Luis Alirio Agudelo Grajales, uno de los instructores de yoga más conocidos en Colombia, ha vuelto a acaparar la atención pública, pero esta vez por las graves acusaciones de abuso físico y sexual por parte de varias mujeres que asistieron a sus clases.
Según una reciente publicación de la revista Cambio, que contó con el relato de tres mujeres que afirman ser víctimas de las prácticas poco profesionales del “gurú” del yoga en Bogotá, las denuncias se centran en las prácticas que Agudelo Grajales realizaría en su escuela, el centro Unifinismo, ubicado en un barrio residencial en el norte de Bogotá.
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Aunque las denuncias contra Agudelo se hicieron públicas desde julio de 2024, solo hasta hora se conoce el testimonio de algunas de sus presuntas víctimas, quienes afirman que, bajo la promesa de sanación y limpieza energética, fueron sometidas a tocamientos inapropiados durante las sesiones privadas.
El método de Agudelo Grajales, que incluye una técnica de respiración intensa, ha sido descrito por las denunciantes como una herramienta para ejercer control psicológico y físico sobre sus alumnas. Una de las víctimas, que prefirió mantener su anonimato, relató a Cambio que llegó al centro en un estado de vulnerabilidad emocional, lo que habría facilitado que accediera a las sesiones privadas donde ocurrieron los abusos.
Durante estas sesiones, Agudelo justificaba sus acciones como parte de un proceso de desbloqueo energético. Sin embargo, la víctima aseguró que presenció el momento en que también habría agredido a otra mujer, tomándola del pelo y agrediéndola y que, en ese momento, lo habría tomado con normalidad ante el grado de confusión en el que se encontraba. “Lo que sentía en esas sesiones, aunque era muy fuerte, pasó a ser para mí como una droga”, señaló la mujer a la revista.
Otra de las denunciantes, Mariana Tovar, profesora de yoga, narró un incidente en el que Agudelo Grajales la agredió físicamente durante una clase grupal, justificando el acto como un “mecanismo liberador”. Tovar también destacó la normalización del abuso psicológico en las clases del gurú, lo que, según ella, podría estar inhibiendo a otras posibles víctimas de denunciar.
Finalmente, otra mujer que asistió al centro de Agudelo Grajales, señaló en su denuncia que el ‘gurú’ del yoga, cuando intentó efectuar su práctica con ella, aunque no la dejó en estado hipotónico, sí le genero fuertes mareos y sensación de vómito durante las sesiones.
Asimismo, narró a la revista que durante su “clase”, Agudelo le tocó su zona genital de forma abusiva, justificando que su actuar respondía a la necesidad de la mujer para desbloquear su dimensión femenina que, según él, se encontraba en un estado de represión profunda.
Además de los tocamientos indebidos, la mujer señaló que el instructor de Yoga también le propinó fuertes golpes en su pecho para conseguir el “desbloqueo”. Incluso, la denunciante señaló al medio citado que Agudelo usa un discurso bastante elocuente, lo que genera la confusión de sus alumnas y la baja percepción de estar siendo víctimas de abuso.
Pero el impacto de estas prácticas no se limita a Colombia. Paola Campo, psicóloga y víctima de otro gurú en India, compartió su experiencia con Cambio, destacando cómo la vulnerabilidad emocional puede ser explotada por estos falsos maestros. Campo explicó que, a pesar de su formación académica, fue víctima de abuso sexual bajo la premisa de desbloquear sus chakras.
El caso de Agudelo Grajales sigue abierto, y aunque el medio intentó obtener su versión de los hechos, no logró contactarlo. Incluso, el hombre que vive vestido completamente de blanco desapareció de su casa-escuela, una vez se conoció la existencia de las denuncias.