Cuál es el acuerdo que debe cumplir Colombia para evitar este incómodo efecto que generan los productos de plástico

El pacto final. según gremios y organizaciones, debe encontrar el equilibrio adecuado entre las obligaciones globales y las medidas nacionales

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Según WWF, en Colombia, se
Según WWF, en Colombia, se calcula que se generan anualmente 700.500 toneladas de envases y empaques plásticos, pero solo el 30% es reciclado en nuevos empaques - crédito Ministerio de Ambiente

Antes de la última ronda de negociaciones programada para un tratado internacional para poner fin a la contaminación por plásticos, el Consejo Mundial de Plásticos (WPC) y los miembros de la Alianza Global de Plásticos (GPA), del cual forma parte la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas (Acoplásticos), hicieron un llamado a los gobiernos nacionales para que acuerden un tratado ambicioso y viable que aumente de manera drástica la gestión de los residuos plásticos y su reciclaje.

Durante la quinta sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC5), que comenzará en Busan, Corea del Sur, el lunes 25 de noviembre, los negociadores de los gobiernos de los países que forman parte de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente deberán llegar a un acuerdo sobre varios asuntos importantes, incluido el modelo mediante el que el instrumento legalmente vinculante internacional (Ilbi) permitirá a los países abordar el desafío de la contaminación por los residuos plásticos.

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En este contexto, Acoplásticos, como miembro del GPA y en calidad de presidente de la Asociación Latinoamericana del Plástico (Aliplast), hizo un llamado a los negociadores de Colombia y de América Latina a buscar un acuerdo que respete las necesidades e idiosincrasias de los diferentes países, al tiempo que establezca un marco común para acabar con la contaminación por plásticos para 2040.

La reforma tributaria de 2022
La reforma tributaria de 2022 creó el Impuesto al plástico de un solo uso, que recae sobre productos utilizados para envasar, embalar o empacar bienes sin que, para el efecto, sea necesario que tales productos estén compuestos 100% de plástico - crédito Pexels

Al respecto, el presidente del WPC, Benny Mermans, señaló: “Los países enfrentan desafíos muy diferentes y requieren soluciones diferentes. Un enfoque global único para políticas y regulaciones no funcionará. El tratado debe, por lo tanto, proporcionar a cada país y región la flexibilidad para cumplir con los objetivos del acuerdo de la manera que más les convenga”.

Equilibrio entre obligaciones y medidas

De esta manera, el acuerdo final debe encontrar el equilibrio adecuado entre las obligaciones globales y las medidas nacionales. Además, se debe exigir que los países desarrollen planes de acción nacionales para que puedan implementar las soluciones que sean más efectivas para sus circunstancias respectivas. Por ejemplo, los objetivos nacionales de contenido reciclado para los sectores que utilizan plásticos, aumentarán el valor de los residuos plásticos como materia prima circular al incrementar la demanda de materiales plásticos reciclados.

Con esto, esos planes deben tener elementos comunes y requisitos de informes que obliguen a los países a hacer un seguimiento del progreso y generar señales de demanda para fomentar la inversión en la recolección, clasificación y reciclaje.

Regulación en Colombia

Ante la situación, el presidente de Acoplásticos, Daniel Mitchell, explicó que la buena noticia para Colombia es que ya se cuenta con una regulación y un sistema robusto para acelerar la transición hacia una industria del plástico circular y sostenible.

“En el país contamos ya con una ley que regula los denominados plásticos de un solo uso y con un esquema conocido como responsabilidad extendida del productor, que obliga a todas las empresas a formar parte de planes de gestión de residuos que garanticen el cumplimiento de unas metas obligatorias de reciclaje establecidas”, dijo.

Daniel Mitchel es el presidente
Daniel Mitchel es el presidente ejecutivo de Acoplásticos - crédito Cámara de Representantes

Manifestó que el peor escenario para Colombia con este tratado sería que, con ocasión de su cumplimiento, tengamos que replantear el esquema regulatorio para los plásticos en Colombia, luego de todo el avance y los buenos resultados que se han logrado”.

Y es que los plásticos tienen inmensos beneficios. Hacen realidad la energía eólica y solar, mejoran la eficiencia de los edificios y del transporte, conservan los alimentos, mejoran el desempeño de la infraestructura y permiten una atención sanitaria moderna. Por lo tanto, el tratado debe reconocer que se necesitan los plásticos para lograr los objetivos de desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático. También, debe reconocer que los residuos no gestionados son el principal impulsor de la contaminación, lo que implica la urgencia de priorizar las acciones para garantizar una adecuada gestión de residuos para aproximadamente 2.700 millones de personas en el mundo que carecen de ella.

Recomendaciones para tener éxito con el tratado

Acoplásticos reitera las recomendaciones planteadas por el WPC y el GPA para el tratado, que incluyen:

  • Mecanismos de financiamiento sostenible: movilizar y facilitar el acceso al financiamiento es muy importante, especialmente para las economías emergentes como Colombia, por lo que apoya el establecimiento de mecanismos de financiamiento sostenible para desbloquear las grandes inversiones, tanto públicas como privadas, requeridas para la transición hacia la economía circular de los plásticos. Los esquemas de responsabilidad extendida del productor (EPR) bien diseñados, como el de Colombia, pueden, por ejemplo, ser utilizados para financiar la recolección, clasificación y reciclaje de materiales.
  • Enfoque basado en la aplicación: apoyo a la adopción global de un marco de evaluación, a partir de un árbol de decisiones, que se aplique a nivel local para identificar y prevenir que productos plásticos de alta fuga generen contaminación. A diferencia de los límites y prohibiciones, que son medidas contundentes y contraproducentes. Este enfoque tiene en cuenta el valor social que un producto plástico tiene en un país y permite soluciones a medida para evitar que se convierta en contaminación. En este frente, Colombia cuenta ya con la Ley 2232 de 2022 que regula los plásticos de un solo uso, la cual se encuentra actualmente en vigencia.
El tratado debe reconocer que
El tratado debe reconocer que se necesitan los plásticos para lograr nuestros objetivos de desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático - crédito Europa Press
  • Comercio: el tratado también debe garantizar la capacidad de mover libremente los residuos plásticos entre países que no tienen infraestructura de reciclaje y gestión de residuos hacia aquellos que sí la tienen. Esto impulsará la circularidad de los plásticos y evitará la contaminación, además de ayudar a apoyar una cadena de suministro resiliente.
  • Diseño de productos: si se quieren plásticos más fácilmente reutilizables, reciclables, reparables y duraderos, se debe empezar por diseñarlos de manera adecuada. El acuerdo debe, por lo tanto, proporcionar pautas sobre el diseño de productos que se basen en principios y normas internacionales de diseño existentes y emergentes. Esto significa establecer normas de durabilidad, promover objetivos nacionales de reciclaje y empoderar a las comunidades para convertir los residuos en recursos. En el caso colombiano, se tienen con los sellos loop del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho (Icipc) que miden atributos de reciclabilidad o garantizan la trazabilidad de bienes fabricados total o parcialmente con materiales plásticos reciclados.
  • Recicladores: también se debe reconocer la importancia crucial de los recicladores de base, que en la actualidad son, a nivel global, responsables de gestionar el 60% de la recolección de residuos plásticos. En Colombia, este porcentaje es mucho mayor. El acuerdo debe reconocer las importantes contribuciones de este sector, y construir alianzas con la industria, los gobiernos y la Academia para desarrollar soluciones sostenibles y económicamente viables que eleven a todas las partes interesadas y fomenten el respeto mutuo.
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