A través de su perfil en la plataforma Tiktok, la migrante argentina en Colombia Micaela Posetti sigue compartiendo sus primeras impresiones sobre la gastronomía local.
Y en un video reciente se refirió sobre la extensa variedad de frutas que se oferta en el país. En sus palabras: “Algo que yo amo de Colombia es que tienen una cantidad infinita de frutas, o sea, en Argentina no existe ni la cuarta parte de las frutas que existen en Colombia”.
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Sin embargo, el video dio un vuelco inesperado cuando la argentina, a manera de broma, sugirió: “la que más me ha gustado hasta ahora es una que está de temporada. Es muy de esta época: septiembre, noviembre, diciembre”, sacó un buñuelo y se lo llevó a la boca.
Su extraña manera de confesar el amor que ha llegado a sentir por los buñuelos no pasó desapercibida entre los colombianos, pero recordó a otros blogueros y creadores de contenido que en su visita por Colombia, genuinamente, han quedado sorprendidos con la variedad de frutas que se encuentran en plazas y supermercados.
Las salchichas y la forma en la que vienen envueltas también llamaron la atención de Micaela:
El mayor choque cultural de la migrante argentina Micaela Posetti al llegar a Colombia no fue el acento, los modismos o los horarios, sino una particularidad relacionada con la forma en que se empacan los embutidos o salchichones en los supermercados de cadena.
Aunque en Argentina estos productos son conocidos como “panchos”, la creadora de contenido quedó sorprendida al ver que en Colombia, a pesar de estar empacados al vacío, cada embutido viene envuelto en un plástico adicional.
A través de su cuenta de Tiktok, donde cuenta con casi cuarenta mil seguidores, Micaela planteó la pregunta de por qué los panchos colombianos vienen con un empaque individual en plástico, lo cual la desconcertó tanto que, en un video, expresó que casi los cocina con todo y envoltorio.
“De las cosas más insólitas que yo he visto en Colombia es esto: salchichas de panchos o perros calientes, como les dicen acá, y cada una viene con un forro”, comentó, visiblemente asombrada por este proceso peculiar de embalaje.
En Colombia, grandes y pequeñas marcas de embutidos separan cada salchicha con un delgado envoltorio de plástico que se puede retirar sin necesidad de un cuchillo o herramienta.
Sin embargo, para Micaela, esta es una medida innecesaria, que considera una pérdida de tiempo en la cocina y, sobre todo, un derroche de plástico.
“Cada una tiene un plástico que la envuelve y se lo tenés que sacar. O sea, no solo ya vienen dentro de un plástico, sino que cada una viene empacada en otro. ¿Me explican por qué? No entiendo, me parece una pérdida total de plástico y de tiempo”, expresó en su video.
En comparación, Micaela Posetti explicó que en su país natal, Argentina, la forma de preparar los panchos es mucho más simple.
“En Argentina una las abre, las pone al agua, se hace unos panchitos y ya está”. Para ella, el proceso colombiano de empaquetado de cada salchicha es innecesario, con todo y que, portales como InformaBTL explican que este tipo de envoltura en el país tiene la finalidad de dar cohesión, forma y medida al producto, al mismo tiempo que lo protege de influencias externas y factores que puedan afectarlo.
Micaela no es la única extranjera que se ha sorprendido con la oferta de frutas en Colombia:
De acuerdo con un blog compartido por la creadora de contenido Laura Blu, migrante alemana que se estableció en Colombia, la riqueza de frutas del país la ha dejado fascinada.
A través de sus redes sociales, compartió su experiencia al probar y disfrutar de algunas de las más de mil especies de frutas que Colombia tiene para ofrecer. En sus publicaciones, explicó que Colombia es “el paraíso de las frutas” y destacó la suerte que tienen los colombianos al poder disfrutar de tantas opciones frescas durante todo el año.
En un primer video, Laura Blu comenzó su recorrido por la variada oferta frutal con el zapote, describiéndolo como una fruta de color naranja intenso en su interior y una textura suave, con un sabor dulce que le encantó.
Luego, pasó a probar maracuyá, señalando que, aunque también se puede encontrar en Europa, el tamaño del que crece en Colombia es significativamente mayor, con un maracuyá colombiano alcanzando tres veces el tamaño de su pariente europeo.
No se detuvo ahí, ya que continuó con otras frutas como la curuba, que disfruta especialmente en jugos, y el tomate de árbol, que mencionó genera opiniones divididas sobre su sabor entre quienes lo prueban, despertando pasiones tanto a favor como en contra.
Algo que replicó en una segunda parte en la que mostró aún más frutos exóticos de la región. Con entusiasmo, comentó: “Juro que podría hacer cientos de estos videos y seguiría encontrando frutas nuevas. Colombia, te amo”. En esta parte, presentó el murrapo o banano bocadillo y, posteriormente, el plátano maduro, el cual compartió con algunos de sus amigos europeos para que también pudieran conocerlo.
Como cierre de su recorrido, mostró su amor por la granadilla y, para terminar con broche de oro, destacó la feijoa, una fruta que le costó pronunciar al principio, pero que ahora disfruta con total familiaridad, tras cortarla cuidadosamente por la mitad.
Con cada video, Laura Blu sigue compartiendo su admiración por la diversidad y los sabores que encontró en Colombia, creando una guía frutal para aquellos que no estén familiarizados con la variedad de frutas que se consiguen en Colombia.