Martín Santos se refirió a las elecciones presidenciales del 2026: “Colombia no debería tener que estar condenada a escoger entre Petro o Uribe”

Para el hijo mayor del expresidente el panorama electoral del 2026 no es muy alentador

- crédito @martinsantosr/Instagram y Sergio Acero/Colprensa

A Martín Santos, hijo mayor del expresidente Juan Manuel Santos, se le ha visto cada vez más activo en las redes sociales hablando de temas políticos y opinando abiertamente sobre el acontecer social del país.

No ha ocultado sus críticas al actual gobierno, pero siempre se ha desmarcado del uribismo, que tantas diferencias tiene con el santismo.

Avizorando el contexto electoral, Santos señaló que hoy el país parece dividido entre dos únicas opciones: Gustavo Petro y Álvaro Uribe. Evidentemente, ninguno de los volvería directamente al poder, pero podrían seguir gobernando en cuerpo ajeno a través de candidatos que representen sus ideas y sus propósitos. Santos es claro: no le gustan ninguna de las dos vertientes: “Colombia no debería tener que estar condenada a escoger entre Petro o Uribe”.

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Martín Santos hace comentarios de acara a elecciones 2026 - crédito X

Parte de la actividad virtual sostenida por el joven Santos tiene que ver con pullas a las dinámicas que se manejan en X como parte del ejercicio constante de la opinión pública en materia política. Por ejemplo, mandó pullas las “bodegas”, de las que se desmarcó:

“Qué rico no tener bodegas para no estar ordenando que escribir y a quién atacar. Y que alivio no ser parte de ellas para no sentirse como una marioneta”.

Juan Manuel Santos criticó a Petro por falta de eficacia política en implementación del Acuerdo de Paz

El expresidente colombiano y premio Nobel de Paz (2016), Juan Manuel Santos, expresó su balance sobre el estado actual de la implementación del Acuerdo de Paz, firmado hace ocho años, a través de un mensaje en redes sociales. En sus declaraciones, Santos reconoció avances y voluntades clave que han permitido mantener vivo el proceso, pero también cuestionó severamente las falencias que han obstaculizado su cumplimiento pleno.

Aunque destacó que el proceso no ha fracasado, a diferencia de otros acuerdos de paz que suelen colapsar en sus primeros años, insistió en que el progreso ha sido irregular. Según su análisis, esto se debe tanto a la falta de voluntad política durante el gobierno de Iván Duque, como a la carencia de una estrategia clara en el actual gobierno de Gustavo Petro para coordinar los esfuerzos institucionales necesarios.

“Hacer la paz es más difícil que hacer la guerra. En los últimos seis años, la implementación se ha visto entorpecida, en los primeros cuatro, por falta de voluntad política y, en los últimos dos, por la falta de capacidad para articular las entidades del Estado y encaminarlas a cumplir el objetivo de manera integral, como estaba pensado”, señaló.

El expresidente Juan Manuel Santos sacó pecho por la firma del Acuerdo de paz en 2016, mientras fue presidente - crédito Juan Manuel Santos/X

Santos enfatizó que la implementación del Acuerdo ha requerido el compromiso de múltiples sectores, como las víctimas del conflicto, los firmantes de la paz, las Fuerzas Armadas, líderes sociales, empresarios y la comunidad internacional. Sin embargo, subrayó que las condiciones de seguridad en el país han empeorado, debido al resurgimiento de estructuras ilegales y el aumento de la violencia en varias regiones.

El expresidente también celebró el reciente anuncio del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, sobre la intención del gobierno Petro de priorizar la implementación del Acuerdo durante los años restantes de su mandato, incluso extendiendo los plazos de ejecución. Santos calificó esta decisión como positiva y expresó su esperanza de que se traduzca en avances concretos.

En un tono crítico hacia los actores armados ilegales, Santos hizo un llamado enérgico a estas organizaciones para que cesen la violencia y respeten los derechos humanos de las comunidades, argumentando que su accionar continúa deteriorando la calidad de vida de los colombianos y sofocando las esperanzas de paz.

La violencia reciclada, un desafío para Colombia ocho años después de la firma de la paz - crédito Mauricio Dueñas Castañeda EFE

Pese a los retos y desaciertos de los últimos años, el expresidente reafirmó su confianza en que el proceso de paz puede avanzar con un liderazgo más articulado y comprometido, recordando que hacer la paz requiere esfuerzos mayores que hacer la guerra.

Sé también que todavía hay muchos problemas y que las condiciones de seguridad se han deteriorado drásticamente con el recrudecimiento de la violencia y la proliferación de disidencias y grupos armados. A estas organizaciones les hago un llamado enérgico a respetar la vida y los derechos humanos de las comunidades y a entender, de una vez por todas, que están asfixiando al pueblo colombiano al que dicen defender. Es hora de que demuestren su voluntad de paz, si es que la tienen, con hechos reales”, señaló.