Gustavo Bolívar, director de Prosperidad Social, hizo un pronunciamiento a medios de comunicación en relación con el regreso de Armando Benedetti a las entrañas del poder Ejecutivo, al lado del presidente Gustavo Petro.
Todo parece indicar que algunos funcionarios clave del Gobierno estuvieron reunidos mientras se enteraban de las funciones que tendrá de ahora en adelante Benedetti.
“Sí hubo una reunión, pero están distorsionando el objetivo. No era una rebelión, sino simplemente unas consultas que le queríamos hacer al presidente, y ya lo que hablamos ahí sí es del ámbito privado de nosotros. Estábamos preguntando en calidad de qué viene (Benedetti) y ella (Sarabia) nos dio una respuesta: va a ser como un enlace con el Congreso”.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
Benedetti confirmó su regreso al Ejecutivo
El exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, en entrevista con Caracol Radio, explicó los motivos de su vinculación con el Gobierno y abordó temas relacionados con su salud mental, su rol en la administración y las controversias que lo han rodeado en el pasado.
Benedetti declaró que su retorno se debe a una invitación directa del presidente Petro: “Llegué aquí como asesor político, y el presidente me hizo un llamado para trabajar en esta función”.
El reciente retorno de Armando Benedetti a la Casa de Nariño, esta vez como asesor del presidente Gustavo Petro, ha generado controversia no solo en la oposición, sino también entre figuras cercanas al mandatario. Este nombramiento llega en un momento delicado, dado el historial del exembajador, quien enfrenta investigaciones por corrupción y denuncias de violencia intrafamiliar, lo que ha generado preguntas sobre las implicaciones para la estabilidad del gobierno.
El presidente Petro justificó la incorporación de Benedetti como un enlace con el Congreso, un papel que busca fortalecer las relaciones políticas en el marco de los retos legislativos del gobierno. Según se ha planteado, su experiencia política y habilidad para maniobrar en escenarios complejos serían activos clave en la construcción de estrategias hacia las elecciones de 2026. Aunque las críticas son abundantes, algunos analistas apuntan a que este movimiento podría ser una apuesta a largo plazo, enfocada en aprovechar las “pilatunas y ocurrencias políticas” que han caracterizado a Benedetti.
El nombramiento ha generado un profundo malestar en el gabinete ministerial y entre congresistas del Pacto Histórico. Algunos ministros llegaron a expresar su desacuerdo al presidente durante una reunión previa al Consejo de Ministros del 26 de noviembre, exigiendo claridad sobre el rol del exembajador. Aunque se negó que esto fuera una “rebelión”, sí reflejó una división significativa dentro del gobierno.
Además, senadores influyentes como Iván Cepeda y María José Pizarro se han unido a las críticas. Cepeda cuestionó la compatibilidad de esta decisión con los principios del proyecto político del Pacto Histórico, mientras que Pizarro, desde una perspectiva de género, rechazó cualquier fortalecimiento de figuras vinculadas a actos de violencia contra las mujeres.
El regreso de Benedetti también ha sido analizado como una maniobra arriesgada. Para algunos observadores, como el analista político Jhon González, que habló con Colprensa, la decisión refleja una relación de dependencia entre Petro y Benedetti, quien, según se sugiere, posee información sensible que podría comprometer al gobierno. En este sentido, se plantea que el mandatario está “recompensando silencios”, aun cuando esto implique altos costos políticos y la pérdida de respaldo en sectores clave.
“Luce como si el gobierno hubiera optado por el mal menor -la crítica masiva-, mientras obtiene dos beneficios: uno, tranquiliza a Benedetti, y, dos, le puede ser útil para construir una estrategia para conservar el poder en el 2026″, señaló el analista.
Pese a las críticas internas y externas, la estrategia del gobierno parece ser minimizar el impacto inmediato del malestar, mientras utiliza la cercanía de Benedetti como herramienta política para enfrentar los desafíos del corto y mediano plazo. No obstante, la controversia evidencia las tensiones internas en la coalición oficialista y plantea interrogantes sobre cómo gestionará el presidente este delicado equilibrio entre pragmatismo político y principios éticos.