector.
La víctima, un hombre de aproximadamente 33 años, estaba disfrutando de la compañía de sus amigos en una mesa dentro del establecimiento cuando un individuo armado entró al lugar. Testigos de la escena relataron que el agresor se dirigió directamente hacia la mesa donde se encontraba la víctima. El sicario disparó a quemarropa en varias ocasiones, dejando al hombre tendido en el suelo. Tras cometer el crimen, el asesino huyó del lugar.
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Los testimonios de las personas que presenciaron el hecho coinciden en que el sicario llegó al sitio a bordo de una motocicleta, la cual era conducida por un cómplice. Se cree que ambos hombres escaparon rápidamente después de cometer el asesinato, desapareciendo en la oscuridad de la noche, lo que dificultó aún más la identificación de los responsables.
A pesar de los esfuerzos desesperados de los conocidos de la víctima por prestarle los primeros auxilios, el hombre no sobrevivió al ataque. La gravedad de las heridas sufridas hizo que falleciera casi inmediatamente en el mismo lugar donde fue agredido. Las personas que estaban presentes intentaron socorrerlo en lo que pudieron, pero cuando el equipo médico llegó al lugar de los hechos, lamentablemente ya era demasiado tarde.
“En el momento estamos adelantando, en coordinación con el CTI, las labores que nos lleven a determinar las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se desarrollaron los hechos”, declaró Norberto Caro, oficial de guarnición de la Policía de Bogotá. En ese momento, las autoridades ya se encontraban recolectando testimonios de los testigos y revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad cercanas, en busca de pistas que pudieran ayudar a esclarecer lo sucedido.
A pesar de los avances en la investigación, aún se desconoce la identidad de la víctima y los motivos del crimen. La policía centra sus esfuerzos en tratar de identificar al agresor y entender si el ataque estaba relacionado con algún ajuste de cuentas o si se trataba de un hecho aislado.
Durante 2024, la ciudad de Bogotá enfrentó un aumento preocupante en los índices de homicidio, que se reflejó en 11 de sus 20 localidades. En particular, Usaquén experimentó un incremento en los casos de homicidio, al igual que otras zonas de la capital. Según los reportes de la Secretaría de Seguridad, entre enero y octubre de ese año, la localidad de Usaquén registró un total de 34 homicidios, lo que representó un aumento del 21% en comparación con los 28 casos registrados en el mismo periodo del año anterior.
A nivel general, Bogotá vivió una tendencia al alza en cuanto a homicidios en comparación con 2023. Durante los primeros 10 meses del año, la ciudad reportó un total de 987 homicidios, lo que significó 102 casos más que los 885 homicidios registrados entre enero y octubre de 2023. Este aumento de 102 casos reflejó un incremento del 11,5% en la tasa de homicidios, lo que encendió las alarmas tanto en las autoridades como en la comunidad.
Las localidades más afectadas por este aumento en la violencia fueron algunas de las más grandes y pobladas de la ciudad. Ciudad Bolívar, que históricamente ha tenido problemas con la seguridad, encabezó la lista con un total de 176 homicidios. Le siguió Kennedy, con 146 homicidios, y Bosa, que reportó 99 casos de homicidio durante el mismo periodo. Usme y Santa Fe también figuraron entre las localidades con los mayores índices de homicidio, registrando 78 y 74 casos, respectivamente.