El proyecto de reforma constitucional sobre el sistema general de participaciones, que se tramita actualmente en el Congreso, y que ya ha superado siete debates, a la espera del octavo y definitivo, que se adelantará en la plenaria de la Cámara de Representantes, fue objeto de duras críticas por parte del exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo; y, a su vez, de la respuesta a sus apreciaciones del titular del Interior, Juan Fernando Cristo, lo que fomentó el debate en las redes sociales.
Restrepo, en su columna virtual Los ‘plazos calentanos’ del sistema general de participaciones, destacó su preocupación acerca de la sostenibilidad fiscal del país, dado que el aumento de las participaciones promete alcanzar un 39,5% de los ingresos corrientes de la Nación. En su texto, advirtió que este incremento debe estar balanceado con una transferencia de competencias de igual valor hacia las entidades territoriales para evitar lo que él describe como una “bomba atómica fiscal”.
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En su argumentación, Restrepo indicó que la única manera de que el sistema sea “fiscalmente neutro” es garantizando que “peso transferido de más a departamentos y municipios, peso aliviado a nivel del gobierno central en compromisos de gasto”. La controversia se centra en una especie de desajuste temporal propuesto en la legislación, ya que el incremento de las participaciones se aprobó para comenzar tras un periodo de transición.
Mientras que el traspaso de competencias queda relegado a un futuro incierto. Para el exministro, es evidente que no se ha preparado “absolutamente nada” respecto a la ley de competencias, refiriéndose a la falta de acción por parte de Planeación Nacional y el Ministerio del Interior. Esta situación preocupó debido a que los nuevos compromisos financieros podrían ponerse en marcha sin un mecanismo de transferencia de responsabilidades bien definido.
Duras críticas de Juan Camilo Restrepo al sistema general de participaciones
La posible consecuencia, según el análisis, sería un debilitamiento significativo de la sostenibilidad fiscal del país. Además, Restrepo criticó al Ministerio de Hacienda por mantener “silencio sepulcral” ante esta situación, lo que suma a su percepción de irresponsabilidad por parte del Gobierno actual en cuanto al manejo de esta reforma normativa.
Asimismo, surgió la necesidad de crear una ley de competencias que anteceda al acto legislativo o, al menos, que se desarrolle de manera simultánea. El exministro explicó que el riesgo radica en que “se aprueben las primeras y las segundas nunca vean la luz del día”. Los señalamientos se extendieron al ministro del Interior, a quien Restrepo acusa de preferir “vociferar consignas populistas” en lugar de centrarse en una solución “compleja pero necesaria”.
De esta manera, Restrepo enfatizó que la falta de una ley de competencias podría llevar a que las nuevas transferencias financieras se otorguen sin una adecuada redistribución de las responsabilidades. Lo que, como indicó el exministro, podría resultar en un “despeñadero fiscal”. Esto implicaría que el Gobierno central siga teniendo los mismos compromisos fiscales mientras transfiere más recursos a departamentos y municipios.
Es decir, el llamado de atención de Restrepo, que trabajó con gobiernos como el de Andrés Pastrana, es claro: sin un marco legal que defina qué competencias se transferirán, se amenaza la estabilidad fiscal futura del Estado colombiano. La complejidad de la ley de competencias, señaló, no debe ser una excusa para aplazar una decisión indispensable para la viabilidad económica del país.
Así respondió Juan Fernando Cristo a Juan Camilo Restrepo
Sobre el particular, Cristo respondió a Restrepo y dejó en claro que considerar el centralismo como una ofensa es incorrecto. Afirmó que “ser centralista no es ningún pecado” y que se trata de “una forma de entender el funcionamiento del estado”. Al tiempo que indicó que esta perspectiva es tan valiosa como la noción de que la autonomía territorial es esencial para solucionar los problemas de Colombia, incluyendo la violencia y la exclusión, sin que sea “de ninguna manera un insulto”.
“Las diferencias son legítimas y no deben llevarnos al catastrofismo que algunos pregonan sin leer de manera integral el proyecto”, expresó.
Del mismo modo, Cristo insistió en la importancia de la comunicación y el diálogo, y explicó que la pirámide jurídica a la que se refiere Restrepo establece que primero se crea una norma constitucional y luego se desarrolla una ley orgánica, la cual debe tener el aval del Gobierno. Es por tal motivo que habrá dos años para su discusión y que “con el informe de la Misión de Descentralización se comenzará a trabajar en ella”.
Cristo remarcó su deseo de involucrar a expertos, gobernadores y organizaciones sociales en una mesa técnica de discusión. “Esta ley, al igual que la reforma constitucional, es una gran oportunidad para los consensos y acuerdos que tanto necesitamos”, indicó el ministro, que invitó a su interlocutor a sumar su voz en los debates futuros, pues “siempre será bienvenida” y precisó que “quienes vociferan son otros”, en lo que sería un diálogo constructivo sobre este tema.