Vendedoras de tinto se fueron a “termazos” a las afueras de la terminal del Salitre por los clientes

La riña entre vendedoras de tinto, a las afueras de la terminal de Salitre, hizo que viajeros y residentes que llegaban a Bogotá la tarde del sábado, 23 de noviembre, se llevaran la peor de la impresión sobre el nivel civismo y tolerancia en la capital colombiana.

Y es que, sin mediar palabra, ni respeto alguno por los vehículos que dejaron atrapados en el tráfico, decidieron agredirse a mechonazos, puños y con sus termos, incluso, derramando el liquido hirviendo sobre sus compañeras de oficio.

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Según dijo una de las trabajadoras del lugar en entrevista para Citytv, la pelea se dio en medio de lo que conductores del servicio público y vendedores informales conocen como “la competencia de los tinteros. Mucha gente ha llegado de otros lados a apoderarse del terminal y eso termina en riñas”.

Dichos encuentros se darían de manera “constantes y continúan por más de que la Policía habla con ellos y los retira”, cada que ocurre un episodio como el del sábado, en el que, según reportaron testigos al canal de denuncias Colombia Oscura, la pelea habría iniciado luego de que una de las implicadas le reclamara a la otra por atender a los clientes “con las tetas al aire”.

De acuerdo con el sitio web de la Alcaldía de Bogotá, “la ciudadanía debe llamar a la Línea 123 cuando sea víctima o testigo de un accidente de tránsito con o sin heridos, un incendio, un hurto, una riña, un deslizamiento de tierra o inundación, si una mujer está en peligro por acoso o violencias, si ve maltrato animal o que este en estado de abandono, entre otros”.

E insistieron que “esta Línea no se debe utilizar cuando no se vaya a reportar una emergencia o un evento que afecte la seguridad y, tampoco, se debe usar para llamadas falsas o de broma porque te pueden hasta imponer una multa”.

Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la proporción de informalidad laboral en Colombia se mantuvo estable en un 56% durante el trimestre móvil junio-agosto de 2024, mismo nivel registrado en el mismo periodo de 2023. Sin embargo, el número de trabajadores informales aumentó en 26.000, alcanzando los 12,9 millones en un total de 23,1 millones de ocupados.

En las 13 principales ciudades del país, la tasa de informalidad fue del 41,9%, mientras que en las 23 ciudades medidas por el Dane, esta se situó en 43,1%. Por su parte, las áreas rurales y centros poblados presentaron la mayor tasa de informalidad, con un 84,1% de los ocupados. Esto significa que de los 4,8 millones de trabajadores rurales, solo 762.000 tienen empleo formal, mientras que 4,08 millones laboran en condiciones de informalidad.

En términos geográficos, las ciudades con mayores niveles de informalidad fueron Sincelejo (65,7%), Valledupar (62,0%) y Riohacha (61,9%). En contraste, Manizales (34,0%), Bogotá (34,7%) y Medellín (37,6%) registraron las menores proporciones. Neiva lideró el aumento de la informalidad, con un incremento del 2,4%, alcanzando el 50,6%, seguida de Pasto y Cúcuta, con subidas del 1,4% cada una. Por otro lado, las ciudades que lograron disminuir más sus tasas de informalidad fueron Medellín y su área metropolitana (-1,3%), Florencia (-0,7%), Montería (-0,6%), Villavicencio (-0,6%) y Manizales (-0,2%).

El informe también destacó las diferencias de informalidad por género. A nivel nacional, el 57,9% de los hombres ocupados se encuentran en la informalidad, frente al 53,4% de las mujeres. En las 13 principales ciudades, la informalidad femenina fue superior, con un 42,2%, mostrando un aumento de 1,2 puntos porcentuales respecto al mismo periodo de 2023 (40,9%). La informalidad masculina en estas ciudades fue del 41,6%. En áreas rurales, las proporciones fueron similares: el 83,5% de las mujeres y el 84,4% de los hombres trabajan en condiciones informales.

Además, la tasa de desempleo subió al 9,7% en agosto de 2024, lo que supone un aumento de 0,4 puntos porcentuales frente al mismo mes de 2023. En el último año, el número de desempleados creció en 136.000, alcanzando los 2,5 millones. Sin embargo, también se registró un aumento en el empleo, con 257.000 nuevos puestos, impulsando el total de ocupados a 23,4 millones. Entre los sectores destacados, las industrias creativas lideraron la generación de empleo, con 195.000 nuevos trabajos.

David Cubides, director de investigaciones económicas de Alianza, atribuyó los altos niveles de informalidad en Colombia a los elevados costos asociados a la contratación formal, los cuales generan distorsiones en el mercado laboral y encarecen la vinculación de nuevos empleados.