Aguadas y Salamina, dos municipios del departamento de Caldas, se han consolidado como símbolos del patrimonio cultural colombiano. Estos pueblos, reconocidos como Monumento Nacional desde 1982, son parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia, una iniciativa del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que busca preservar y fortalecer el patrimonio cultural del territorio.
Estos dos municipios se convierten en dos alternativas interesantes para visitar y vivir la experiencia de su tierra e historia para finalizar de una manera distinta el 2024 o, por qué no, iniciar un 2025 lleno de historia y folclor caldense.
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Aguadas, ubicado a 126 kilómetros al norte de Manizales, es conocido por su rica tradición artesanal, especialmente por la confección de los sombreros aguadeños, elaborados a mano con fibras de palma de iraca. Este producto artesanal ha otorgado al municipio el título de ‘capital del sombrero’.
Los visitantes pueden explorar esta tradición en el Museo del Sombrero, que alberga una colección de más de 300 sombreros de diferentes partes del mundo. Este museo se encuentra en la Casa de la Cultura Francisco Giraldo, donde también se puede conocer la historia del municipio a través de documentos y fotografías antiguas.
Además de su tradición sombrerera, Aguadas es sede del Festival Nacional del Pasillo Colombiano, un evento que celebra la música tradicional andina y atrae a artistas y turistas de todo el país. Este festival es un reflejo de la riqueza cultural del municipio y su compromiso con la preservación de las tradiciones musicales.
Por su parte, Salamina también destaca por su arquitectura colonial y su entorno natural, que lo convierten en un destino atractivo para los turistas que recorren el Eje Cafetero. Ambos municipios ofrecen a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la historia y las tradiciones de la región, mientras disfrutan de los paisajes cafeteros que caracterizan a esta zona de Colombia.
La inclusión de Aguadas y Salamina en la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia resalta la importancia de estos municipios en la conservación del patrimonio cultural del país. Esta red busca no solo proteger el legado histórico y cultural, sino también promover el turismo sostenible y el desarrollo económico de las comunidades locales.
Sin embargo, si esto no es suficiente para sus planes de fin de año e inicios del 2025, existe otro municipio donde la calidez de su pueblo y los mitos de su tierra se apodera por cinco días de las dinámicas de sus gentes.
Se trata de Riosucio Caldas, territorio donde el diablo desobedece el canon cristiano y convoca a la fiesta, integración y felicidad de sus habitantes. La nueva edición de su carnaval en 2025 se celebrará del 3 al 8 enero.
Para el 2025, las directivas del carnaval esperan la asistencia de más de 30.000 personas, donde no solo brilla la participación de los riosuceños, sino también, de los departamentos vecinos de Antioquia, Cundinamarca, Valle del Cauca, Quindío y Armenia.
El Carnaval de Riosucio fue declarado patrimonio cultural de la humanidad en 2019, y es reconocido por su rica tradición triétnica, es decir, la convergencia de saberes y formas de estar en el mundo de los blancos, los negros y la comunidad indígena Embera.
La nueva edición contará con la participación de 40 cuadrillas, un número récord, cada una compuesta por entre 15 y 20 personas. Las cuadrillas, que se forman en secreto durante dos años, son el corazón de la fiesta, adornando las calles con sus disfraces y máscaras mientras cantan temas que reflexionan sobre la vida y el mundo, acompañados por conjuntos musicales propios.
Aunque la mirada del diablo es discutida, el pueblo riosuceño lo define como uno de los símbolos más importante de la festividad, dado que representa la dualidad entre el bien y el mal, además de ser una manifestación de la riqueza cultural y la diversidad de las influencias que caracterizan la fiesta patrimonial.