El servicio tomado por un conductor de plataforma en noviembre del 2024 lo habría llevado a realizar una profunda reflexión en las redes sociales y es que el pasajero que recogió en una estación de Transmilenio terminó llendo al baño sobre el asiento de su moto.
Así lo dio a conocer, junto a un video denuncia, en la plataforma TikTok: “Hey, parceros, yo les voy a dar un consejo a ustedes. Estaba haciendo un servicio de Picap y, literalmente, me valió mierd@#$%. Acabo de dejar a un pasajero al que recogí en una estación de Transmilenio e iba de afán”.
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Durante el trayecto, según el video de seguridad grabado con la cámara instalada en su casco, el pasajero le pidió que fueran más rápido; ya que, a pesar de que el trayecto era corto, tenía algo de afán.
Y, para cuando llegaron a su destino, se levantó sin mediar palabra y corrió hacia la portería de su edificio, ubicado en cercanías al centro comercial plaza de las Américas (occidente de Bogotá).
El conductor trató de preguntarle por el pago y respondió que estaba con tarjeta, justo antes, de que el denunciante notara que el pasajero, al igual que el asiento de la motocicleta, se encontraban manchados:
“Vengo a lavar la moto porque, literalmente, se cagó en el asiento trasero. Si ustedes ven que van de afán y no van a alcanzar, no hagan eso ¿listo? Se los dejo de tarea. Y con la moto así no voy a poder seguir camellando, entonces conciencia”, insitió, afectado por tan extraño contratiempo.
La capacidad de ir al baño a horas determinadas sería un indicador sobre su estado de salud
Un estudio publicado en julio por la revista Cell Reports Medicine y citado por el Instituto de Biología de Sistemas de Seattle, sugiere que la frecuencia de los movimientos intestinales tiene una relación directa con la salud general y el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Según los investigadores, mantener una frecuencia de evacuación en la llamada “zona Ricitos de Oro” (una o dos veces al día) puede favorecer la salud al permitir que el organismo absorba nutrientes esenciales y evitar la acumulación de toxinas perjudiciales para los órganos.
El análisis, liderado por Johannes Johnson-Martinez, estudiante doctoral del instituto, involucró a más de 1.400 adultos saludables divididos en cuatro grupos según su regularidad: estreñimiento (uno a dos movimientos semanales), normal-bajo (tres a seis semanales), normal-alto (una a tres diarias) y diarrea. Los resultados indicaron que tanto el estreñimiento como la diarrea están asociados con niveles elevados de bacterias intestinales responsables de la fermentación de proteínas en lugar de fibra, lo que genera toxinas dañinas como el indoxil-sulfato y el p-cresol-sulfato, vinculadas a problemas renales y hepáticos.
El profesor asociado Sean Gibbons destacó que el estreñimiento crónico se ha relacionado con enfermedades neurodegenerativas y daño renal progresivo, aunque aún no está claro si estas irregularidades intestinales son causa o efecto en el desarrollo de patologías crónicas. En este estudio, se comprobó que incluso en personas sanas, el estreñimiento está vinculado a niveles elevados de toxinas microbianas que podrían dañar órganos antes de la aparición de síntomas clínicos.
Además, el estudio identificó factores como la edad, el género, el índice de masa corporal (IMC) y la salud mental como variables que afectan la frecuencia de evacuación. Las personas más jóvenes, las mujeres y quienes tienen un IMC más bajo tienden a tener movimientos menos frecuentes, mientras que una dieta rica en fibra, el consumo de agua y el ejercicio físico regular contribuyen a mantener la regularidad.
Los investigadores concluyeron que ajustar la frecuencia de las deposiciones podría convertirse en una estrategia clave para prevenir enfermedades y optimizar la salud en poblaciones sanas.