El Icetex, que es una entidad muy importante en la financiación de la educación superior en Colombia, siguen enfrentando enfrenta un momento financiero que puede ser crítico, incluso, cuando la propuesta del presidente Gustavo Petro de transformarlo en un banco comercial sigue generando controversia.
Pero también debido a la polémica que ha sonado con frecuencia desde mediados del mes de noviembre y es la falta de financiamiento en la entidad para suplir los créditos de los próximos semestres, que tienen en un “pimponazo” —así lo calificó la Procuraduría— a los ministerios de Hacienda y Educación, sobre las responsabilidades de administrar los recursos.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Con ese contexto, y según un estudio de Fedesarrollo citado por Semana, se conoció cómo, a partir del funcionamiento de esta institución, es posible que las carreras en áreas como agro, educación y servicios (que presentan las tasas internas de retorno más bajas), dificultaría más a los graduados el pago de sus créditos educativos.
En contraste, las áreas de tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) y ciencias de la salud muestran tasas más altas, y, en cierta medida, se facilita el pago de las deudas.
Así funciona el Icetex para obtener rentabilidad
El Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex), creado en 1950, ha financiado la educación de millones de colombianos, incluyendo al presidente Petro y su ministro de Educación, Daniel Rojas, como informó el medio nacional.
Citado por este mismo, Manuel Acevedo, exdirector del Icetex, explicó que la entidad opera como una fiduciaria que administra recursos para ofrecer créditos accesibles a grupos específicos, con tasas subsidiadas y condiciones favorables.
Comentó, en detalle, lo que se hace es financiar carreras “créditos muy baratos y algunos incluso condonables”. Sin embargo, esta misión social se complica cuando los beneficiarios no culminan sus estudios, ya que “siguen endeudados” y ven reducidas sus oportunidades laborales.
También dijo que “malestar” radica principalmente en que “principalmente aquellos que no pueden terminar su carrera y ya les han girado recursos para dos, tres o cuatro semestres”. Al retirarse, estos estudiantes enfrentan la imposibilidad de condonación de sus deudas, que permanecen vigentes, lo que complica aún más su situación económica.
Este problema no solo limita sus posibilidades laborales, sino que también incrementa su carga financiera. “Si no terminan, tienen doble problema, pues se les reducen sus posibilidades laborales”. Por lo tanto, el modelo enfrenta desafíos debido a la dependencia de fondos públicos y la demora del Estado en cubrir los intereses de los créditos de los estudiantes más vulnerables, como informó el portal informativo nacional.
El especialista en banca Alfredo Barragán M. destacó que los créditos del Icetex son de naturaleza social, diseñados para facilitar el acceso a la educación superior con condiciones más accesibles que los productos comerciales de los bancos.
Explicó que, en efecto, “los créditos bancarios son productos comerciales diseñados para generar rentabilidad”. En contraste, los préstamos del Icetex son de naturaleza social con “tasas subsidiadas, períodos de gracia amplios y plazos largos”.
Sin embargo, la sostenibilidad financiera del Icetex se ve comprometida por las altas tasas de mora y los bajos ingresos de muchos beneficiarios al finalizar sus estudios, que también influencian negativamente la Tasa de Retorno, cuando los estudiantes pagan sus deudas.
El estudio de Fedesarrollo, por su parte, reveló diferencias significativas en la tasa de retorno entre universidades públicas y privadas en ciertos programas. En las universidades públicas, las carreras de tecnologías de la información tienen una tasa de retorno del 12%, mientras que en las privadas, las ciencias de la salud alcanzan el 13,17%. Estas diferencias se reflejan en la empleabilidad y los ingresos de los egresados, lo que impacta su capacidad para pagar los créditos y, en efecto, también al sostenimiento financiero del mismo Icetex.
Además, la propuesta de convertirlo en el Banco del Saber, un banco estatal que utilizaría el ahorro público para otorgar préstamos a estudiantes, ha sido criticada por diversos sectores que temen un aumento en las tasas de interés.
La propuesta de transformar el Icetex en un banco comercial ha sido calificada por algunos críticos como una “charlatanería” que podría poner en riesgo el acceso a la educación superior.